30) Frío

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[N/A Antes de nada aclarar que la poción Respiratio me la he inventado yo. Ahora sí, vamos con el Snarry]

(~ ̄³ ̄)~

La puerta de la cocina se cerró tras ellos con un chasquido que retumbó en el corredor. Antes de que Snape pudiera comprobar si había alguien cerca, Harry se le echó encima, apretándole contra la pared. Se agarró fuertemente a su levita con una mano, apretando involuntariamente el chocolate con la otra, y le besó con necesidad.

Las imágenes de Sirius cayendo por el velo se aparecían ante sus ojos. Tenía tanto frío, tanto... Seguro que así era como se sentía cuando tu cuerpo atravesaba la aquella tela, la tela de la muerte. El siguiente sería él. Y no podía hacer nada para evitarlo... Moriría cualquier día, solo en su cama del dormitorio de Gryffindor, sin luchar, sin pelear siquiera, ocurriría de nuevo, se quedaría sin aire. Pero esta vez Severus no estaría allí para salvarlo.

La mano de Snape apretando su mandíbula detuvo su torbellino de pensamientos y lo alejó de él. Harry sintió sabor a sangre en su boca y, cuando vio una pequeña herida en el labio inferior de Severus, comprendió que le había besado con tanta intensidad que le había mordido.

Snape murmuró algo y Harry vio que había sacado la varita y estaba echando un conjuro sobre ellos dos. Un momento después supo qué hechizo había utilizado Severus al sentir en todo su cuerpo el cosquilleo de la desilusión.

Snape se llevó la mano, aún empuñando la varita, a la boca, e hizo un gesto de silencio, su otra mano apretando la mandíbula de Potter.

En ese momento, Argus Filch apareció por detrás de la esquina más cercana. Harry abrió mucho los ojos y Snape retiró la mano de su cara lentamente para no hacer ruido.

El conserje no podía verlos debido al hechizo de desilusión, pero ya no había modo de insonorizarse sin ser detectados, por lo que tendrían que guardar silencio.

Filch pasó lentamente por detrás de Harry, que no se atrevía ni a respirar, con la mirada fija en los pozos negros de Severus, impasibles. El conserje miró alrededor, no muy convencido de que no hubiera nadie allí, pero entonces se escuchó un ruido.

Harry pensó que era su final, habían sido descubiertos. Sin embargo, luego se dio cuenta de que el sonido había venido de dentro de las cocinas y casi suspiró aliviado.

-Condenados elfos, siempre haciendo ruido...- rezongó Filch, y se fue por el extremo opuesto del pasillo.

Snape y Potter se quedaron mirándose a los ojos esperando a que dejaran de oírse los desacompasados pasos del conserje y, cuando esto ocurrió, dejaron escapar el aire que habían estado conteniendo.

-Para ser un experto en merodear por aquí de noche, no tomas muchas precauciones- susurró Severus mientras se guardaba la varita en un bolsillo de fácil acceso. Harry suspiró.

-Lo siento- murmuró con voz temblorosa pasándole un pulgar por la herida del labio inferior, que sangraba un poco.

-¿Qué te pasa, Harry?- susurró el profesor con voz extrañamente dulce, agarrándolo de la capa con ambas manos, sosteniéndolo cerca. El chico se apartó un poco de él para toser, y luego habló:

-Es Kreacher, me trae malos recuerdos- los ojos oscuros del hombre tenían un efecto extraño sobre Harry, siempre le parecía que estaban mirando al fondo mismo de su alma. Y en ese momento estaban preguntando por más información. -Él... contribuyó en la muerte de Sirius- murmuró Harry, y su afonía lo hizo más melancólico.

-Lo siento- dijo Severus pronunciando las sílabas lentamente mientras acariciaba su mejilla con una mano.

De verdad que lo sentía, no se había llevado muy bien con Black en su juventud pero sabía que no era un mal hombre, al menos no peor que él, y debía ser difícil para Harry que cada vez que tenía una figura paterna en su vida se la arrebataran.

Antes de Tiempo /SNARRY/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora