QUÉDATE A MÍ LADO

CAPITULO 45

Después de esa breve charla con Felicia, Mario me llevo al jardín trasero, tenía un columpio así que fuimos hasta el y tomamos asiento.

—Entonces ¿ya me perdonaste?
—Si.
—Jan hablo contigo ¿no es así?
—Si, y creo que me comporte como una estúpida osea exageré demasiado, debí escucharte.
—Oye, no te insultes, además yo tuve la culpa, debi contarte sobre Mikaela.
—Si debiste hablarme sobre élla, yo te conte todo sobre mi, y yo creo que lo único que sabia de ti es que tuviste como dos mil novias.
—Oye, fueron más.
—Mario.
—No te enojes. —Dije y la abrace.
—Bueno, el punto es que debo aprender a escuchar primero y juzgar después.
—Si talves deberías.
—Oye no te va a salir otra ex novia loca verdad.
—¿Que te diré?
—Mario.
—No lo creó.
—Oye, cambiando de tema, te prometo, no, no, te juro que el besó que me dió David no significo nada para ambos y sobre que me gusta no es cierto solo queria que te fueras y me dejarás en paz.
—Sabía que lo de que te gustaba era mentira, aunque de lo otro no estoy muy seguro, talves para tí ese beso no significó nada pero que tal que para él si.
—Claro que no Mario.
—Oye, si en algun momento llega a resultar que él esta enamorado de tí, automáticamente te voy a querer lejos de él.
—Mario no seas celoso.
—No estoy siendo celoso, solo te estoy cuidando vale, que tal que resulta ser un loco obsesionado contigo, eso no nos conviene.
—Oye, conozco a David, para el tampoco significo nada lo que paso, solo fue una mala jugada.
—Ok. Sabés me alegra tanto saber que estámos bien y que lo que paso solo fue un mal trago.
—Si.
—Sabes ahora entiendo a que se refería mi papá con que tengo a el Ángel guardian más entrometido del mundo y se a quien se refería.
—¿A si? ¿a quien se refería?
—A Jan Carlo, osea Jan siempre se quiere enterar de mis problemas de pies a cabeza, y de una u otra manera siempre me ayuda a resolverlos.
—Bueno, pues es muy necio, no me dejo ni hablar e hizo que escuchara absolutamente todo lo que me iba a decir sobre Mikaela y tu. Mario prométeme que siempre vamos a estar juntos.
—Lo prometo mi amor —la tome del rostro con delicadeza y la besé.
—Te amo.
—Te amo mucho mas mi niña.

Se paso volando la semana y media que faltaba, el evento seria en la noche para dar tiempo a que sus papás lleguen del viaje y pueda arreglarse, Clarisa estaba nerviosa y eso que no es la boda, no quiero imaginarme como estara el día de su boda, en fin la ayude a arreglarse pues de los nervios ya no sabia ni que hacer,  y Patrick solo se reía de nosotras.

—¿Chicas ya estan listas?
—Si.
—Pues entonces vámonos que se hace tarde.
—Bien, Patrick puedes dejarme en el fraccionamiento.
—¿Para que?
—Para que Mario pase por mi.
—Pero...
—Yo no quiero que tu familia sepa quien soy.
—Madi, eres mi hermana y no te voy a seguir ocultando de la gente.
—Pero...
—Mario sabe todo este lío y talves conozca a nuestros hermanos y a mi madre porque su papá y los chicos estan trabajando en algo igual y el no va a dejarte sola.
—Pero es que yo no quiero que sepan quien soy Patrick.
—Madison encerio no te voy a seguir escondiendo ok, pero si quieres llegar con Mario a la fiesta no hay problema te dejo en el fraccionamiento.
—Gracias. —dije y subi un poco molesta al coche.

—Amor, prometiste no decir quien era Madi.
—Clarisa ya me canse de esconder a Madison además tanto élla como mi madre y los chicos tienen todo el derecho del mundo de estar ahí.
—Eres muy necio, mejor vámonos o se hará tarde.

Llegamos al fraccionamiento y baje del coche y Patrick y Clarisa se fueron, en cuestión de minutos Mario llegó por mi, venia con sus padres en una camioneta, el venia manejando, bajo y se acerco a mi.

—Buenas noche señorita.
—Buenas noches jóven.
—Te ves hermosa amor. —dije y la bese, no nos habíamos visto en toda la semana.
—Gracias Bau, te ves guapísimo.
—¿Nos vamos?
—Claro —Mario me abrió la puerta y subí a la camioneta—. Buenas noches señora Gloria y Señor Carlos.
—Buenas noches Madison. —dijeron ambos.
—Bien, vámonos —dije y puse en marcha la camioneta.
—¿Mario y tus hermanos?
—Se fueron en el coche de Daniel, iban a pasar por sus novias.
—Oh.

Llegamos a el lugar donde seria el evento, y enseguida de nosotros llegaron los hermanos de Mario, se acercaron a nosotros.

—Woow Madison te ves preciosa —dijeron ambas.
—Muchas gracias chicas ustedes no se quedan atrás se ven increible.
—Gracias.
—Volteamos a ver a la Señora Gloria pues élla aun no bajaba de la camioneta y woow se veía hermosa y las tres abrimos los ojos como plato.
—Olvidémonos de nosotras. —dijo Cami.
—Woow suegra se ve muy bien. —dijo Clyde.
—Se ve preciosa. —dije.
—Gracias chicas.
—Bueno, si, todas se ven increíbles ustedes y Clarisa serán la sensación del evento ahora entremos. —dijo Jan Carlo.

Porque las mujeres aveces exageran, osea si se ven divinas y todo pero se emocionan mucho entre ellas.

Entramos y todo mundo se saludaba, un mesero nos llevó hasta una mesa que era como de las principales, llegaron los padres de Clarisa junto con Clarisa y Patrick y saludaron.

—Madison dejame decirte que te luciste con la decoración te quedo espectacular.
—Gracias pero lo hicimos entre las dos.
—No es cierto, yo me encargue de conseguir el lugar, invitaciones e invitados y tu de todo lo que se refiere a banquete y decoración a mi solo me pedías opiniones.
—Ay Clarisa.

Jamás podría olvidar la cara de la persona que más daño me hizo, élla y sus hijos se acercaron a nosotros y saludaron cuando llegaron a Mario y a mí, me puse muy neviosa Patrick daria a conocer quien erá.

—Mario un gusto verte de nuevo. —dijo la madre de Patrick.
—El gusto es mío.
—¿Y élla es?
—Mi novia...
—Uff no podía dejarme intimidar—. Madison Leiva Rodríguez, mucho gusto —dije extendiendo mi mano y Mario me miro un poco sorprendido, sabía que el no tenia intenciones de dejar al descubierto mi nombre completo.
—Siento que te conozco de alguna parte —dijo uno de mis hermanos.
—Eres mesera en la cafetería de Patrick ¿no? —dijo el otro sin intenciones de insultar.
—Así es. —conteste firme y amable.
—Yo siento que te conozco de otra parte —dijo la madre de Patrick.
—Mamá encerio no la reconocés ni siquiera por el nombre —dijo Patrick y Clarisa lo fulminó con la mirada.
—No logro recordarlo.
—Es Madison mi hermana.
—Con que eres tu. —maldita escuincla.
—Así es Josefina, no te preocupes ni me pongas esa cara, no pienso quitarte nada de lo que me quitaste. —un mesero se acercó a decirme algo—. Compermiso tengo que ver que esta sucediendo —le hice la seña a otro mesero para que se acercara—. Disculpa le puedes traer un vaso de agua a la señora, no se vaya a desmayar. —fue lo ultimo que dije y sali de ahí.

—Fue un gusto saludarlos, mamá vamos a nuestra mesa.
—De acuerdo, Patrick tu y yo hablaremos después oíste.
—Si, mamá, si me da tiempo después hablamos.

—Woow ¿que paso con Madison? ¿porque le hablo con despreció y tan fría a la mamá de Patrick?. —Pregunto Camila.
—Larga historia, pero la señora no sabía que Patrick encontro a Madison y se a hecho cargo de todo lo que élla necesita. —comento Mario.
—Oh.
—Y esa, es la versión de Madison con la que más e convivido desde que nos conocimos.
—No inventes —dijo Daniell.
—Hola familia hermosa —dijo Juanpa llegando con los chicos.
—Hola chicos.
—Y Madison ¿donde está?
—Fue a ver que todo estuviera en orden con el banquete o yo que se.
—Oh.

—Después de ir a ver que sucedía con los meseros, regrese a donde Mario y su familia y ahí se encontraban ya Juanpa y los chicos—. He regresado, hola chicos.
—Hola Madí.
—Oye, oye tienes que contarnos que paso con la madre de Patrick.
—Claro, si quieren luego nos juntamos y les doy información completa. —dije riendo.
—¿Encerio nos contarás? —Pregunto Lelé.
—Claro, igual y así entienden un poco porque no quería a nadie cerca.
—Ok. —dijeron todos.
—Oye, oye, yo pongo mi casa —dijo Jan y todos rieron.
—De acuerdo, cambiando de tema, ¿porque no se trajeron a Felicia y Nando? —pregunto Saak.
—Bueno, lo que pasa es que Felicia no queria venir que porque élla no era de nuestra categoría y bueno, esas cosas absurdas, y cuando ya casi lograba convecerla, Nando dijo que se sentía mal.
—Porque no, nos dijiste Mario.
—Ay mamá pues, porque Felicia no me dejo, pero me prometio que si Nando se ponia mal me llamaría.
—De acuerdo.