31) Respiratio

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-Por cierto, creo que merezco una explicación respecto a lo que sucedió en las cocinas- dijo Snape unos minutos más tarde mientras Harry comenzaba a cortar hojas de laurel y él ponía agua a hervir.

-Mmm... Bueno- empezó Harry. -Supongo que te refieres a Dobby.

Severus asintió sin mirarle, pero Harry lo observó largamente. Snape se frotaba la sien (el chico imaginó que le dolía la cabeza) mientras con la otra mano empuñaba con firmeza la varita, murmurando hechizos desconocidos para él en dirección al agua del caldero. Trabajaba de pie y estaba tan concentrado que en algún momento, Harry estaba seguro de que inconscientemente, se había arremangado dejando al descubierto sus antebrazos fuertes y pálidos, así como la Marca Tenebrosa.

Potter sabía que Snape nunca jamás se subía las mangas. Evidentemente, esto suponía un peligro y una gran estupidez si lo hacía en público, por ejemplo en clase, ya que desvelaría su pertenencia a los mortífagos y traería verdaderos problemas, pero Harry de alguna manera sabía que tampoco lo hacía cuando estaba solo. A Snape no le gustaba ver la Marca en su piel. Debía estar realmente cansado para hacerlo ahora, aunque fuera sin darse cuenta.

Harry sintió una punzada de culpabilidad. Severus estaba constantemente haciendo sacrificios por él. Incluso los hacía antes, cuando se odiaban. Ahora mismo estaba preparando una poción para él, habiendo dormido apenas unas horas y previendo hacerlo poco tiempo más. Realmente le debía mucho, Harry pensó. ¿Y cómo se lo pagaba él? ¿Con sexo?

El solo pensamiento le asqueó. Él no era una prostituta.

Entonces se dio cuenta de que llevaba varios segundos ensimismado sin decir nada y que Severus estaba esperando su intervención.

-Dobby y yo somos amigos desde hace unos años...- empezó, vacilando entre si contar la verdad o no. -Esto no se lo puedes contar a nadie, ¿vale?

-De acuerdo- murmuró Snape con un atisbo de sonrisa en sus labios.

-Bueno, Dobby era el elfo doméstico de los Malfoy cuando me visitó en el verano de primer a segundo año.

-¿Qué quieres decir con que... "te visitó"?- preguntó Severus, receloso.

-Pues se apareció de repente en casa de mis tíos muggles para avisarme bajo chantaje de que no debía volver a Hogwarts- Harry contó rápidamente, con una nota de sarcasmo y reproche en la voz. -Creo que sabía que la Cámara de los Secretos se iba a volver a abrir.

Snape frunció el entrecejo.

-¿Los Malfoy lo liberaron?- preguntó, sospechando. En ningún momento miró a Harry, sino que sus sentidos estaban puestos en la poción.

-Bueno... Digamos que engañé a Lucius Malfoy para que lo liberara- dijo Harry algo titubeante, y solo entonces Severus levantó la cabeza hacia él. El chico no sabía que reacción esperar de él puesto que ignoraba cómo era la relación que tenía con el rubio.

Snape emitió un gruñido equivalente a una risa y dijo:

-Hubiera pagado por ver su cara.

-Fue bastante gracioso. ¿Sois amigos, él y tú?- tanteó el terreno Harry.

-No, bueno, podría decirse que somos compañeros.

Harry comprendió que Snape no tenía ganas de hablar a esas horas de la noche y se limitó a hacer sus funciones en la preparación de la poción, así que la mazmorra se sumió en el silencio, roto por el lento burbujear del líquido dentro del caldero.

Harry hubiera jurado que podía quedarse dormido allí mismo en cualquier momento, pero, si embargo, disfrutó la preparación de la poción tanto como se puede disfrutar una actividad de esa índole a las tres de la mañana.

Antes de Tiempo /SNARRY/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora