A pesar de las constantes guerras, el abandono y las mismas condiciones climatológicas del lugar, Bastión de Tormentas resultaba grandioso de la manera en la que Desembarco del Rey había resultado fascinante a una joven Lyanna hace lo que parece una vida.
Aunque ese lugar aun mantenía ese aire ancestral, como Invernalia a manos de los Stark, y las paredes parecían contar historias como una vez habían sido sus visiones.
Lyanna Stark había sido abusada por Robert Baratheon en esos pasillos y habían comenzado la terrible cadenas de sucesos que la llevaron allí.
Cuando todos llegaron a la fortaleza, agotados por el pensamiento de la nueva guerra que se aproximaba, fueron recibidos por aquellos que se habían adelantado, con una gran fiesta y un banquete que ni siquiera se asemejaba a la "boda real" llevada a cabo en Invernalia cuando la Reina de Dragones se unió al Rey del Norte.
Shireen Baratheon los recibió poniéndose delante de todos, haciendo una reverencia a la Reina y ganándose las miradas de adoración de todos sus hombres, con una sonrisa que ya no trataba de ocultar la mitad de su rostro.
Una parte de Lyanna se alegraba de que por lo menos una parte del mundo era buena y que esa vieja fortaleza estaba en manos de alguien que se sentía orgullosa de la sangre que llevaba.
El agotamiento no había pasado, aunque las heridas de Lyanna se encontraban en mucho mejor estado. No había hablado con Jaime desde que había quedado en claro que Cersei, a pesar de todo, seguía siendo una prioridad para él, por lo que había pasado casi enteramente su tiempo con Jon, quien había hecho de su misión personal el cuidarla y asegurarse que estuviera bien.
Incluso cuando se reencontraron con la Reina de Dragones, Jon se negó a dejar su lado. Lyanna sintió miedo al ver a Daenerys parecer indiferente a esto.
— ¿En qué piensas, mi amor? —la voz de Jon sacó a Lyanna de sus pensamientos, con ese tono que hacía que su corazón se derritiera.
— En ti —Lyanna sonrió mientras se sacaba el abrigo de pieles. No compartía habitación con Jon, pero se sentía como cuando eran unos niños en Invernalia—. En tu esposa. En mis hijos... No he sido capaz de verlos últimamente. Bran se ve distraído, pero sé que aún tiene visiones...
— Respira —Jon apareció delante de Lyanna y tomo suavemente sus hombros—. Está bien. Todos estamos bien. Solo nos debemos enfrentar a ese banquete y podemos huir.
— Daenerys...
— Esta feliz de que no he aparecido demasiado en público —Jon le sonrió, pero Lyanna veía la preocupación en sus ojos—. Desde que llegamos se la ha pasado hablando con los pocos grandes señores que quedan y paseando en Drogon. No he tenido tiempo...
Ambos sabían que Daenerys sabía de su cercanía. De la jugada política que supuso su matrimonio, de la distancia de Lyanna y Jaime.
Sabía que todos aquellos que se cruzaban con Jon lo llamaban Rey y el verdadero salvador de los reinos, lo que la ponía especialmente nerviosa, al igual que a Varys y Tyrion.
— Necesito vestirme —Lyanna sonrió, ocultando su preocupación. Era la señal para que Jon salga pues no habían compartido más que un par de besos robados en ese tiempo—. Te amo.
— Te amo.
— Vamos, tienes que seguir bebiendo —Pyp animaba a Jon mientras la gente bailaba y comía en el banquete.
Por primera vez en mucho tiempo, la comida sobraba. Y todos sabían que se debía a las pérdidas que hubo en Invernalia.
Casi tres cuartos del ejército de los vivos habían perecido, de los cuales un tercio se quedó en Invernalia. El ejército restante, que eran los hombres de los Martell y Tyrell, se unieron a ellos en algún punto del camino, pero Daenerys se había encargado de aislar a Jon y a Lyanna, y como está ya no tenía visiones recurrentes, no sabía exactamente que sucedía a su alrededor, por lo que se enfocó en recuperarse lo más pronto posible.
ESTÁS LEYENDO
Guardián
FantasíaLa historia de Lyanna Dayne, la bastarda legitimada de Arthur Dayne, que se vera envuelta en el Juego de Tronos, pero su destino es un poco mas grande que ese. Todos los personajes de Juego de Tronos pertenecen a George R. R. Martin y HBO, solo Ly...