CAPITULO 17 PARTE 3

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Corté su estú*pida suplica con las balas. Un tiró al corazón y uno en la mitad de la cabeza para asegurarme de que estuviera liquidado. No sentí nada al matarlo, ni adrenalina, ni satisfacción, ni lástima, ni culpa.Absolutamente nada solo vacío. Tal vez se supone que deba sentir algo pero no lo hago.

Me acerqué al cuerpo sin vida y saqué mi cuchillo, haciendo cortes le escribí soplón en la frente -pedido del Mariscal-. Todavía seguía fluyendo la sangre y había ese olor a muerte que a mi padrastro solía encantarle, como dije a mi no me producía nada.

Agarré su arma del lugar en el suelo del que la había tirado y limpié mis huellas. Guardé la mía y tomé unas bolsas de basura que había en el callejón y las vacié sobre el cuerpo. Antes de salir tomé la precaución de asegurarme de que nadie me viera. Una vez alejada del callejón caminé sin preocupaciones por la calle hasta la otra esquina donde estaba estacionado mi auto. Cuando estaba arriba arranqué y llamé al Mariscal.

"Está hecho"

"Muy bien ¿Cuándo quieres tu pago?... Por supuesto después de que me asegure de que realmente está muerto"

"Quiero olvidarme de todo por unas semanas. Así que lo retiro cuando te vaya a ver por los datos del otro trabajo"

"Muy bien, no tienes apuro Espinoza"

"Recuerda que acordamos el doble"

"Por supuesto, soy un hombre de palabra"

"Hasta entonces"

"Nos vemos, Espinoza"

Aceleré disfrutando de la velocidad de mi Camaro, quería llegar al departamento y darme una ducha relajante. En menos de una hora me había ganado 20 mil dólares. Y solo por matar a un tipo ¿Que vida fácil la mía no?

Conociendo el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora