Una noche, Harry acudió como de costumbre al despacho de Severus, que lo esperaba en camisa y pantalones con dos tazas de té humeantes. Dejó la mochila en su rincón habitual y lo saludó con un beso en la mejilla. Luego ambos se dejaron caer en el sofá con el té entre las manos.
A Harry le encantaba hablar, y Severus era un maestro de la conversación. Lo escuchaba con interés, y todo lo que decía era interesante. No salía de su boca una palabra incorrecta o inútil. Lo mejor era que con él se podía hablar de todos los temas. Cuando no conocía algo en profundidad lo admitía, pero aún así tenía opinión formada sobre casi todo.
En una ocasión le había hecho a Harry una de sus interesantes preguntas y este le había contestado que no sabía mucho del tema. La respuesta de Severus se le había quedado grabada en la mente como la cita de un gran sabio: "si la gente solo hablara de lo que sabe, ninguna conversación merecería la pena".
Así pues, habían parloteado sobre sus vidas, Harry le había contado de su preocupación por Remus y Severus (omitiendo gran parte) le había informado sobre lo que pasaba en las reuniones de mortífagos, pero también sobre los más diversos temas: política, arte, magia... Los estudios de Harry eran un frecuente tema de conversación, y el chico le contaba emocionado cada vez que había apuntado algo en el libro del Príncipe Mestizo o, en su defecto, en el libro de recetas en la puerta del frigorífico.
De hecho, aquel día había hecho una anotación en el viejo libro de pociones y con un Accio no verbal y sin varita que hizo a Severus sonreír orgulloso lo convocó desde su mochila para enseñárselo. El hombre dejó su taza de té en la mesa y miró con interés y cariño lo que Harry le mostraba, manifestando su aprobación con asentimientos de cabeza y la mano apoyada en su espalda.
Cuando Harry fue a cerrar el libro, la página de detrás de la portada quedó a la vista, aquella en la que se leía "Este libro es propiedad del Príncipe Mestizo".
-¿No crees que tú también deberías firmar?- le preguntó Severus.
-¿Yo?- los ojos de Harry brillaron con ilusión.
-Claro. Es nuestro libro, de ambos.
Harry se relamió y convocó una pluma y tinta. Severus lo observaba de cerca mientras él se disponía a escribir. Justo cuando la punta de la pluma iba a tocar el papel, se detuvo.
-¿Qué debería poner?
-Bueno... un mote que tengas.
-¿Cararrajada?- dijo Harry tras pensar por un instante. Fue lo primero que se le ocurrió.
-A ser posible un mote que utilice alguien más que no sea Draco Malfoy. Y algo más elegante, no querrás que la gente te recuerde como "cararrajada"- Severus se sentía como un chiquillo en esos momentos, y a decir verdad le encantaba.
-¿Pero qué motes tengo?- Harry puso cara de que no se le ocurría nada.
-Mi amor, si alguien tiene motes eres tú. ¿Indeseable n°1? ¿El Elegido? ¿El Niño que Vivió?
Harry solo lo miró con ojos brillantes y se inclinó sobre el libro para escribir con cuidado.
"Este libro es propiedad del Príncipe Mestizo y El Niño que Vivió"
Sonrió satisfecho y apretó el libro contra su pecho después de observarlo durante un tiempo.
-Se te va a enfriar el té- le recordó Severus con voz suave. Harry mandó el libro de vuelta a la mochila, agarró la taza y se acurrucó contra él.
Siguieron hablando, y esta vez tocó el tema de sus infancias. Harry no sabía mucho de la de Severus, solo que había sido bastante traumática, así que no era su intención ahondar en sus heridas pero tenía curiosidad respecto de su conocimiento del mundo muggle.
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Antes de Tiempo /SNARRY/
Fanfiction80/80 💤La relación entre un profesor y su alumno puede ser complicada...💤 Todo empieza en sexto curso, una noche en el despacho de Snape mientras Harry está castigado, se queda dormido y tiene un sueño premonitorio acerca de la batalla de Hogwarts...