32) Lunes

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Una extraña musiquilla hizo que Harry se despertara de golpe. Se sentía fatal, con la horrible sensación de haberse acostado a dormir hacía solo unos segundos.

Notó que tenía algo duro en la cara, probablemente el hombro de la persona a la que rodeaba con los brazos. Inspiró profundamente, dándose cuenta de quién era al notar su olor. Su deducción se vio confirmada cuando escuchó cerca de su oído un gemido de cansancio y disgusto de la voz grave de Severus Snape.

El hombre chasqueó los dedos, haciendo que la música dejara de sonar, y se llevó la mano a la cara, frotándose los ojos.

-Joder- masculló Harry escondiendo la cara aún más en el pijama de Severus y apretando su abrazo en torno a él. No tenía muy claro dónde estaban cada una de sus extremidades porque Snape y él parecían haber amanecido convertidos en un amasijo de brazos y piernas.

-Buenos días- susurró Severus con voz medio dormida pero con tono resignado, algo irónico.

-Sí, buenísimos- replicó Harry abriendo los ojos un poco y mirando a Snape. Suspiró pesadamente. En ese fin de semana había dormido menos horas que en toda su vida. -No quiero ir a clase.

-Yo tampoco.

-Pero Severus, tú eres el profesor...- dijo Harry con voz soñolienta mientras colocaba un mechón de cabello de Severus detrás de su oreja con delicadeza y acariciaba sutilmente su mejilla.

-Ya lo sé, tonto- contestó Snape y ambos, como leyéndose la mente, se acercaron para darse un beso.

A Harry le encantó ese momento, pretendiendo ser una pareja cuyo mayor problema era tener que madrugar un lunes. Sabía que al profesor le gustaba cómo besaba, así que lo hizo lento, como él sabía hacerlo.

Fue Snape quien se separó un poco después, conteniéndose. No se habían levantado temprano para estar besuqueándose en la cama, sino para atender a sus respectivas obligaciones.

Severus se levantó de la cama, dejando a Harry desplomado en ella como una estrella de mar mientras se pasaba el dorso de la mano por los labios.

-Me encanta cómo te limpias los labios después de besarme- comentó Severus con tono sarcástico, sacando del armario uno de sus habituales juegos de levita y pantalón negros.

-Cállate- espetó Harry. -No es muy cómodo tener tu saliva escurriéndome por la barbilla, ¿sabes?

-Hablando de eso- dijo Snape con picardía -¿ya limpiaste mi semen de tu...?

-¡Cierra tu maldita boca, Severus Snape!- profirió Harry sonriendo, incorporándose de repente sobre la cama y viendo, para su sorpresa, al hombre completamente desnudo de espaldas a él. Los ojos del chico vagaron por su espalda bien proporcionada y por sus glúteos antes de preguntar: -¿Qué haces?

Severus se felicitó a sí mismo por haber logrado su intención de animar a Harry al escuchar la sonrisa en su voz. Se dio la vuelta y de nuevo la mirada del Gryffindor barrió todo su cuerpo sin perder detalle mientras él era consciente de ello con una media sonrisa satisfecha en los labios.

-Me estoy aplicando un hechizo de limpieza, ni me apetece ni me da tiempo a ducharme- explicó, apuntando su varita a su propio cuerpo y haciendo barridos de arriba abajo.

-Ay...- volvió a quejarse Harry sin motivo aparente. -Límpiame a mí también, por favor...

-Está bien, levanta.

Harry se levantó medio tambaleándose y se quedó de pie delante de Severus. Se dio cuenta de que el profesor de nuevo se frotaba la sien.

-¿Todavía te duele la cabeza?- preguntó, trémulo.

Antes de Tiempo /SNARRY/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora