Esta vez se encontraban en Invernalia, en el patio central.
- Estamos en casa – afirmo Bran.
- No. No es casa aun – respondió Lyanna mientras veían a un hombre alto y atractivo, de hermosos ojos grises –. Brandon Stark.
El tío de Bran salía enojado del castillo mientras un montón de guardias salían para abrir la puerta de la fortaleza. Un niño pequeño y delgado, pero con unos conocidos ojos azules estaba parado detrás de él.
- Mi tío Benjen – susurro Bran –. Mi padre debe encontrarse en Nido de Águilas.
Las puertas se abrieron y dejaron entrar a una hermosa chica, de no más de catorce años, encima de una yegua blanca.
- ¡Lyanna! – gritaron Brandon y Benjen, aunque el tono del menor era mucho más cariñoso.
- Mocosa malcriada. Si padre se entera que...
- Tú y Barbrey Ryswell...
Benjen solo estallo en carcajadas al ver como su hermano, con la expresión resignada, ayudaba a su hermana a bajar de la yegua.
- Nunca más te contare nada Lya.
Ella solo hizo una mueca burlona a su hermano antes de acercarse a Benjen y despeinarlo un poco.
- Vamos a arreglarnos hermanos. Hoy viene Ned – al mencionar a su hermano, la voz de la doncella se suavizó y se llenó de amor –. Y a él si tengo muchas cosas que contarle.
Lyanna vio como Bran los observaba fascinado, lleno de curiosidad.
- Son como tú, Robb, Jon y Theon – le dijo Bran con algo de tristeza en la voz –. Esto fue mucho antes de la rebelión.
- Tres años antes – afirmó el viento.
Vieron como el sol se movía en el cielo, pero se vieron interrumpidos cuando las puertas se abrieron otra vez, dejando entrar a dos hombres en caballo. Bran y Lyanna soltaron un pequeño grito de sorpresa al ver a un joven Ned Stark, con los ojos grises brillantes y llenos de juventud. Él era seguido por otro hombre, que era casi una cabeza más alto que Ned incluso sentados en los caballos.
Robert Baratheon no era nada parecido a lo que Bran y Lyanna habían conocido, a excepción de la altura y de los ojos de aquel azul eléctrico. Lyanna se sonrojó solo de mirarlo. Era musculoso como un toro, con una sonrisa encantadora y una voz que relampagueaba como un trueno.
Lya salió corriendo, lanzándose a los brazos de su hermano.
- Mi Ned – sonreía Lya mientras Benjen y Brandon se metían al abrazo.
Robert se aclaró la garganta, haciendo que los Stark recobraran la compostura. El futuro rey miraba a Lyanna Stark de una forma extraña y llena de deseo. Los dos verdevidentes hicieron una mueca el uno al otro.
Esa noche, Robert Baratheon y Lyanna Stark quedaron comprometidos a raíz de las ambiciones sureñas de Lord Rickard.
La doncella lobo aguantó con la mayor compostura posible toda la cena, pero en cuanto su padre le dio permiso, salió huyendo hacia el bosque de los dioses. Solo Ned notó como su hermanita huía de su hogar.
- Lyanna – susurro el al verla sollozar – ¿Qué pasa?
- No quiero casarme – dijo ella limpiándose las lágrimas –. No con él.
- Lo se Lyanna – contestó Ned con un hilo de voz mientras tomaba sus manos –, pero Robert será un buen marido. Tal vez ahora no lo veas, pero serás muy feliz.
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Guardián
FantasyLa historia de Lyanna Dayne, la bastarda legitimada de Arthur Dayne, que se vera envuelta en el Juego de Tronos, pero su destino es un poco mas grande que ese. Todos los personajes de Juego de Tronos pertenecen a George R. R. Martin y HBO, solo Ly...