CAPITULO 8

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Estaba en la cafetería pidiendo un jugo y se acerco Carolina y su grupito y empezaron a molestar, hice como que no las escuchaba y camine hasta una mesa y me senté.

—Hay, la rarita no tiene con quien juntarse, que triste tu vida.
—Hay, si verdad. —dije siguiendosela.
—Si.
—Pero sabes que, si no te largas de aquí y me dejas en paz, mi jugo terminará en tu cabello.
—No te atrevas rarita.
—Entonces vete de aqui, hueca.
—Eres una estúpida Madison, pero sabes que Mario jamás te va a hacer caso.
—¿Porqué querría que me hiciera caso?.
—Vamos se ve que te gusto.
—Ja, y que te hace pensar que a ti si te va a hacer caso.
—Mirame y mirate.
—Ah si, mira te explicó, Mario es inteligente y dudo mucho que te llegue a hacer caso, se ve que le caiste mal. O y también te ridiculizó, eso debió doler ¿no?
—Eres una estúpida.
—Hay gracias que linda —dije y ella se fue furiosa.

Entramos a la cafetería y tal y como lo dijo Maria Laura, busco con la mirada a Madison hasta que la encontro y le hizo una seña, Madison nego.

—Bien, esta en plan cero amistoso, vamos por nuestro almuerzo —dijo Maria Laura.
—Bien —dijieron todos.
—Yo solo compre un jugo pues no tenia hambre—. Si se molesta me regreso con ustedes.
—¿A dónde vas Mario? —preguntaron todos.
—Con Madison.
—Estas loco, que no me escuchaste, Madison vino en plan cero amistades.
—Si, ¿recuerdas que soy Mario Bautista? ¿no?, entonces no se desara de mi tan fácil.
—Mario, te va asesinar.
—Ay no exageren.
—Bueno, dejala en paz, es evidente que no esta de humor.
—No, así que con su permiso yo voy con ella —dije y camine hasta su mesa—. Hola.
—No quiero ser grosera pero vete de aquí por favor. —dije sería.
—No gracias —dije y me sente.
—No creo que te guste ser molestado por hablar con la rara.
—Emm si es la unica forma en la que puedo estar contigo, acepto que me molesten todo lo que quieran he, por mi no hay problema yo aguanto.
—Aja, no quiero problemas Bautista.
—Vamos, eres bien divertida como porque perdería la oportunidad de compartir tiempo contigo.
—Si, la chica que conociste el sábado por la noche y el domingo por la mañana no es quien soy usualmente, ya vete.  —dije prácticamente corriendolo.
—Ay, que lindo pero si quieres que me vaya con mis amigos tendras que llevarme arrastrando porque estoy dispuesto a ser un chicle he.
—Genial lo que me faltaba —dije poniendo mi cabeza en la mesa.
—Tan mal te caigo —dije haciéndome el ofendido.
—No, pero puedes voltear disimuladamente a la mesa de enfrente.
—Hice caso y volteé un poco, Carolina veía a Madison con coraje—. ¿Que con ella?
—Le gustaste y como compartimos a ciento me esta jodiendo y me jodera aun más si no te vas.
—Pues que se quede esperando porque a mi me cae mal.
—Y ahora el chico popular empezará. —dije y levante mi cabeza.
—Asi que tú eres Mario Bautista. —dije y pocisione mi mano en su hombro.
—Si, ¿y tu eres?.
—Roger del tercer grado.
—Ah ¿y que quieres?
—Nada, me dijieron que te gusta el deporte y ocupó otro integrante en mi equipo de fútbol.
—No gracias.
—Piénsalo, por cierto ¿que haces con la rarita? —dije y agarre el cabello de Madison.
—Que te importa y suéltala —dije molesto
—Suéltame, y deja de molestar Róger.
—Sabes que eso no va a pasar, me dijo Carolina que la amenazaste —dije y me sente en frente—. ¿Sabes lo que te puede pasar verdad?.
—No les tengo miedo, ya grabatelo.
—Aja. Quedas advertida mocosa.
—Si aja, tu noviecita tambien quedo advertida cariño.
—Otra de tus travesuras y ya verás —la jale del cabello le di un beso en la mejilla y me fui junto con mis amigos.
—Ves porqué, no debes estar serca.
—Madison...
—Bautista, me molestan a mi okay, pero tambien te empezarán a molestar a tí si sigues aquí, ve con tus amigos, que por cierto haces amigos muy rápido.
—En realidad los conozco a todos a unos desde el prescolar y a otros desde la secundaria.
—Pues ve con ellos.
—Ya te dije sere como un chicle, sabes que puedes compartir mesa con ellos ¿no? Ahi esta tu mejor amiga.
—Bien compartiré mesa con ustedes.
—Vamos. —dije y caminamos hasta la mesa donde estaban los chicos.
—Hola chicos —dije muy sería.
—Hola Madison —dijimos todos medio burlandonos, pues al parecer Madison tramaba algo contra Mario y él no lo sabia.
—Sebas puedes tomar al chicle de una mano. —dije refiriéndome a Mario, pues el dijo que estaría pegado a mi como chicle, los chicos comprendieron de inmediato a quien me refería.
—¿Para que?
—Solo hazlo.
—De acuerdo. —dije y tome a Mario de la muñeca.
—Puedes dejar de hablar de esa manera tan fría, me dan hasta escalofrio. —dijo Mario.
—Bautista cállate. —volteé a ver a Juanpa—. Juanpa tu toma la otra.
—Ok. —dije un poco confundido— ¿Que te traes entre manos? —pregunto Juanpa.
—Si, porque no entiendo nada. —dijo Mario.
—Bien, sostenganlo fuerte y no lo suelten.
—Madison ¿estas bien? —pregunto Maria Laura.
—Claro.
—¿Entonces? —pregunto Nath.
—Bautista me dijo que se me pegaría como chicle.
—Aja, y luego —dijo Gisselle.
—Róger y Carolina ya empezaron con sus cosas.
—¿Como? —pregunto Paisa.
—A la loca de Carolina le gusta Bautista. —todos empezaron a reir.
—Eso no explica el que hagas que me tengan así.
—Espéra. No quiero tener problemas y tener que esterle cuidando la cara de revista a su amigo chicos.
—De acuerdo —dijieron todos pues sabian a lo que me referia.
—Me puedes decir porque los chicos no pueden soltarme.
—De acuerdo, "recuerdas que segun tú" seria difícil desacerme de ti.
—Si.
—Pues chicle ves que me es muy facil deshacerme de ti, adiós, no lo dejen que se acerque a mi no quiero estár de niñera —dije de manera sería y me fuí. 

QUÉDATE A MÍ LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora