CAPÍTULO 51

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Hoy nos pusimos de acuerdo con los chicos para ir a la playa, así que subimos a arreglarnos y bajamos después de un rato, solo estábamos esperando a que Madison bajará, pero ya llevaba un rato y nada así que subí a ver porque tardaba tanto.

—¿Amor ya estás lista?
—Si vamos, es solo que se me cayeron los lentes y me agaché por ellos y me mareé un poco, por eso no bajaba.
—¿Estas segura que solo fue eso? Porque te veo un poco pálida.
—No encerio estoy bien.
—Entonces vamos.

Bajamos y los chicos estaban pidiendo el Uber, cuando ya nos disponíamos a salir de la casa, Madison me habló en un tono bajo voltee y la vi demasiado pálida y solo vi cuando se desvaneció y corrí a élla.

—Madison, amor despierta por favor.
—Voy por alcohol —dijo Giselle.
—Tenemos que llevarla al hospital. —dijo Saak
—Aqui está el alcohol —dijo Giselle.
—Lo destape puse un poco en algodón y se lo puse a Madí en la nariz—. Amor despierta.
—¿Qué me pasó?
—Te desmayaste.
—Insisto tenemos que llevarla a un hospital.
—No Saak no es para tanto. —dije mientras Mario me ayudaba a ponerme de pie.
—O claro que iremos a ver un doctor
—Mario...
—Ya dije. Chicos si quieren irse a la playa, yo los mantendré informados.
—Pero...
—Encerio.
—Pero nos avisas Mario.
—Si, ahora vayanse los están esperando. —los chicos se fueron y yo iba a pedir un Uber pero me entró una llamada de Diana—. Hola Diana ¿se te ofrece algo?
—Solo quería avisarles que no voy a poder ir con ustedes, mi perrita se puso mal y la voy a llevar al veterinario.
—Ok, pues ahorita le aviso a Juanpa, esque Madí y yo tampoco fuimos.
—Por.
—La voy a llevar al hospital, se desmayó y eso no es normal.
—Siguen en la casa.
—Si, a penas iba a pedir un Uber.
—Bueno, ahorita paso por ustedes, el veterinario queda unas cuadras mas adelante del hospital.
—Ok, gracias.

Pasaron unos minutos y Diana llegó por nosotros, nos dejó en el hospital y ella se fue al veterinario, entramos a emergencias y les expliqué  lo que había pasado nos pidieron que tomáramos asiento y en un momento la llamarian, después de media hora esperando, nos hicieron pasar, checaron a Madison.

—¿Chicos ustedes son novios?
—Si —contestamos ambos.
—Han tenido relaciones sexuales.
—No —contestamos ambos.
—Bien, solo preguntaba para así mismo ver si podría ser un indicio de embarazo, pero bueno dado que no es el caso, Madison te voy a mandar a hacer unos estudios para ver qué es lo que tienes ok, los tendremos más o menos en una hora, pero durante esa hora te tendremos en observación ok.
—Esta bien.
—Ok. Cuando tenga los estudios vendré a verte, con permiso —sali de el consultorio pues tenía que revisar a otras personas.

—Mario no era necesario además para que me pusieron suero.
—Madison por favor no exageres, y creo que cuando Clarisa se alivie tú no irás a verla.
—Claro que si.
—Claro que no, tú misma has dicho que no te gustan los hospitales.
—Pero eso es distinto.

Les marque a los chicos y les dije más o menos lo que nos había dicho el doctor y ellos me dijeron que si en los estudios salía algo grave les avisara. Pasó la hora y el doctor entro al consultorio.

—Bien Madison ya tengo tus estudios.
—¿Qué es lo que tiene?
—No es nada grave, simplemente esta falta de hierro y vitaminas y tiene un cuadro muy leve de desidratación, la desidratación es muy común cuando las temperaturas de calor o frío son muy altas así que debes tomar mucha agua y sueros, y pues solo te voy a recetar vitaminas y hierro es todo.
—Tanto argüende para eso.
—Madison...
—Lo que pasa Madison esque ahorita anda una enfermedad bastante grave que empieza con mareos, desmayos y náuseas, aunque las náuseas aveces no se presentan, y como lo de un embarazo quedó descartado, entonces decidí descartar esa enfermedad.
—Ok.
—Bueno eso sería todo pueden retirarse.
—Gracias doctor.

—Salimos del hospital y le avisé a los chicos que era lo que tenía Madison—. Amor vamos a comprar las vitaminas y el hierro y de ahí a la casa.
—No quiero estar en casa Mario.
—¿Entonces?
—vamos a un parque.
—Ok me parece.

Fuimos al parque y estuvimos hay por unas horas caminando y conversando, de ahí lleve a Madí a un restaurante que me encanta, comimos y ahora sí nos fuimos a casa pues Madí no se sentía muy bien.

—¿Estas segura que estás bien?
—Si Mario solo me mareé un poco.
—Ok.

Ya era un poco tarde y los chicos aún no regresaban de la playa pues tuvieron un contra tiempo, Madison y yo habíamos estado viendo una serie de comedia romántica, pero decidimos subir a la habitación a dormir.

—Estábamos en la habitación buscando nuestras pijamas y Madison cayó al piso—. Madison despierta, Madison —la cargue y la recosté en la cama después me dirigí al baño por el botiquín de primeros auxilios saque algodón y alcohol, regrese con Madison  le puse el algodón en la nariz para que recibiera el aroma de el alcohol—. Amor despierta.
—No aguanté más y me empecé a reír—. Tranquilo.
—Madison... —dije un tanto irritado y me retiré de dónde estaba.
—Me levante de la cama y me acerque a él—. ¿Estas molesto?
—Eso no se hace, me asustaste.
—Me perdonas.
—Ok, pero no lo vuelvas a hacer.
—De acuerdo.—dije y le pique las costillas.
—Conque ya te llevas.
—No, no Mario, ni se te ocurra. —dije retrocediendo.
—Si te llevas te aguantas.
—No Mario. —dije y tope con la cama y caí.
—Si.—dije y le empecé a hacer cosquillas.
—Mario, no ya no puedo —dije riendo encerio me dolía el estómago de reír, soy poco tolerante a las cosquillas—. Mario te lo suplico ya —sin querer hice que cayera de la cama.
—Auch.
—Mario —dije y me levanté rapido—. Estas bien.
—Si.
—Encerio.
—Si.
—Conste que te dije que pararás.
—Ok, lo admito yo tuve la culpa. —dije y Madison me ayudó a levantarme.
—Si.
—Oye, pero me encanta verte reír —dije y la besé, el beso iba subiendo de intensidad, recosté a Madison en la cama sin deshacer el beso, desabroché la sudadera que traía puesta y me deshice de ella, baje a su cuello y luego volví a besar sus labios.
—No estaba lista para esto, por más que quisiera estar con Mario, lo empuje y me levanté de la cama—. Lo siento no puedo —tome la sudadera.
—Madi...
—Perdón Mario, y por favor no me sigas —sali de la habitación y baje a la piscina me senté en una silla y empecé a llorar.

Soy un imbécil, creo que apresure las cosas, tengo que hablar con ellá y pedirle una disculpa, ire a hora mismo, no, no, tengo que esperar a que élla se calme o terminaré empeorando todo, esque... Maldición no debí dejarme llevar, ahora sí me pase, Madison no es como las demás chicas con las que estoy impuesto  a lidiar y yo con mis cosas pero lo idiota se paga aparte.

Soy una estúpida no debí rechazarlo, me muero de la vergüenza, no puedo ni verlo a la cara, que voy a hacer —en mi celular siempre traigo una fotografia de mi mamá siempre que estoy en dilemas me pongo a hablar con ellá—. Ay mamita que hago creo que ahora sí me pase de estúpida, esque, porque lo empuje si yo si quería estar con él, te juro que se me cae la cara de vergüenza, ni de chiste pienso verlo. ¡Ya se! Diana, si, ella me puede ayudar, no pienso dormir con Mario hoy osea que oso, voy a marcarle a Diana para ver si me puedo quedar en su casa.

—Hola Diana.
—Madison, ¿Ya te encuentras bien?
—Si, solo me hace falta tomar vitaminas y hierro.
—Ok, ¿y a que debo tu llamada?
—Crees que me pueda quedar en tu casa.
—¿Por? Tuviste algún problema con Mario o los chicos.
—No exactamente.
—Ok, pues si, si puedes, mi casa queda a tres calles ahorita te mando la ubicación exacta.
—Gracias.
—De nada.

—Salí de la casa antes de que Mario fuera a bajar, Diana me mandó la ubicación y empecé a caminar—. Si Mario no me encuentra por ningún lado de la casa se va a asustar, le voy a mandar un mensaje mejor.

—Mario salí a caminar un poco y a respirar aire fresco, no te preocupes por mí.
—Iba a bajar a hablar con Madison, cuando me llegó un mensaje suyo no me pareció lo que había hecho así que le mandé un mensaje: “Amor dime dónde estás para ir por ti ya es tarde y es peligroso”. —espere a que contestará mi mensaje pero jamás lo hizo, entonces le marqué.

—¡Ay no! Lo que me faltaba, ahora que hago, no le voy a contestar que vergüenza —colgue con la esperanza de que pensara que no quería hablar con el, pero no, él volvió a marcar, así que volví a colgar y apague el celular, y llegué a casa de Diana.

QUÉDATE A MÍ LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora