Capítulo X

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Jon sostenía la mano de Lyanna mientras caminaban por las calles de Desembarco del Rey. El vestía una armadura elegante con un lobo en la pechera, aunque iba sin casco y con el peinado medio recogido que Ned Stark solía llevar. Ella vestía una armadura de cuero ligera y una capucha que cubría la mitad de su rostro.

A Lyanna aun le sorprendía que Jon parecía sentir todo lo que ella sentía y lo que a veces debería sentir, lo que le daba mas confianza de la que sentiría por si misma, especialmente en esos momentos, pues a través de sus ojos pasaban imágenes tanto del pasado como de sus recuerdos. Las calles desechas y apresuradas de Aegon, la construcción de Pozo Dragón y el fuego que posteriormente lo había destruido. Y el olor a mierda que no había sentido en años. Y también se vio a si misma, con un vestido elegante y los rizos arreglados, pasear por esas mismas calles de la mano de su esposo.

Una pizca de pánico la invadió al pensar que se encontraba en el mismo lugar que él. En el mismo lugar que sus hijos. Jon, como si sintiera su pánico, acaricio sus nudillos de manera distraída.

- ¿Por qué lo construyeron? – pregunto Missandei, confidente de Daenerys, clavando la vista en las manos de Lyanna y Jon.

Tyrion, en un intento de hacer las paces, miro a Lyanna con una sonrisa de aliento.

- Demostrar poder – explico Lyanna haciendo gestos con sus manos –. En cierto punto de la historia, los Targaryen tenían más dragones que miembros de su familia. Jaehaerys solía dejar a Vermithor, su dragón, en la Fortaleza Roja – Lyanna señalo la imponente edificación –. Balerion fue el primero en vivir en Pozo Dragon. Se que creen que Drogón es grande, pero el "Terror Negro" era casi tres veces el dragón de nuestra reina.

- Pero después fue vivienda de criaturas no mas grandes que perros – aporto Tyrion.

- Esa es una falacia – explico Lyanna –. Los últimos dragones murieron lejos de aquí, y te aseguro que el más pequeño era del tamaño de caballo.

- En conclusión, un lugar peligroso – completo Jon dándole un ligero apretón a la mano de Lyanna.

Se vieron interrumpidos por los pasos al unísono de demasiados soldados con el estandarte del león dorado.

- ¡Bienvenido mi Lord! – Bronn se adelanto saludando al enano con entusiasmo y de manera burlona –. Lo mas seguro es que mi esposa este dando a luz en este momento, así que no me hagan perder demasiado tiempo con su visita.

Lord Stokeworth, desde que era un mercenario, se caracterizaba por ser increíblemente observador, sin embargo, esa vez pareció ignorar totalmente a la figura encapuchada que había soltado de repente la mano del Rey del Norte.

Lyanna no pudo evitar sonreír al ver al enano ponerse delante de ella de manera protectora.

- Deberían ser como sus amigos – continuo Bronn como si nada –. Llegaron antes.

Brienne de Tarth y Podrick Payne observaban a los recién llegados con atención. Lyanna había visto que Sansa se negó a dejar Invernalia y envió a aquella mujer. Al verla, y recordar el encuentro de ella con Jaime en Aguasdulces, Lyanna sintió algo parecido a celos.

Tyrion solo asintió mientras Jon saludaba con un gesto a Brienne mientras guiaba con delicadeza a Lyanna.

- ¿Cómo era? – susurro en su oído –. ¿Este lugar?

Lyanna sonrió al escucharlo. Era obvio que solo trataba de distraerla.

- Magnifico – sin pretenderlo, la voz de Lyanna parecía la de una niña pequeña –. Lo siguiente a magnifico.

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