56) Familia

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-¡Hermione! Llegamos tarde- Harry salió corriendo del dormitorio de los chicos con Ron detrás poniéndose el jersey. La chica estaba en la sala común haciendo tareas después de cenar mientras ellos dos charlaban con Seamus y Dean (a quienes Ron seguía obsesionado con casar o por lo menos hacer que se amaran). Todo sea dicho, Harry apoyaba la causa de su amigo.

-Mierda- susurró Hermione, saltando de la silla y recogiendo sus cosas.

Les habían llegado tres cartas con el correo de la mañana, cada una en un sobre de color y tamaño distinto para no despertar sospechas, invitándolos a la reunión de la Orden del Fénix aquel día 23 de enero en la oficina de Dumbledore a las ocho.

Pues ya eran las ocho y ellos seguían en la torre de Gryffindor.

Salieron los tres por el agujero del retrato, corriendo y dejando tras ellos a una confundida Ginny que hasta hacía un momento estaba estudiando con Hermione.

Llegaron delante de la gárgola y los tres dijeron a coro la contraseña de Dumbledore: Torrijas. Pasaron y subieron la escalera de caracol de dos en dos. Harry, que iba el primero, se quedó un momento delante de la puerta, adecentándose las ropas e intentando peinarse. Se oían voces en el interior.

Cuando Hermione empezaba a perder la paciencia mirando una y otra vez su reloj que marcaba pasadas las ocho y cinco y se disponía a empujar a Harry hacia dentro, la puerta se abrió sola.

Miraron dentro, a la mesa redonda que había invadido el centro del despacho de Dumbledore, y vieron a Alastor Moody que apuntaba su varita hacia la puerta terminando de abrirla mientras su ojo mágico giraba en todas direcciones.

Harry tragó saliva. No era la primera vez que Moody lo veía a través de esa puerta, y ciertamente era incómodo... Un momento, ¿si Ojoloco podía ver a través de las puertas, también podría a través de la ropa? Frunció el ceño horrorizado ante el hilo de pensamientos que atravesaba su mente, y entró en el despacho de Albus mientras escuchaba a Ron dar una disculpa por la impuntualidad, Hermione estaba demasiado avergonzada para ello.

Observó que Dumbledore estaba en su silla y se levantó para saludarlos. A su derecha estaba sentado Severus, que lo miró entrecerrando los ojos como diciendo "llegas tarde", y a la derecha de este, tres sillas vacías que Harry reconoció como suyas, sentándose al lado de Snape. Cuando levantó la vista hacia las personas que ocupaban la mesa se dio cuenta de las miradas confusas que este hecho había despertado y pensó que esa noche sería rara, cuanto menos.

A la izquierda de Dumbledore estaban, en orden, una silla vacía, Alastor Moody, Kingsley Shacklebolt, Remus Lupin, Arthur, Molly y Bill  Weasley, y Nimphadora Tonks, al lado de quien Ron se sentó intentando evitar la mirada de su madre.

El corazón de Harry se estrujó al constatar que Sirius no estaba allí, que nunca más iba a estar allí, y se sintió culpable por no pensar en él cada día como solía hacer antes. A veces casi se le olvidaba... que se había ido.

No pudo evitar dirigir la mirada a Remus, que le sonreía desde que había entrado por la puerta. Le sonreía con la sonrisa de alguien que ha estado mucho tiempo con ganas de verte, y Harry se sintió aún más culpable por haberlo de algún modo abandonado.

Ahora que lo tenía delante no quería más que abrazarlo. Se veía muy mal, su barba crecida sin cuidar, profundas ojeras bajo sus ojos demasiado brillantes... Sus facciones seguían siendo un tanto suaves pero se notaba que había perdido algo de peso, y a Harry le pareció que una de las cicatrices de su cara no estaba allí la última vez. Haber perdido a Sirius debía de haberlo afectado mucho, pensó Potter sin atreverse a más que a sonreírle tímidamente desde el otro lado de la mesa.

Antes de Tiempo /SNARRY/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora