Antes de Tiempo /SNARRY/

44) Aceite

Advertencia:
Esto puede volverse raro dependiendo que cómo de trastornad@ estés por el snarry y el Yaoi en general.

Prácticas sexuales fuera de lo común (XD)

***

Tras un profundo hechizo de limpieza que hizo a todo su cuerpo cosquillear, Harry se sentó a horcajadas encima de su abdomen y Severus, mientras se retorcía intentando desesperadamente rozar su erección contra algo, pudo notar que estaba desnudo.

-Severus, ¿acaso tengo que acortar las cuerdas?- lo reprendió Harry, y el profesor, con una sonrisa en los labios que se mordía, paró de moverse.

La mano de Harry se colocó en su pecho y Severus pudo sentir que estaba impregnada en algo, probablemente un aceite.

Al segundo siguiente la mano empezó a masajear su pecho y sus hombros hasta sus brazos, y el olor le golpeó la nariz.

Mierda.

No solo era afrodisíaco, con lo que se estremeció y notó que su erección iba formando un charquito de líquido preseminal en su abdomen, sino que...

-Mierda- suspiró, pegando su nariz a su brazo y aspirando profundamente. -Mierda- repitió más fuerte, tensando cada músculo de sus brazos y apretando los puños. -Huele a ti...

Gruñó de pura excitación, con más ganas que nunca de soltar sus brazos y estampar el cuerpo de Harry contra el suyo, pero no, el chico siguió tranquilamente extendiendo el aceite y masajeando su piel. Allí donde recibía un toque sentía descargas eléctricas y se le erizaba el vello.

No sabía cómo había llegado a ese punto de deseo, de necesidad, porque Harry solo le había tocado los brazos y poco más abajo de los hombros pero él ya tenía ganas de correrse. Sus manos estaban calientes y sentía su piel arder con su contacto.

-¿Lo... hiciste tú?- preguntó con la voz estrangulada refiriéndose al aceite.

-Sí- dijo Harry, y su voz sonó agradablemente baja y suave en el oído de Severus -pero no vamos a hablar de eso.

El saber que Harry lo había preparado él mismo hacía que fuera mil veces más caliente, pensó Severus, jadeando, mientras notaba que Harry se sentaba en la cama en el hueco entre sus piernas, ligeramente abiertas, y bajaba sus manos calientes por su pecho hacia su abdomen.

El aroma le nublaba la mente, lo embriagaba y no podía pensar en nada más que en lo excitado que estaba y en las manos de Harry en su cuerpo. Olía picante y dulce, a fuego de chimenea, a tarta de melaza y a madera de palo de escoba. Y todo eso de alguna manera olía inconfundiblemente a Harry, a su cuerpo, a sus túnicas de estudiante. Por algún motivo, por más que lo olfateara una y otra vez pegando su nariz a su brazo, su olfato no se acostumbraba ni su intensidad disminuía, sino que parecía hacerse más intenso, más delicioso. Severus pensó que no le importaría oler ese perfume todos los días durante el resto de su vida.

Sintió unos labios húmedos en su muñeca y en la palma de su mano, y pareció recordar que el propio Harry, el de carne y hueso, estaba allí, encima de él. Como pudo le acarició la cara con su mano esposada y la boca del chico continuó su camino por su brazo.

Nunca se había dado cuenta de que la piel del antebrazo, cerca de la muñeca, era una zona tan malditamente sensible, pero allí estaba, intentando no retorcerse mientras la lengua de Harry se paseaba por su piel.

Bajó hasta su axila, donde lamió, sorprendentemente haciendo que un escalofrío lo recorriera.

-Harry, para...- murmuró apenas, su respiración entrecortada y su cara enterrada en su propio brazo, sintiendo la suavidad del antifaz que cubría sus ojos.