Anahi;
Fui a la cocina con paso lento, todavía bastante shockeada por lo que había pasado. Me senté y me serví un vaso de agua fresca de la heladera, realmente no tenía hambre, se me había cerrado el estómago. Lo sucedido daba vueltas en mi cabeza. Creo que recién hoy entendí la magnitud de los problemas que tiene Dulce.
Hasta antes de verla así pensaba que era alguien que había sufrido mucho, había sido maltratada, metida en cosas ilegales y que se había hecho fuerte y taciturna para resistir. Pero después de esto me acabo de dar cuenta que me quedé corta. Tal vez ni siquiera llegue a comprender del todo la magnitud de lo que le pasa, de lo que vivió y la hizo ser así. Pero lo que entendí hoy es que se desprecia a si misma y eso me asusta. Yo la quiero, por dios la amo -a pesar de que todavía no se lo he dicho- y tengo miedo de lo que puede llegar a hacerse ¿Qué pasa si no puedo ayudarla? Noté como cambió desde que estamos juntas, como sonríe de vez en cuando, está feliz pero sé que no está así todo el tiempo, sé que hay momentos en que queda atrapada en todo lo malo y no sabe como salir. ¿Entonces qué pasa si yo no soy suficiente para sacarla? ¿Qué pasa si esto es demasiado para mí? Tengo miedo de llegar y encontrarme con que hizo una locura peor que la de hoy, tengo miedo de perderla. ¿Cómo cambian las cosas no? Se veía como la niña más feliz del mundo en esas fotos con su madre, irradiaba alegría y luz. Pero la Dulce adulta es tan distinta, ya no irradia nada. Y ese desprecio a si misma sé que no viene solo de lo que hace, en parte es lo que pudo lograr su padrastro en ella, que se creyera que no merece nada, que no vale nada. ¿Pero si se odia a si misma realmente puede amar a alguien? ¿Puede amarme de la manera en que yo la amo? Espero que si y espero poder conseguir que deje de odiarse, que deje al amor entrar del todo en su vida después de tanto tiempo.
Volví a la habitación para acostarme con ella. Ya estaba dormida y me acosté con cuidado para no despertarla. Presté especial atención en no tocar su brazo lastimado y lentamente me acerqué para estar pegada a ella y rodear su cintura. Empecé a quedarme dormida pensando que esta relación es la más intensa que tuve en toda mi vida, intensa y jodi.damente extrema. Me acordé de que ella uso una cita del “Lobo Estepario” para ayudar a definirse y también recordé que en el libro el lobo estepario era definido como un "suicida". Tengo muy buena memoria para las cosas que he leído, especialmente los libros que me han marcado así que me encontré dándole vueltas a esta frase del libro: "Es peculiar del suicida sentir su yo, lo mismo da con razón que sin ella, como un germen especialmente peligroso, incierto y comprometido, que se considera siempre muy expuesto y en peligro, como si estuviera sobre el pico estrechísimo de una roca, donde un pequeño empuje externo o una ligera debilidad interior bastarían para precipitarlo en el vacío. Esta clase de hombres se caracteriza en la trayectoria de su destino, porque el suicidio es para ellos el modo más probable de morir, al menos según su propia idea."
Dulce… tenía mucho de "suicida" pero como uno verdadero y conociéndola estoy segura de que consideraba al suicidio como una solución cobarde. Y no es que no tuviera motivos para haberlo hecho, cualquier otra persona con la mitad de su fortaleza ya lo habría hecho. Todavía estaba acá luchando con su pasado, luchando por ser mejor. Tal vez por eso le costaba tanto abrirse a mí, porque eso significaba recordar el pasado que había querido enterrar, volver a sentir ese dolor y volver a sufrir las debilidades interiores que podían precipitarla al vacío… Me aliviaba pensar que si no se había matado hasta ahora ya no iba a hacerlo y menos ahora que yo estaba en su vida. Pero eso no significaba que se fueran todos mis temores. Dulce era tan fuerte y tan frágil a la vez.