CAPÍTULO 71

193 15 2
                                    

Llegamos a casa de Jan y los dejé a ambos, pude ver que Mario también iba llegando entonces me apresure a salir de ahí.

Cuando iba llegando a la casa de mis padres Saak apenas estaba dejando a Jan y a Feli, en fin entre a la casa y Jan y Feli estaban en la sala.

—¿Porqué hicieron eso?
—Porqué élla nos cae mal.
—Si Jan pero, fueron muy groseros.
—Como si me importará, además regañanos todo lo que quieras cuando sea a Madison a la que estamos ofendiendo, o tratando mal.
—Jan tiene razón y mientras andes con esa loca a mi no me hables.
—A mirala que bien Felicia, y tu dime como le vamos a hacer con lo de tu padre biológico .
—Callate te van a escuchar.
—De que me perdí —dije y Mario y Feli me ignoraron.
—Solo dime como vas a resolver eso.
—A ver si necesito salir, le puedo pedir a Jan que me acompañe, a Luis Daniel, a SAAK, o a cualquiera de los chicos, incluso a Madison ahora que no trabaja tiene mucho tiempo libre.
—Y porque yo no puedo seguir incluido en la lista.
—Porque me desilucionaste Mario, creí que eras inteligente que sabias lo que querías y no, eres el mas menso, dejaste a una gran chica, para estar con una hueca. —dije me fui a la cocina, pues ahí estaban papá y mamá.

—¿Princesa ya llegó Mario?
—Si papá.
—Y porque no a venido a saludar.
—Porque nos estaba regañando porque no quisimos venirnos con él, pero en fin no importa.
—¿Paso algo? Te noto molesta.
—Nada, solo que Mario es un menso y un burro.
—Felicia.
—Perdón mamá pero es la verdad.
—Bueno, porque no nos haces el favor de hablarle a tus hermanos para que vengan a comer, en lo que tu mamá y yo ponemos la mesa.
—OK.
—Nando esta en el cuarto de juegos. —dijo mamá.
—Bien, ahorita regreso.

—¿Que habrá pasado?
—No lo sé Carlos pero ahorita que estén aquí los tres tendrán que decirnos que se traen entre manos.

—Jan dice mamá que la comida ya está lista, los quiere en la cocina ahora mismo.
—Ven Felicia —no me hizo caso y siguió caminando, así que la detuve—. Es encerio.
—No me hables, y si me das permiso voy por mi hermanito. —dije y me safe de su agarre.

Llegué con Nandito a él comedor y nos sentamos, estábamos comiendo en completo silencio cosa que nunca pasa y solo estaban platicando mamá y papá con Nandito.

—¿Chicos paso algo de lo que no estemos enterados?
—No mamá, todo está bien —contestó Mario.
—Entonces porque están, tan callados.
—Porque quizás no tenemos nada de que hablar —dijo Mario.
—Jan, Felicia, ustedes nunca me han mentido y no lo van a hacer ahora, así que díganme porque están molestos. —dijo mamá.
—Mario handa de noviesito con la chica más ofrecida de toda la preparatoria y todavía ni termina con Madison. —dije como si nada.
—¡Felicia, tu no tenías por qué decirles eso! —dije alzando la voz y levantándome de la mesa.
—Me pidieron que hablara y hable, ok. —dije tranquila.
—¡Pero no tenías porque decirles!
—A mi no me vas a decir que hacer y que no ok, y no me estés gritando Mario —dije tratando de no subir la voz por respeto a mamá y papá y a Nando que se veía un poco asustado.
—Ya, no empiecen a pelear. —dijo mamá.
—Esque...
—Ya Mario y siéntate por favor. —reclamo mamá.
—Mamá...
—Mario obedece y baja la voz.
—Pero papá esquema no se vale ella no tenía porque decirles.
—Bueno eso no hubiera pasado si tú le hubieras dicho a papá.
—Tu cállate Jan Carlo...
—Ya cálmate Mario, además quiero que sea la última ves que le alzas la voz a tu hermana.
—Ok... —dije y se hizo un silencio que papá decidió romper.
—¿Mario nos explicas?
—Papá...
—Mario, no estabas de necio en regresar porque ya querías ver a Madison.
—Si.
—¿Y luego?
—Pues nada.
—Como que nada Mario.
—Solo ahora estoy con Carolina.
—Y porque no hablaste primero con Madison antes de handar con esa chica.
—No lo sé mamá.
—Escuchame bien Mario, Madison no merecía esto, y yo no te enseñe a jugar con los sentimientos de las mujeres que demonios te pasa.
—ME PASA QUE CAROLINA ME AMENAZÓ CON HACERLE ALGO A MADISON, ÉLLA ESTA DETRÁS DE LAS PERSONAS QUE LA GOLPEARON, YO NO QUIERO QUE LE PASE NADA A MADISON POR MI CULPA, Y NO PUEDO HACER NADA MAS QUE HACER CASO A LAS MALDITAS PETICIONES DE CAROLINA —dije llorando.
—Hijo esa no es la forma de proteger a Madison.
—Es la única forma papá, si denunció a Carolina, todo será peor ademas es lista no hay algo que la culpe.
—Pero...
—Ya papá, las cosas son así ok, y mejor me voy a la empresa.
—Mario regresa aquí.
—Nos vemos después mamá —dije y salí de ahí.

Pasado un rato llegué a la empresa, subí directo a mi oficina y estaba revisando unos papeles cuando me entró una llamada, no me fije quien era y solo conteste.

—Bueno.
—Bau que bueno que contestas.
—Madi —dije y revise el número y si era ella—. ¿Como estás?
—Bien, pero te extraño mucho, Nath me dijo que ya regresaste de Los Ángeles, pero que tienes mucho trabajo.
—Si, regrese con demaciado trabajo. Nath me contó lo que te pasó. Encerio perdoname por no ir a verte princesa. —dije y una lagrima resbaló.
—No te preocupes ya nos veremos después, tengo algo super importante que contarte.
—¿Qué cosa?
—No, eso te lo diré cuando nos veamos ok.
—No mejor dímelo ahora ¿si?
—No.
—OK.
—¿Mario te pasa algo? Te escucho triste, como si estuvieras llorando.
—No, nada de eso amor.
—Seguro.
—Si. Madi, quiero que tengas siempre en mente que te amo con todo mi corazón y mi alma y nunca enserio nunca amaré a nadie más con la misma intensidad que a ti ok. Y si en algún momento te hago daño quiero que me perdones por favor.
—¿Mario que tienes?
—Nada princesa.
—A mi no me digas que no tienes nada porque te conozco ok y todo lo que me estas diciendo suena como si te estuvieras despidiendo de mi.
—Amor enserio no es nada si, y en cuanto pueda iré a verte ok.
—De acuerdo. Te amo.
—Yo mucho más princesa.

QUÉDATE A MÍ LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora