60) Catarsis

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N/A: recomiendo leer despacio, puede herir la sensibilidad (?)

Severus acabó de vomitar, escuchó el portazo con el que Harry lo dejaba solo y se echó a llorar como nunca.

Solo en aquella cama, lugar del crimen. Solo para siempre.

Gritó y sollozó tan alto como podía, demasiado consciente de que nadie podía oírlo, y eso lo hizo sentirse aún más solo.

"¿¡Qué he hecho!?" esas palabras se repetían en su mente. Su cabeza parecía a punto de estallar y su estómago era de todo menos sólido, pero eso no le interesaba.

Miró su propio cuerpo. Lo lógico hubiera sido cubrirse el pene y cerrarse los pantalones, pero no lo hizo. Miró su propio miembro con restos de sangre y semen con desprecio, como si la culpa fuera suya, y en un impulso estúpido y completamente infantil lo dejó fuera, negándose a admitir a ese trozo de carne dentro de sus ropas.

¿Pero qué estaba haciendo? ¿Qué estaba pensando? La culpa era suya. No de su pene, no del Lord, no del alcohol.

Suya.

No podía permanecer en la cama un minuto más, tan solo empezando a imaginar lo que había hecho en ella la noche anterior. Se levantó después de cerrarse los pantalones.

Al instante su equilibrio se fue de vacaciones, se le nubló la vista y su cerebro se convirtió en una pelota saltarina contra su cráneo. Cayó al suelo al lado de su vómito, todo lágrimas y rodillas, cuyos huesos se quejaron con un golpe de percusión al golpear la piedra.

El dolor lo reconfortó de alguna manera. Lo merecía.

Apoyó las manos en el suelo. No veía absolutamente nada, y se le había olvidado cómo se pensaba. No podía más que llorar sin seguir un hilo concreto de pensamiento, lloraba por instinto, como un bebé.

Su cabeza, incluso dejando de lado la resaca, era un avispero de ideas, imágenes, reproches... Sabía que cuando lo enfrentara todo de manera racional, uno por uno, sería peor.

Se arrastró por el suelo de piedra hacia la puerta. Su visión era un campo borroso de puntos de colores y, en vez de lo que tenía delante, no paraba de ver la cara asustada de Harry, no paraba de ver la sangre en la cama, no paraba de saborear el aliento rancio y asqueroso de su propia boca, de vómito y alcohol, no paraba de oír su voz rota por el llanto tartamudear las palabras "Tú... me...".

Severus completó mentalmente la frase y le dolió como una puñalada. La palabra se repitió en su cabeza sin que pudiera hacer nada por remediarlo, y cada vez que la pensaba le dolía.

Salió de su habitación a gatas. Se asfixiaba sabiendo lo que allí había ocurrido, sabía que cada vez que estuviera en ese cuarto, cada noche que durmiera en esa cama, se acordaría de lo que había hecho, incluso sin acordarse propiamente de ello. La cara y las palabras de Harry al despertar eran suficientes.

Harry... Es solo un chico. Maldita sea, Severus, es solo un chico. ¿Cómo pudiste? ¿Cómo te atreviste? Él confiaba en ti. Él te...

"¡Te quiero!" sonó en su mente, alto y claro, y se sintió como si le clavaran una flecha. Se detuvo en mitad del pasillo, se tumbó bocarriba en el suelo, frío, y se llevó las manos a la cabeza.

No, aquello estaba mal.

¿Cómo podía Harry quererle? A él, a un viejo borracho que no había hecho más que refunfuñar sobre lo dura que era su vida y aterrorizar chiquillos. A alguien capaz de hacerle llorar, sangrar, y no lo sabía pero estaba seguro de que gritar. Se alegraba de no acordarse de nada.

Sintió aún más asco de sí mismo por haber pensado eso y estuvo tentado de darse una bofetada. Debería acordarse, debería ser consciente de cada embestida que hubiera dado dentro de Harry, de cada golpe, de cada palabra que le hubiera dicho... Ni siquiera sabía a ciencia cierta qué había hecho, pero merecía la culpa.

Antes de Tiempo /SNARRY/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora