El día de Severus fue largo. Cuando salió de sus habitaciones por la mañana se dirigió al comedor para desayunar y bendijo a Merlín porque Harry parecía haberse ido ya. No hizo caso a nadie durante su breve desayuno, que se resumió en mirar a su plato siendo consciente de cada pinchazo de dolor en su cabeza y tragarse medio litro de café.
La resaca, aquel estado, aquella sensación de la que él tanto sabía... Nunca le había sido más amargo, pero el dolor lo ayudaba a calmarse. Merecía cada segundo de él, era su castigo autoimpuesto no tomarse una poción para aliviarlo.
Salió del comedor sin mirar a nadie. Se sentía fatal, física y emocionalmente. En una parte de él sintió el deseo de hacérselo pagar a los estudiantes, siendo consciente de lo muy infantil que esto era, pero luego recordó que era sábado. Era maldito sábado y tenía todo el día para odiarse a sí mismo.
Solo eran las diez de la mañana y ya había vomitado, llorado a mares e intentado suicidarse. ¿Quién sabe qué podría pasar hasta que llegase la noche?
Como no podía soportarse ni un segundo más, se fue al aula de pociones y respiró una vez a solas con su viejo laboratorio. El "te quiero" que le había dicho Harry entre sollozos resonaba en su cabeza con tanta claridad que casi parecía que lo estuviera oyendo, y lo torturaba. No paraba de preguntarse dónde estaría Harry, con quién estaría Harry, cómo estaría Harry...
¿Cómo iba a estar? Se atrevía a preguntarse eso. ¿Cómo iba a estar después de lo que le había hecho?
Se lo imaginó, solo por un instante, en la misma posición que él hacía un rato, arrodillado, la varita clavada en la muñeca a punto de lanzar el último hechizo...
No.
Con un nudo en su garganta y el corazón en un puño comenzó a moverse. No podía quedarse quieto, no podía pensar en eso. No quería.
Así que empezó a preparar una poción al azar, aunque no podía ser menos aleatoria. Respiratio. La misma que en una madrugada había preparado junto a un Harry helado de frío que había estado al borde de la muerte.
La preparación de la poción hizo que su mente se olvidara de resacas e intentos de suicidio, pero en vez de eso lo veía a él. Cuando sus manos expertas cortaban los ingredientes él veía las suyas, heladas pero dispuestas a ayudar. Lo veía en uno de aquellos taburetes a su lado, envuelto en su capa y mordisqueando una tableta de chocolate mientras la poción completaba su tiempo de cocción.
Consciente o inconscientemente, se ciñó la capa al cuerpo mientras continuaba cortando, removiendo y realizando cada uno de los pasos a la perfección y de memoria. Cuando la poción estuvo lista la embotelló y la dejó a un lado. Más tarde se la llevaría a Pomfrey, pero ahora trabajaría más.
Pasó todo el día de un lado para otro entre el armario de ingredientes y sus calderos. Preparó todo lo que Pomfrey había encargado, pues a pesar de ser el Maestro de Pociones Slughorn ponía como excusa su edad y que estaba muy ocupado para escaquearse de lo que no tuviera que ver con sus idolatrados alumnos, y en muchas ocasiones era Severus quien tenía que suplir a toda la escuela.
Cuando salió de allí ciertamente se había olvidado de sus problemas, pero también de la hora. Se había saltado la comida y quedaba poco tiempo para la cena, pero su estómago parecía cerrado a cal y canto entre sus pociones y que todos los recuerdos volvieron a su mente al volver en sí, ver el aula y saber que Harry estudiaba en uno de aquellos pupitres.
Así que se presentó a cenar, aún sin muchas ganas y con la cabeza dolorida, porque sabía que Albus solía molestarse si no aparecía en público, y ya se había ausentado en la comida.
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Antes de Tiempo /SNARRY/
Fanfiction80/80 💤La relación entre un profesor y su alumno puede ser complicada...💤 Todo empieza en sexto curso, una noche en el despacho de Snape mientras Harry está castigado, se queda dormido y tiene un sueño premonitorio acerca de la batalla de Hogwarts...