An - No quiero que tengas que esconderte conmigo, no sé que es lo que tienes miedo de mostrar pero quiero que me lo muestres, no me asusto tan fácilmente
Dul - Venimos de lugares distintos Anahi, no creo que entiendas lo que soy.
An - Explícame entonces
Dul - Todo a su tiempo, hay cosas que no entenderías aun si te las explicara -le corrió un mechón de pelo detrás de la oreja y la besó suavemente como nunca lo había hecho con nadie-…¿Qué te parece una copa para relajarnos?
An - ¿No era que no necesitabas emborracharme?
Dul - Y no lo necesito o acaso no eras tu la que me estaba devolviendo el beso hace instantes…Es solo para que lo pruebes, te va a gustar.
An - Ok
Dulce se dirigió a un mueble y sacó una botella y dos pequeños vasos.
An - ¿Qué es?
Dul - Licor
An – Mmm, no me gusta el licor
Dul - Eso es porque no probaste este -le alcanzó el vaso-
An - tomó un sorbo- Hey, es riquísimo, casi ni le siento el alcohol y es muy dulce
Dul - sostuvo el vaso y miró el líquido en su interior detenidamente luego vació el vaso de una- Si es muy dulce, licor de Cassis de Francia. Bebida para niñas, si quieres emborracharte no sirve, eso no quiere decir que no tenga alcohol.
An - ¿Así que lo tienes para seducir a las mujeres que traes?
Dul - No de hecho casi nunca lo tomo, es más que nada porque me trae buenos recuerdos…Mi mamá solía tener una botella guardada y de vez en cuando alguna noche después del postre tomaba una medida, yo solía pedirle que me dejara probarlo pero siempre me decía que no porque era muy chiquita, así que bajaba a la noche cuando estaba dormida y probaba un poquito. La próxima vez que miraba la botella ella se daba cuenta que le había tomado algo pero como era muy poquito no me decía nada, simplemente me daba una mirada de advertencia.
Anahi veía como se perdía en los recuerdos a medida que le contaba esto, su mirada se iba muy lejos como intentando volver al pasado donde seguramente fue feliz con su madre.An - Suena a que tu mamá era genial
Dul - Si lo era…Nunca hablo de ella con nadie, eres la primera persona con la que me siento a tomar este licor y le cuento el por qué lo atesoro tanto, ni siquiera sé porque te estoy contando esto.
An - Me alegra que me lo cuentes, me sirve para conocerte. Es bueno hablar de las cosas que nos hacían felices y que perdimos.
Dul - Bueno eso va contra lo que siempre he practicado, a decir verdad desde que mi madre murió esta es la primera vez que hablo de un recuerdo de ella. Yo tuve que seguir adelante y nunca mirar hacia atrás aun si hubiera querido hacerlo y con el tiempo la necesidad de mirar a atrás se fue haciendo menor o fue quedando enterrada profundamente.
Anahi podía notar las marcas de Dulce, heridas profundas que no revelaba pero que de alguna forma seHacían presentes, acechaban.