CAPITULO 77

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—Carolina ¿quieres acompañarme?
—Estas seguro de que quieres mi compañía, creo que ya te aturdi mucho.
—Solo te asustaste ok, entiendo eso. Pero dime vas o no.
—Claro. —me levante de mi asiento y Mario tomó mi mano, ¿porque intenta ser lindo conmigo si él sigue amando a Madison?

Mario era lindo con Carolina pero la beia como con tristeza, no se talves algo en mi quiere que todo esto sea una pesadilla, me duele demasiado verlos juntos, los chicos estaba fuera del salón talves en la cafetería, y yo me quedé sola en el salón.

Vi a Madison en el salón sola, se veía muy triste, aunque estaba tratando de disimularlo. Se que talves me golpee o empiece a gritar pero decidi acercarme a élla.

—¿Te encuentras bien Madison?
—Roger si vienes a molestar creeme que no estoy de humor para aguantarte.
—Solo quería hablar contigo, en plan de amigos.
—¿Amigos?
—Si, talves no te lo esperabas pero te juro que estoy intentando cambiar, estoy llendo a terapia psicológica para cambiar mi actitud. Y el primer paso es buscar reconciliación con las personas a las que lastime y Carolina y yo te hicimos mucho daño. Talves te suene raro, pero me gustaría que fuéramos amigos.
—¿Carolina esta detrás de esto verdad?
—Te juro que no.
—OK Roger, si ya perdí dejando a Mario entrar en mi vida que más da si la riego contigo.
—Eso no pasará lo prometo.
—No Roger no prometas, estoy cansada de esa palabra.
—OK. ¿Te duele verdad?
—¿Que cosa?
—Verlos juntos.
—Si. Mario era como una luz para mí era mi mundo y no se que hice mal.
—Creeme que no hiciste nada mal, conozco a Carolina y a élla le hace falta demaciado amor, élla obserbava con detalle como Mario te trataba, solo esta buscando cariño, y podría apostar mi vida, a que Carolina amenazó a Mario.
—No creó.
—Solo te digo lo que pienso.
—¿La amas?
—A Carolina. Por supuesto, en el fondo élla es alguien increíble, pero yo no supe demostrarle lo mucho que la amo, simplemente la trate muy mal, talves por que nunca me he podido llevar bien con mis papás, y desquitaba todo con élla incluso contigo.
—Entiendo. ¿Roger tu sabes porque Carolina me odia tanto?
—Porque aunque perdiste a tus papás y no tenías familia a quien recurrir no te dejaste caer y saliste adelante, y siempre sonreías y para ser sinceros a Carolina sus papás la ven a élla como un estorbo, nunca están en su casa, ni siquiera en su cumpleaños y tiene un hermano pequeño, no la dejan verlo. Entonces ese es su odio así a ti, que pese a todo tu estas bien y élla se siente sola.
—OK.

Todos empezaron a entrar al salón y Roger se fue a su lugar, Juanpa se acercó hasta a mí.

—¿Que te estaba diciendo Roger? —dije susurrando.
—Tranquilo, solo estábamos platicando amistosamente.
—Madison...
—No me veas así Juanpa, Roger esta intentando cambiar y le voy a dar una oportunidad.
—Estas loca y si te hace algo.
—Me acerque a su oido—. El estúpido de tu amigo me está lastimando muchísimo más, que más da si Roger me hace algo.
—Pero no te enojes.
—Pues no me hagas enojar.

Terminaron las clases y pasamos al salón de Mario para ver si ya había salido, y todavía no, solo le hicimos una seña de que ya nos íbamos y el asintió, llegamos al estacionamiento y ahí estaba papá, estaba al pie de la puerta del copiloto esperándonos, pero se veía molesto y Feli me tomó del brazo.

—Oye tranquila.
—¿Esta enojado?
—Eso creo.
—Entonces yo no me voy con él. — dije y me di la vuelta pues me pone muy nerviosa cuando papá o mamá se ven enojados y no entiendo porque.
—Feli, no pasa nada. —dije regresandola.

—Hola papá —dijeron ambos.
—¿Y su hermano?
—Pasamos a su salón todavía no sale.
—OK.
—¿Porque estas enojado? —preguntó Felicia.
—Paso algo relevante hoy.
—Nada papá —dijo Jan.
—¿Seguros?
—Si.
—Ha ok.
—Papá te hice una pregunta. —dijo Felicia y ahora me tomo de la mano, no entiendo porque se pone nerviosa cuando papá o mamá están molestos.
—¿Ustedes también van a ocultarme cosas?
—¿De qué hablas? —preguntó Jan y Feli se puso detrás de él.
—Su hermano se puso mal y no nos avisaron.
—¿Quién te dijo?
—Juanpa.
—Nosotros no dijimos nada porque Mario no lo pidió, dijo que no quería preocuparlos, y de seguro Mario se va a enojar con Juanpa.
—A ver, cuando uno de ustedes se ponga mal nos tienen que avisar independientemente de lo que haya dicho ok, son mis hijos y no quiero que les pase nada. Por favor chicos no me oculten las cosas.
—Perdón papá —dijeron ambos.
—¿Saben porque se puso mal?
—Madison le dijo que lo odiaba y que se iba ha arrepentir de haber jugado con ella.
—Con arrepentirse supongo que se refiere a que cuando Mario se entere que está esperando un hijo suyo no lo va a dejar verlo.
—Quizás.
—Bueno chicos subanse. —y como era de suponerse hicieron todo menos subir a la camioneta.

Al fin terminaron las clases, creo que aunque los chicos sepan todo, no me van a hablar igual que antes pues durante todo el día no me dirigieron la palabra. Ibamos por el pasillo con Carolina y los escuché haciendo planes con Madison para juntarse en la tarde, lo cual me alegro un poco pues no la van a dejar sola. Llegamos al estacionamiento y ahí estaba mi papá al pie de la puerta del copiloto todavía esperando a que Felicia y Jan dejaran de jugar y se subieran a la camioneta.

—Chicos subance ya por favor.
—Ahorita papá.
—Chicos tengo el tiempo encima.
—Ya vamos papá. —dijeron ambos.
—A ver a que hora.

—Hola papá.
—Mario. ¿Como te fue? —dije acercándome a él y la chica que iba con él.
—Pues bien.
—¿Enserio?
—Si papá.
—Cuando vas a dejar de ocultar las cosas Alberto.
—¿De qué hablas?
—Me habló Juanpa, me contó lo que paso.
—Hijo de...
—¡Alberto!
—Perdón. Mira ella es Carolina, Carolina el es mi papá.
—Mucho gusto señor —dije extendiendo mi mano.
—El gusto es mío. —dije aceptando el saludo, por no ser grosero.
—Papá las mentiras. —dije y Feli y yo subimos rápido a la camioneta.
—Jan Carlo tu y yo vamos a hablar después .
—Ok, aceptaré el sermón.

QUÉDATE A MÍ LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora