Era la última noche que Lyanna pasaría en Invernalia. Sus baúles ya estaban listos, dejando fuera solo su ropa de montar y un vestido amarillo que la reina le había regalado. Sonrió al recordar como Lord Stark había pedido específicamente que ella fuera cabalgando. Arya, Sansa y Bran irían con ellos a la Capital.
Sansa estaba en su salsa. Había gritado de emoción y aplaudido ante la noticia del nombramiento de su padre como Mano del Rey y su inminente partida. Arya reacciono diferente. Asintió con todo el control que puedo, pero Lyanna notó como la pequeña apretaba los puños y trataba de no llorar. Bran se veía emocionado al igual que Sansa, enfocado en entrenar y convertirse en un miembro juramentado de la Guardia Real, como Ser Barristan, Ser Arthur o el mismísimo Duncan "el Alto". Ned le había prometido a su hijo, y a Lyanna con una pequeña sonrisa, que se encontrarían con Ser Barristan Selmy en el Camino Real.
A medida que ese día se acercaba los sueños aumentaban. Siempre lo mismo, siempre el mismo cuervo. Esta vez, Lyanna atravesaba una gran nevada. Estaba vestida con un tipo de armadura de cuero pegada al cuerpo y una gran capa para cubrirla del frio. Caminaba entre la niebla guiada por una fuerza invisible hasta que llego a un claro, donde a lo lejos vio a un hombre dándole la espalda, y en el camino, a un Arciano. En las ramas del viejo árbol una bandada de cuervos graznaba. Decidió acercarse al hombre, pero a medida que se acercaba se dio cuenta que... al hombre le faltaban partes. Lyanna conocía la muerte. Había visto a su madre morir y varias veces había encontrado animales a medio podrirse a lo largo de su camino a Invernalia, además del par de ejecuciones que se había visto obligada a presenciar al acompañar a Lord Stark en sus deberes. Pero esto era completamente diferente ya que la magia, a pesar de ser horrible y antinatural, era abundante en el ambiente. Se acercó al hombre y este se dio la vuelta. Solo pudo notar sus ojos, del color del hielo, antes de que un cuervo se pusiera delante de ella y con un graznido la despertara. Lo único que recordó al despertar fue que el cuervo tenía tres ojos.
Las historias de la Vieja Tata otra vez me causan pesadillas —pensó Lyanna mientras se levantaba resignada y maldijo por lo bajo al recordar que su ropa para entrenar estaba en lo más profundo de uno de sus baúles. Comenzó a ponerse el vestido que era bastante sencillo ya que no tenía ningún diseño o adorno. Era un vestido de manga larga con un escote que dejaba al descubierto parte de sus hombros y era totalmente pegado hasta la cintura y de ahí caía en una falda bonita que le llegaba unos centímetros más arriba que sus tobillos. Respecto a su cabello, hizo lo mejor que pudo en la oscuridad y después se envolvió en un abrigo de piel.
No fue a la habitación de Jon Snow. Bajo al patio central de Invernalia y se sentó en el alfeizar de una las ventanas de la planta baja y contemplo las estrellas tratando de imaginar cómo sería su vida lejos de Invernalia. Cuando había dejado Dorne, hace casi 7 años, no se sentía tan vacía. Recordó el pesar que sintió al alejarse del lugar en el que había nacido, pero no se comparaba con el vacío que ella sentía en este momento ya que cuando le dijeron que iba a Invernalia... se sentía correcto.
High in the halls of the kings who are gone
Jenny would dance with her ghost
Canto bajito mirando las estrellas, aquella canción tan triste sobre Jenny, aquella rara campesina que conquisto a Duncan Targaryen, y tal fue su amor, que el príncipe abdico su título como Príncipe de Rocadragón y su derecho al trono para poder casarse con ella. Y como ella sufrió y enloqueció al perder a todos aquellos a quienes amaba en la tragedia de Refugio Estival.
— Comienzo a creer que te escabulles tan tarde solo para hablar conmigo —la voz de Jaime Lannister hizo que se sobresaltara. El caballero bajo las escaleras y se acercó a ella. Iba armado y con la armadura blanca, así que estaba de guardia.
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Guardián
FantasyLa historia de Lyanna Dayne, la bastarda legitimada de Arthur Dayne, que se vera envuelta en el Juego de Tronos, pero su destino es un poco mas grande que ese. Todos los personajes de Juego de Tronos pertenecen a George R. R. Martin y HBO, solo Ly...