~Epílogo~

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El verano se deslizó suavemente sobre Hogwarts y sus únicos dos moradores: Severus Snape y Harry Potter.

El curso se había dado por terminado tras la batalla final del 11 de mayo. Los muchos heridos habían sido trasladados a San Mungo, los aurores se habían ocupado de los mortífagos y ya habían tenido lugar la mayoría de los juicios, incluido el de Severus, en el que tras una gran cantidad de información en su defensa, con Harry Potter como testigo y memorias de Dumbledore, había sido indultado. Es más, le habían ofrecido la Orden de Merlín, pero la había rechazado.

McGonagall se había convertido en directora de Hogwarts, pero había dejado la escuela en manos de Harry y Verus durante todo el verano, así que eran ellos los que se estaban ocupando de supervisar la reconstrucción. Había sido idea de Harry construir un cementerio dentro de los terrenos, para honrar a los caídos y que las futuras generaciones de alumnos fueran conscientes de lo que allí había tenido lugar; y Severus planteó la posibilidad de enterrar allí a combatientes de ambos bandos sin hacer distinciones.

Así lo hicieron. En la linde del bosque construyeron ellos mismos un sencillo muro que se iba cubriendo de hiedra, rodeando a las sepulturas de casi todos los caídos, aquellos cuyas familias habían consentido en dejarlos reposar en el mismo lugar que todos, sin distinción de bando, habían amado.

Incluso Tom Riddle había sido enterrado en medio de los demás, con una inscripción bastante escueta en su lápida sencilla. El ministerio insistió en mandar a molestos aurores para que montaran guardia allí delante, a pesar de los argumentos de Harry y Severus que lo consideraban totalmente ilógico, pero Voldemort no levantó nunca la cabeza y los aurores se cansaron y desaparecieron a mitad de junio.

Algunas lápidas que tenían más flores que otras. Harry pasaba bastante tiempo en el cementerio, delante de las tumbas de Seamus y Dean, una al lado de la otra como no podía ser de otra manera y con una inscripción escrita personalmente por él sobre la tolerancia y el amor. Detrás de estas había otras dos sepulturas una al ladito de la otra: una de ellas era de Remus Lupin, la otra Harry la había mandado trasladar especialmente hasta allí, la de Sirius Black. "Hasta que la muerte nos una", ponía entre ellas. Solo recientemente Harry había dejado de llorar cada vez que lo leía. 

Todas ellas estaban cubiertas de flores.

Las tumbas de los mortífagos no recibían tantas visitas, casi ninguna, de hecho. Los que no habían fallecido de aquellas familias estaban la mayoría en Azkaban; los que no habían apoyado la causa, como por ejemplo Andrómeda Tonks, que acompañaba a su hija Nimphadora cuando esta iba a visitar la tumba de Lupin, se quedaban mirando la tumba de su hermana Bellatrix sin decir nada, y sin llevar ninguna flor. 

Otros no habían tenido la suerte de ir a Azkaban, ni siquiera los habían dejado morir en paz.

La cara horripilante de un dementor fue lo último que besaron los labios de Draco Malfoy.

A Sybill Trelawney le había tocado la tumba de la entrada del cementerio. Hogwarts se había quedado sin nadie que ocupara el puesto de Adivinación, y Harry lo vio muy claro. No le costó demasiado convencer a Snape: no había nadie mejor que él para ese puesto, y en el fondo ambos lo sabían. Los adivinos eran un bien muy escaso, y él se enorgullecía de decir que era uno de ellos.

Al final se lo propuso a McGonagall y ella aceptó con una serie de condiciones: tenía aún que cursar séptimo año, "con todas las mismas materias que los demás y sin excusas", y tenía que pasarse el verano estudiando, porque "por mucho don que tuviera, todo el mundo sabía que no había pasado de tercer curso".

Así que lo estaba dando todo para convertirse en profesor al año siguiente, a veces pasaba días enteros en la biblioteca o en su nueva aula, y Severus lo buscaba donde quiera que estuviera para darle la comida, no fuera a ser que se le desmayara el novio encima de una bola de cristal desfallecido de hambre. El profesor de defensa contra las artes oscuras, mientras, se ocupaba de la reconstrucción del Gran Comedor y, cómo no, de sus pociones.

Antes de Tiempo /SNARRY/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora