58) Herida

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*ADVERTENCIA: Puede herir la sensibilidad*

Harry estaba algo preocupado. Severus no se había dejado ver en la cena aquella noche, después de estar algo irascible y ausente durante la clase. A Harry le había dejado un mal sabor de boca la mirada de lujuria que el profesor le había dedicado mientras él miraba su trabajo "Desastroso", le parecía que no era el momento.

Ignoró la mala sensación que tenía (no muy inteligentemente visto que sus sensaciones últimamente llevaban a sucesos trascendentales) y les comunicó a sus amigos su deseo de ir a ver si Severus estaba bien.

Ellos se ofrecieron a acompañarle, especialmente Ron que recordó lo que había visto en la mente de Harry sobre la última vez que Potter había ido a ver si Snape estaba bien. El pelirrojo solo comenzaba a entrever lo traumática que esa noche, la botella rompiéndose contra lo que había sido la pared pero podría haber sido su cuerpo, había sido para Harry, aunque pudiera parecer una tontería. Podría parecer un desliz de Snape, pero Ron tenía la sensación de que no lo era.

-Escucha, Harry- le dijo, y Potter sabía que cuando le llamaba por su nombre se trataba de algo serio. -Creo que no deberías ir.

Hermione lo secundó, pero Harry siguió en sus trece. Solo le faltaba que sus amigos le prohibieran ir a ver a su... a Severus.

Ron y Hermione se miraron y decidieron no continuar. No querían desencadenar otra discusión.

La noche anterior, en la reunión de la Orden, ambos se habían convencido un poco más de la bondad de Snape al verlo siendo gentil y amable con Harry, pero aún tenían cierto reparo.

-Ten cuidado- le dijo Hermione. Harry rodó los ojos antes de irse con pasos rápidos, y los dos Gryffindor se cogieron de la mano mientras acababan de cenar en silencio.

Harry enfiló los corredores hacia las mazmorras. Estaba algo furioso. "Ten cuidado" ridiculizó el tono de Hermione en su mente. Lo mismo le había dicho Remus el día anterior. No sabía qué se pensarían que le iba a pasar.

Se colocó la capa de invisibilidad en un rincón de un pasillo, tratando de ignorar por completo sus propios reparos sobre el asunto. No, se dijo, Severus podría necesitar su ayuda y eso era lo único que importaba.

Cuando llegó al pasillo del despacho del profesor se quitó la capa: siempre estaba desierto. Dudó un momento frente a la puerta, pero finalmente pensó que seguro que Severus ya había cambiado la contraseña y llamó con los nudillos.

Se quedó delante de la puerta durante medio minuto, su corazón latiendo algo intranquilo sin saber muy bien por qué. Muy en el fondo, esperaba que nadie contestara, y se sintió muy culpable por ello. Pero no sabía si podría soportarlo si Severus estaba... bueno... Quizá debería llamar otra vez, solo para asegurarse, antes de irse.

Se disponía a llamar de nuevo, tenía los nudillos camino de la madera oscura de la puerta, cuando esta se abrió.

Muchas cosas pasaron en el siguiente segundo. Una mano de Severus le rodeó la cintura y lo arrastró hacia dentro, pegándolo completamente a su cuerpo. Inhaló sorprendido, casi asustado, y su nariz se llenó de puro alcohol.

Picante, asqueroso, mucho más intenso que la última vez.

Y no solo eso, sino que sintió la erección de Severus en el muslo.

Su estómago dio un brinco hasta su boca y luego se le cayó a los pies. "Ten cuidado" le susurró Remus en un oído, mientras los ecos de las palabras de Hermione llegaban a su otra oreja y en su cabeza se rompía aquella botella de vodka.

No debería haber ido, pensó, recordando lo que le había dicho Ron con toda la razón y buena intención. No debería haber ido, ¿pero cómo podría no haberlo hecho? ¿Cómo podría no haber ido, cuando lo amaba? ¿Cómo podría haberlo dejado, esa noche o cualquier otra?

Antes de Tiempo /SNARRY/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora