Antes de Tiempo /SNARRY/

39) Espejo

-¿Qué postura tiene preparada para mí esta noche, señor?

Severus lo estrechó más contra su cuerpo, rozando sus dedos sin lubricar en la entrada de Harry encima de él, y estaba a punto de soltar una frase ingeniosa acabada en "Potter", cuando se detuvo.

-No, ¿sabes qué? Esto es raro- dijo, apartando la mano del trasero de Harry y abrazándole suavemente por la cintura.

-¿El qué?- preguntó Harry algo sorprendido y asustado de no gustarle a Severus.

-Todo esto de "señor" y de los apellidos- Severus desvió por un momento la mirada de la cara de Harry, pero luego volvió a fijarla en sus ojos. -Me recuerda a una época en la que nos odiábamos, y no quiero tener sexo contigo mientras recuerdo eso.

Harry, comprendiendo la seriedad del asunto, empezó a acariciar su cara.

-Creía que te excitaba el... bueno, follarte a un alumno.

-Y... y yo también lo creía, pero resulta que me excita más- Severus se detuvo con una suave sonrisa en sus labios. No quería utilizar la palabra "follar", sonaba terriblemente mal, como si fuera un muñeco -... hacértelo a ti.

Severus acompañó sus palabras con una lenta caricia en la espalda de Harry. El chico primero abrió la boca, sorprendido, pero luego su expresión cambió lentamente hasta convertirse en una sonrisa. Iba a hablar cuando el otro continuó.

-Solo a ti, a Harry. Sin pensar que eres mi alumno, ni que tienes veinte años menos que yo. Harry y Severus, Severus y Harry. Solo somos dos hombres que nos...- el corazón de Harry dio un salto en su pecho. ¿De verdad lo iba a decir? -deseamos.

La sonrisa de Harry tembló. Solo por un momento, creyó que Severus iba a decir "amamos". Pero no, claro que no.

-Te deseo mucho, Harry- dijo Severus mirándole profundamente a los ojos con aquellos negros que hacían al chico perder la cordura.

-Te deseo, Severus- Harry tuvo la sensación de que eso sería lo más cerca que estaría nunca de un "te quiero", pero no dejó que su habitual melancolía sobre este tema cayera sobre él y besó a Severus delicadamente.

El beso empezó a subir de tono al notar Harry un dedo de Severus cubierto de lubricante entrar en él tras un rápido hechizo de limpieza, pero la mano libre del adulto se cerró en torno a su mandíbula y lo hizo separarse.

-Mírame- dijo Snape. Pareció recorrer su fisonomía con la mirada antes de acariciar suavemente la cicatriz de su frente con el pulgar. Introdujo un segundo dedo en su interior apretado y caliente, resbaladizo por la poción lubricante, y se deleitó en cómo su boca se abrió, exhalando con un levísimo gemido. -¿Te he dicho alguna vez que me gustan tus ojos?

-Sí, un par de veces- dijo Harry como avergonzado. -Porque son los ojos de mi madre- recitó aquella maldita frase que todo el mundo le decía, pero que nunca había odiado más que en labios de Severus.

-No, tonto- dijo Snape, metiéndole un tercer dedo. -Me gustan porque son bonitos. Y porque son tuyos.

-A mí también me gustan los tuyos- dijo Harry con una sonrisa, moviendo las caderas contra los dedos de Severus, demandando más.

-Gracias- respondió Snape sacando de repente los dedos de Harry, provocado que se sintiera vacío. Seguidamente, rodó encima de él, se separó y le dio la vuelta sobre el colchón, dejándole bocabajo. -A cuatro patas.

Harry obedeció excitado, y sintió cómo Severus se inclinaba sobre él, haciendo su erección rozar su entrada y apoyando su pecho cubierto de cicatrices en su espalda hasta posicionar su boca al lado mismo de su oreja.