Mientras preparaban la pequeña boda de la Reina y Jon Snow, Lyanna no podía evitar pensar en lo grandes que habían sido otras bodas. Sentada en una de las ramas del Arciano, en la misma en la que solía sentarse con Jon antes de la llegada de los Lannister a sus vidas.
Tenia que admitir que se había escondido de Jaime después de planear la estrategia. Ya era tarde cuando terminaron y técnicamente salió huyendo antes de que él tuviera oportunidad de acercarse a ella. Y de alguna forma termino pasando la noche en medio del bosque.
Se casarían a medio día y al anochecer partirían los que no podían pelear hacia el Cuello, donde los Reed se encargarían de ordenarlos y recibirlos. A Lyanna se le hizo un nudo en la garganta al pensar en Meera y en como Bran la había despedido, prometiéndose que, si la volvía a ver, se disculparía por ambos.
El amanecer desde el Arciano era especialmente hermoso aquel día, como si los Dioses del Norte trataran de agradecer a la Reina de Dragones por luchar a su lado, y en eso pensaba Lyanna cuando noto a Jaime apoyado en un árbol cercano observándola fijamente. Y pensó nuevamente en huir.
Jaime observo como Lyanna se preguntaba si debía huir en aquel momento, y no pudo evitar sonreír, a pesar de que sentía los nervios a flor de piel. Sus miradas se encontraron y por un momento Jaime vio un reflejo de su Lyanna cuando esta tenia solo 18 días del nombre. Extremadamente joven y hermosa, asustada por dejar su hogar y nerviosa por casarse con un hombre que no conocía. En ese momento se veía como si extrañara su hogar. Entonces comprendió que tanto ella como él extrañaban su hogar que pertenecía donde fuera que se encontraran sus niños.
Así que Lyanna bajo lentamente del árbol y se acerco a él. Llevaba el mismo vestido que el día anterior. Al igual que él, Lyanna no se había cambiado de ropa. Al parecer ella había huido de Jaime tanto como él la buscó.
- ¿Hablamos como adultos? – pregunto Jaime acercándose para ayudarla a pasar las raíces del Arciano.
- Se que tenemos que hacerlo, Jaime – contesto Lyanna con la voz ligeramente irritada –. Es solo que no sé cómo hablar contigo.
Un silencio incomodo se produjo entre ambos, pero la esperanza de Jaime creció un poco al notar que ella no había soltado su mano. Y, con un montón de sentimientos encontrados, tuvo una idea.
- Mi nombre es Jaime Lannister – se llevo la mano de Lyanna a los labios y se inclino frente a ella –. Es un placer conocerla, mi Lady.
El corazón de Jaime se estremeció al ver la sonrisa que ella le dedico.
- Lyanna – ella hizo una reverencia ante él –. Es bueno conocerlo, Jaime.
Su conversación comenzó de manera incómoda y triste, pero poco a poco Lyanna comenzaba a abrirse.
- Beric ya te contó sobre... - la voz de Lyanna se cortó mientras Jaime bajaba la vista –. Tal vez es por eso que me cuesta pensar en eso... yo... recuerdo la sensación de su cuerpo en mis brazos. Y recuerdo dejarla en medio de aquella pira... pero después...
Se encontraban sentados frente a frente en medio de las raíces del Arciano y ya llevaban un par de horas hablando. Hablaron sinceramente y sin omisiones de su pasado antes del otro, de sus sentimientos y todo lo que habían hecho durante su matrimonio y de sus hijos. Hablaron de como Lyanna había sido quien escucho sus primeras palabras y como Jaime los escucho cantar por primera vez. De sus personalidades, de su manera de pensar y de cómo Jaime veía a Lyanna en ellos cada día. Y como eso le producía dolor al principio y termino por darle consuelo cuando al fin había aceptado que ella no volvería.
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Guardián
FantasyLa historia de Lyanna Dayne, la bastarda legitimada de Arthur Dayne, que se vera envuelta en el Juego de Tronos, pero su destino es un poco mas grande que ese. Todos los personajes de Juego de Tronos pertenecen a George R. R. Martin y HBO, solo Ly...