Antes de Tiempo /SNARRY/

72) Alfombra

Severus abrió los ojos sorprendido. Harry había caído encima de él y lo abrazaba con fuerza contra la alfombra. Durante unos segundos el profesor solo puso las manos en la espalda del chico e inundó sus pulmones con su aroma, preguntándose si aquello sería real.

Luego se recordó que sí lo era, recordó lo que acababa de pasar, y giró un poco para quedar de costado y lo apartó.

Miró asustado sus ojos verdes llenos de ilusión, y la tentación casi lo llevó a acariciar su mejilla pero se contuvo en el último momento.

-No, Harry, esta no era mi intención- susurró.

-Te quiero- dijo Harry, agarró su rostro entre las manos y lo besó.

Un suave y casto roce de labios que hizo enloquecer al corazón de Severus y, aún así, el profesor se separó con miedo en los ojos. Él quería, quería estar con él más que nada en el mundo, pero, aunque se sentía bien, su conciencia le decía que estaba mal.

-¿Por qué? Después de lo que te he hecho, sé que nunca podrás perdonármelo.

Harry, tranquilo y sonriente, miró por encima de su hombro, pero solo para ver que el espejo ya se había desvanecido. Sin embargo, volvió su vista a los ojos de Severus sin la más mínima duda de que podría convencerlo.

-Yo te he escuchado, ahora escúchame tú a mí- se concentró en algo más allá de Severus e hizo levitar desde el sofá hasta ellos dos cojines que colocó debajo de sus cabezas para que estuvieran más cómodos. El profesor lo miró sorprendido por la magia sin varita, y él rió entre dientes orgulloso. -He estado practicando.

El chico acarició la mejilla de Snape atrayéndolo un poco más cerca, y así, tumbados en el suelo mientras afuera llovía, lo miró a los ojos y comenzó su relato.

-Me hiciste mucho daño- empezó.

-Lo sé, por eso...- lo cortó Snape, pero él lo calló poniéndole un dedo en los labios con un "shhh".

-El primer día fue muy extraño. Me sentía acosado, y me dolía cada paso que daba. Lloré muchísimo- Harry mientras decía esto iba acariciando dulcemente el cabello de Severus, que se sentía culpable de cada palabra. -Remus me ayudó, al día siguiente me envió las medicinas que necesitaba, y he seguido intercambiando correspondencia con él hasta el día de hoy. Es una persona muy importante para mí. Cómo ya sabrás, dije una profecía sobre él, y le salvé la vida.

Severus escuchaba sin atreverse a abrir la boca y se dejaba acariciar, lágrimas silenciosas saliendo de sus ojos.

-La primera clase contigo me la salté, lo confieso, no me veía capaz de mirarte a los ojos. A la segunda tuve que ir, me ignoraste y me dolió.

Era terapéutico para Harry contarlo todo y Severus, al que le dolía mucho, lo miraba atentamente con ojos de corderito.

-Entrené mucho al Quidditch, era lo que me liberaba de todo, aunque conforme pasaba el tiempo mis sentimientos se enfriaron. Ginny Weasley me pidió salir y dije que sí sin pensarlo. Tuve sexo con ella, solo una vez, y casi no fui capaz de tener una erección.

Harry desvió la mirada con vergüenza y pudo sentir cómo sus mejillas se teñían de rojo ante el recuerdo del ridículo que había hecho ese día. Severus interpretó que le había provocado a Harry un trauma con el sexo y se sintió una mierda. Las siguientes palabras lo sorprendieron.

-Solo pude excitarme pensando en ti- Harry recorrió su fisonomía con la mirada y Severus se quedó con la boca abierta -y fue entonces cuando acepté, aunque siempre lo había sabido, que no hay nadie más para mí que tú.