CAPITULO 22

309 20 1
                                    

Entre a mi habitación y me avente a la cama solte en llanto. Como es posible que le haya tomado tanto cariño a la persona que me hizo daño y yo ni en cuenta, estaba mejor sin saber quien era en realidad, confie tanto en él y resulta que ese idiota es una de las personas que mas odio en todo el jodido mundo.

—Madison jamás me va perdonar —dije con frustración.
—Ya no pienses en eso y mejor espera a que ambos esten más tranquilos.
—Mario Madison no me va dejar explicarle nada.
—Ya tranquilizate si, yo te voy a ayudar pero ya tranquilo.
—Vamos hablare con tu profesor para que te deje entrar no se vale que por nuestra culpa pierdas tu clase.
—No ya falta poco para que terminé, además no voy tan mal así que pierde cuidado.
—Bien, entonces me voy tengo que ver como va la cafetería.
—Pense que no la habías abierto.
—Deje a Clarisa de encargada.
—Oh, bueno, mas de rato intentare hablar con Madison.
—Gracias Mario, nos vemos luego.

Llegue a la cafetería y todo se veía en orden, solo opte por sentarme en una de las mesas de el fondo. Me sentía fatal, en su momento llegue a pensar que si hablaba con Madison y le contara todo élla lo tomaría de una menera tranquila pero paso todo lo contrario, y me sigue odiando, ni siquiera espero a que pudiera decirle que me obligaron a sacarla de la casa.

—Amor ¿que paso? ¿porque lloras?
—Madison me odia.
—¿Porque?
—Estába discutiendo con mi tío y Madison escucho cuando le dije que es mi hermana y que nunca la dejaría sola y élla no quiere saber nada de mi.
—Patrick sabías que tarde o temprano Madison se enterarían.
—Si, pero no me dejo hablar, no quiero perderla en serio Clarisa no quiero.
—Amor que te parece si tu te vas a tu casa te calmas, y yo me encargo de todo lo que haga falta, cierro y te llevo las llaves.
—No.
—Patrick, ahorita ni cabeza tienes para estar aquí atendiendo a los clientes, hazme caso por favor yo me encargo.
—Esta bien.
—Iré a tu casa saliendo de aquí.
—De acuerdo, te amo.
—Yo mucho más —dije y lo bese.

—Mario tenemos que hablar. —dijo Juanpa.
—¿Que paso?
—Hablamos con Madison y quiere que te olvides de élla —comento Ruiz.
—EH, ¿como?, ¿porque?
—Lele le dijo que estabas enamorado de élla, y Madison nos pidio que buscáramos una forma de hacer que lo que sientes por élla terminé. —dijo Paisa.
—¿Porque?
—Pues dice que élla no te puede corresponder de esa manera y dice que es fisica y emocionalmente un fiasco. —comentó Mau.
—Si pues élla no decide en mi persona y si yo quiero voy a hacer que sienta lo mismo que yo siento por élla.
—Tu tampoco decides en su persona bro.
—Ya lo se Juanpa, pero algo me dice que puedo conquistarla.
—Y si ocupas ayuda aquí estamos nosotros —dijo Saak riendo levemente.
—Bueno me voy tengo que ver como esta Madison.
—De acuerdo, cualquier cosa nos avisas. —dijo Sebas.
—Claro.

Llegue al departamento de Madison y toque varias veces hasta que por fin me abrio la puerta tenía un poco hinchados los ojos.

—¿Mario que haces aquí?
—Vine a ver como seguías.
—Mal, me encariñe con la peor persona del mundo —dije y abrace a Mario.
—Tranquila.
—Ambos nos adentramos a el departamento y tomamos asiento—. Mario él es un mentiroso me dejo sola cuando más lo necesitaba.
—¿A que te refieres?
—Mira yo conoci a patrick cuando yo tenia cinco o seis años, mi papá me habia contado que tenia tres hijos y el los llevó a casa para que nos conociéramos y solo el más chico osea Patrick me "acepto" y dijo que le encantaba tener una hermana y él me dijo que siempre estaría conmigo, la mamá de Patrick le prohibio a papá que Patrick y yo nos vieramos así que en escondidas el lo llevaba a casa y conviviamos, cuando mis padres murieron yo tenía diez años y Patrick quince, —no pude y mis lagrimas empezaron a salir Mario me veía con mucha atención y limpiaba mis lagrimas— la señora se fue a meter a la casa dijo que iba a vivir ahí que la casa le pertenecia a élla y a sus hijos, pero me trataba muy mal al igual que sus otros dos hijos y yo no tenia más familia intente contactar a amigos de mis padres para que me ayudarán pero nunca pude y cuando alguién iba a ver como me encontraba élla me encerraba en el sótano y uno de sus hijos me tapaba la boca para que nadie me escuchará y decia que yo no estaba, en fin Patrick me cuidaba y trataba de que su madre no me hiciera nada y un día de la nada me dijo que me queria mucho y me entrego mi mochila con una maleta pequeña y me dijo que me tenia que ir de la casa y... —di un suspiro largo para intentar controlarme— yo le dije que no, que no quería y él me dijo que no tenía de otra, su mamá le dijo que, que esperaba y él me saco a jalones de la casa yo caí al suelo él volteo asi a tras y luego se acerco a mi para ayudarme a levantarme pero no lo deje, su mamá le grito desde adentró y el solo me dijo perdóname y entro a la casa. Por eso lo odió a él y a su familia, porque me quitaron lo único que tenía, la vida se encargo de arrebatarme a las personas que tanto quería y ellos se encargaron de quitarme todo lo demás. —dije y solte en llanto y Mario me abrazo.
—Tranquila.
—No quiero verlo nunca más. —dije calmandome.
—Princesa no quiero que te enojes conmigo pero, porque no intentas escucharlo talves puedan arreglar todo esto y llevarse bien.
—No, no quiero escucharlo Mario.
—No pierdes nada con escuchar lo que tiene que decirte, tu lo conoces, vas a saber si te miente o no.
—Pero...
—No pierdes nada con darle una oportunidad de aclararte todo ha ambos les haría bien.
—Pero Mario ya no se si en realidad lo conozco me mintió y nunca me dijo que era él prefirio callarselo y yo toda estúpida no pude darme cuenta de quien era.
—Madison escúchame, pero escúchame bien. Si el te hubiera dicho quien era en realidad hubieras aceptado trabajar con él.
—Obvio no, nunca, jamás lo hubiera aceptado.
—Analiza lo que me acabas de decír... Entonces ahora puedes entender el porque no dijo nada.
—¿De parte de quien estás?
—De ambos.
—Como sea, no quiero saber nada de él.
—Madison...
—No intentes convencerme.
—¿Y tu trabajo?
—Buscaré otro.
—Ok. Como que se te antoja hacer, tu sólo díme, podemos salir a caminar, ir al cine, al parque no lo se dime algo que quieras hacer algo que te haga sentir bien.
—Se me antoja hacer absolutamente nada.
—Madison por favor.
—Es enserio.
—Bueno por lo menos te paso los apuntes.
—No.
—¿Como que no?
—No pienso regresar ahí, y de seguro el director me correra por a ver tratado mal a su sobrino, mejor ire a recoger mis papeles y me inscribiré en otro lugar.
—Oye no, no puedes hacer eso.
—Claro que si.
—No, la prepa será aburrida sin ti además si el director te corre Patrick se molestará aun más.
—Yo no quiero regresar ahi después de todo lo que a pasado.
—Esto se va a oír mal pero escúchame bien... Todos los del salón ya se enteraron que Patrick es tu hermano y sobrino del director, creo que le pensarán un poquito más para molestarte.
—Talvez tienes razón pero no quiero regresar ahí.
—Madison no esta a discusión vas a pasar los apuntes y yo vendré mañana por ti para asegurarme de que vayas a la prepa.
—No.
—O claro que si muñeca.

QUÉDATE A MÍ LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora