8) Risa

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Un frío helador inundó la clase entera en cuestión de segundos y todos los presentes sintieron la angustia provocada por la criatura.

El dementor salió flotando del armario, directo hacia Harry, alargando sus manos de muerto hacia él. Esto no era nada nuevo para el Gryffindor, ni siquiera la fría y aguda risa que oía en el fondo de su mente, ni la tonalidad verde que tenía todo lo que miraba.

Pero, cuando el siniestro guardián se acercó, Harry le vio la cara. Y no era el típico rostro sin ojos y con esa horrible boca para chupar almas, sino uno muy pálido, con ojos rojos de reptil y sin nariz, solo dos ranuras que recordaban a una serpiente.

Snape, que se había acercado un poco a Harry, también vio el cambio, pero creyó firmemente que Harry solo podría con él, al fin y al cabo... Era "tan solo" un boggart.

Un pinchazo de dolor en la cicatriz de la frente, como si se le clavara algo. Le dolían los ojos y le costaba respirar. Aún así, se concentró.

"-Hoy vamos a preparar una poción lubricante.

*
¿Lubricante de qué tipo?

*
Este libro es propiedad del Príncipe Mestizo

*
Con sabor"

-¡Riddikulus!- la capucha del dementor se le cayó, dejando ver la reluciente calva de Voldemort. En el lugar donde estaban sus ranuras/fosas nasales empezó a crecer una nariz que se iba haciendo cada vez más grande, hasta alcanzar el tamaño de su cabeza entera. De la calva le empezó a salir primero una pelusilla como de bebé, y luego un pelo castaño y rizado.

Snape se apresuró a encerrarlo otra vez.

A Harry le ardía el cerebro, tanto que, después de comprobar que su hechizo había hecho efecto, cayó de rodillas haciendo un ruido considerable y se agarró la cabeza con ambas manos.

Al oírlo, Severus se dio la vuelta, asustado. Inmediatamente, llegó a donde estaba Harry con un par de zancadas e hincó una rodilla en tierra, procurando no ser demasiado cariñoso para no levantar sospechas, mas le era muy difícil. Ardía en la necesidad de abrazarlo y acunarlo en su pecho hasta que se calmara, pero no podía. Se limitó a cogerlo por los hombros y decir:

-¡Potter! ¿Está bien?

Harry sentía su frente en llamas, y pretendía sofocarlas con sus manos, pero estaban demasiado calientes. Cuando Severus lo agarró por los hombros, no dudó. Agarró la mano de Snape, que estaba tan blanca y fría como la esperaba, y se la llevó a la frente, aliviando un poco el dolor.

A Severus la piel de Harry estaba literalmente quemándole la palma de la mano, pero aguantó el dolor porque supuso que no era nada comparado con el que Harry debía estar sintiendo en ese momento.

En efecto, Potter sentía su cabeza partida en dos. Se aferró con más fuerza a la muñeca de Snape, clavándole las uñas. Lloraba de puro sufrimiento, aún no de vergüenza porque no era consciente de dónde estaba, ni de cuándo, ni de que toda la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras había dejado de hablar y se les había quedado mirando con las bocas abiertas. Solo tenía consciencia del dolor que sentía y de la mano de Severus en su frente, que ya empezaba a calentarse.

Sin embargo, Snape era plenamente consciente de todo lo que estaba pasando, pues miraba de reojo a la multitud que observaba. Estaban dando la nota, pero lo más importante era que Harry estuviera bien. Pensando esto, se concentró solamente en ellos dos.

Al muchacho le rodaban las lágrimas por las mejillas y tenía la boca abierta como para gritar, pero no producía ningún sonido. La mano del profesor se quemaba, pero pensó que seguramente la otra estaría aún fría. Potter opuso gran resistencia, pero al fin Severus pudo empezar a quemarse la otra mano con su piel. Se miró la chamuscada.

Antes de Tiempo /SNARRY/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora