53) Desayuno

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Él y Harry paseaban cogidos de la mano por los jardines de Hogwarts repletos de estudiantes. Veía su sonrisa kilométrica y eso le bastaba para ser feliz. El sol brillaba en lo alto, y no recordaba haberse sentido tan bien nunca.

Pero de repente todo cambió. Un trueno golpeó su tímpano mientras un relámpago partía el cielo en dos y las nubes se le caían encima.

Su mano se sintio vacía de repente y se dio cuenta de que Harry no estaba por ningún lado. Miró alrededor, asustado. Empezó a llover, y el viento hacía que su capa negra se le enredara en las piernas. No había ni rastro de un solo estudiante en los jardines.

Entonces cayó otro rayo, que iluminó un enorme grupo de personas delante de él. El Lord estaba en el medio y Harry estaba a su lado, serio, con los brazos cruzados, su mirada ligeramente reprobatoria. Detrás de ellos había cientos, millares de otra gente, alumnos, mortífagos, le pareció ver la punta del sombrero de Dumbledore, pero le daban igual.

Tragó saliva conteniendo la respiración. ¿Cómo estaba Harry allí? Si hacía solo un momento estaba a su lado, apretándole la mano sonriendo. Y ahora estaba... al lado del Lord. Al lado de aquel hombre que lo había torturado hasta la saciedad. Se sintió increíblemente herido y confuso.

Sin decir nada, el Señor Tenebroso sacó la varita y apuntó a Harry.

Este, mirándolo desde allí, lejos, lejos de él que estaba absolutamente solo en medio de la lluvia, dijo:

-Es tu culpa.

Estaba a cien metros, pero las palabras pronunciadas suavemente y sin sentimiento alguno le llegaron con toda claridad y su boca se llenó de un regusto a alcohol.

Un segundo después, el Avada Kedavra del Lord impactó con el cuerpo de Harry, que se desplomó sin que nadie hiciera nada.

***

Severus abrió los ojos de golpe, con la respiración cortada. El cuarto estaba oscuro, pero sabía reconocer que era su habitación, y que estaba en su cama. Los latidos de su corazón se oían tan fuertes que parecía que todo su cuerpo latiera.

Un ronquido le llegó al oído anunciando que Harry dormía detrás de él, y que había estado a punto de despertarlo.

Se frotó la cara con las manos, intentando tranquilizarse. Hacía tiempo que no tenía pesadillas tan horribles... Tan reales. Pero solo había sido una pesadilla. Suspiró con las imágenes grabadas en la retina.

Se giró para mirar a Harry en la penumbra. Dormía plácidamente y su carita transmitía una paz y una relajación contagiosas.

Severus se apretó contra él, recordando la horrorosa imagen de su cuerpo desplomándose, y le dio un beso en los labios entreabiertos, ligero para no despertarlo. Harry estaba bien. Harry estaba allí, con él, y no se iría.

Se abrazó a su cuerpo desnudo y cálido, aspirando su aroma familiar, reconfortante. Observó sus facciones hermosas y en perfecta calma. Sonreía levemente mientras dormía. La mirada de Severus se desvió a la cicatriz que apenas se insinuaba en su frente, perdida entre las sombras.

La imagen de su nuevo boggart resplandeció nítida en su mente mientras cerraba los ojos adormecido. Tenía mucho miedo de perderle.

***

Harry despertó muy temprano por la mañana, con la primera luz del alba entrando por las ventanas. Encontró a Severus aferrado a él, con la cara casi contra su pecho, durmiendo como un lirón. Después de observarle dormir durante un momento, se levantó con mucho cuidado de no despertarle.

Antes de Tiempo /SNARRY/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora