28) Aire

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Haciendo fuerza hacia el suelo, Severus le tapó la nariz, abrazando su cuerpo inmóvil con desesperación y, llorando a lágrima viva, se acercó al rostro de Harry cogiendo una bocanada de aire. Selló los labios del chico con los suyos y expulsó el aire dentro de su boca, deseando con todas sus fuerzas que funcionara.

***

Un instante después, Harry abrió los ojos, encontrándose con la gran nariz de su profesor de pociones casi rozando la suya, y cogió una enorme bocanada de aire con un movimiento violento, provocando que la mesa volcara y Snape y él se cayeran al suelo.

Cayó encima de Severus sintiendo cómo sus pulmones se inflaban dolorosamente, y enseguida se vio apretado en un efusivo abrazo por parte del profesor. A duras penas conseguía expulsar el aire que, no sabía cómo, había aspirado. Oyó varios sollozos, pero no estaba seguro de cuáles provenían de su boca y cuáles no.

Notando que le faltaba el aire, rodó a un lado intentando en vano llenar sus pulmones. Estaba en el despacho de Dumbledore, a un lado del escritorio volcado. No sabía cuánto tiempo llevaba en ese lugar, ni siquiera cómo había llegado hasta allí, en verdad no recordaba nada coherente. Solo a él. Sus ojos de serpiente, el tacto seco de su piel escamosa, de sus manos... Sus manos, estrangulándole, apretando su garganta, dejándolo sin aire. Muerto.

Se incorporó de golpe, echándose con fuerza las dos manos al cuello, como para comprobar que no hubiera nada más allí. Tomó otra bocanada de aire, pero esta vez no entró en él de golpe sino que el gas se deslizó lentamente por su garganta, como con un embudo. Era infinitamente doloroso: sentía como si no hubiera tragado líquido en años, y su aparato respiratorio, desde su boca hasta sus pulmones, se había convertido en estropajo. Intentó tragar saliva, pero tenía la boca seca como un desierto.

-Aargh- se quejó, escuchando en su voz el inconfundible deje del llanto además de que estaba completamente afónico. -Duele.

Para sorpresa de Potter, Severus se le echó encima, abrazándole mientras lloraba. El chico estaba temblando violentamente.

"Le amas" recordó alguna parte de la mente de Harry. "Esta noche hicisteis el amor. Dormisteis juntos. Seguramente él te trajo aquí"

-Severus- sollozó Harry en un sonido ahogado apenas audible.

Le hubiera gustado quedarse en los brazos de ese hombre por el resto de la noche, pero la presión no le dejaba respirar así que tuvo que separarse.

Se recostó contra la superficie volcada del pesado escritorio de Dumbledore, que lo observaba de pie con una expresión extraña en su cara. El pecho de Harry subía y bajaba frenéticamente intentando meter aire en su cuerpo. Tenía la sensación de que sus pulmones se habían reducido al tamaño de dos pasas, sin la capacidad suficiente. Y dolía, dolía como el demonio. Su garganta estaba en llamas y su corazón parecía al borde del infarto. La cicatriz ardía en su frente pero esa no era su prioridad ahora. Veía muy mal, no estaba seguro de si porque estaba sin gafas o por algo más.

Se le nubló la vista y él cerró los ojos, dejándose llevar. Una calidez extraña lo invadió y el dolor pareció pasar a un segundo plano. Sintió su cabeza caer de lado contra la madera del escritorio. Tuvo una lejana sensación de que alguien le estaba tocando la cara.

Volvió a la realidad unos segundos después cuando la mano de Snape se estampó con fuerza en su mejilla y Harry volvió en sí sobresaltado, su corazón martilleando contra sus costillas. Se aferró a la túnica de Severus, que estaba arrodillado delante de él.

-Harry, tranquilo- le dijo suavemente el maestro de pociones, intentando por su parte tranquilizarse. Le colocó gentilmente una mano a un lado de la cabeza. -Respira, despacio.

Antes de Tiempo /SNARRY/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora