19) Provocación

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Harry comió junto a Neville y Luna en un extremo de la mesa de Gryffindor. El grupo en el que se encontraban Ron y Hermione en compañía de Ginny, Seamus y Dean estaba bastante alejado, pero Harry escuchaba sus risas como si los tuviera al lado del oído.

Potter los miró de reojo, distrayéndose de la tranquila conversación entre Neville y Luna. Efectivamente, todos se reían a carcajadas. Todos menos Hermione.

La chica castaña estaba mirando en su dirección con cara de curiosidad y el tenedor cargado de comida a medio camino hacia la boca, pero sus compañeros apenas parecían darse cuenta de que ella no participaba de la conversación y continuaban riéndose exageradamente.

Durante el segundo en el que sus miradas se encontraron, Harry se olvidó completamente de que estaba enfadado con ella. ¿O realmente lo estaba?

Él rápidamente apartó la mirada, volviendo a concentrarse en su comida. No, no estaba enfadado. Solo había sido un malentendido. Pero ellos sí estaban enfadados con él.

-¿Verdad, Harry?- la voz de Luna le llegó de repente, sobresaltándose al oír su nombre.

-¿Qué? Lo siento, no estaba escuchando.

-Hablábamos del partido del próximo domingo- intervino Neville. -Estaréis entrenando muy duro para ganar a las serpientes, si nos ganan quedamos en último lugar para la copa de las casas.

-Sí, estamos entrenando bastante- respondió él mirando distraídamente hacia la mesa de profesores, por donde Severus seguía sin aparecer. -Aunque he de decir que el equipo de Slytherin está muy fuerte este año, machacaron a Ravenclaw en el último partido, ¿os acordáis?

Continuaron hablando de Quidditch durante toda la hora del almuerzo y luego Harry pasó toda la tarde en la sala común haciendo sus deberes y estudiando. Por suerte, Ron y Hermione no estaban allí porque ese día se celebraba una reunión de prefectos, así que Potter pudo estar tranquilo.

Cuando bajó a cenar tuvo que sentarse solo. Se había entretenido practicando un hechizo para encantamientos y se había hecho algo tarde, así que Neville ya se había unido a Dean y Seamus, y Luna estaba en la mesa de Ravenclaw. A Ginny no sé la veía por ningún lado, probablemente estaría liándose con algún chico en un aula vacía o en el pasillo. Harry se reprendió mentalmente por pensar eso de Ginny, pero en el fondo no estaba muy arrepentido.

Pensó en sentarse con Neville y compañía pero luego se acordó de lo rápido que Seamus se calentaba contra él. En cualquier momento podía salir el tema de su enfado con Ron y Hermione, y no quería que Neville se enterara. No ahora que era el único fiel.

Así, acabó sentado él solo en el extremo de la mesa de Gryffindor más cercano a la mesa de los profesores, donde el sitio que usualmente ocupaba Severus estaba vacío.

El profesor entró por la puerta principal cuando Harry estaba a mitad de la cena. Caminó a grandes zancadas por el pasillo central, haciendo ondear su capa como solo él sabía. Le dirigió a Potter una larga mirada y una imperceptible sonrisa.

Severus había comido en sus habitaciones y por la tarde había asistido a la aburrida reunión semanal de prefectos y jefes de casa. No había podido dejar de pensar en Harry mientras escuchaba hablar a Granger y Weasley, a los que, por ser prefectos de Gryffindor, se les había pedido explicaciones por el desastroso comportamiento de sus alcornoques compañeros de casa esa semana.

Se sentó en la mesa de profesores entre Dumbledore y Slughorn, disponiéndose a cenar.

-Buenas noches- murmuró, como era costumbre.

-Buenas noches, Severus. ¿Cómo te va, muchacho?- preguntó Dumbledore jovialmente.

-Razonablemente bien- contestó en tono seco. Siempre solía utilizar ese tono en oposición a la voz alegre de Albus, pero el director sabía que no era a malas.

Antes de Tiempo /SNARRY/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora