Capitulo 56

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"Llegó la hora muchachos. Hay que hacer esto de manera precisa, no quiero errores ni que despierten sospechas. Vamos, los matamos y dejamos el lugar rápidamente, que la policía se ocupe de los cuerpos. Que todo LA escuché el mensaje claro y fuerte de que el reinado del Mariscal llegó a su fin y que quede claro que no hay lugar para reclamar nada, que ya hay alguien que va a ocupar ese lugar ¿Entendido?"

"Entendido" Dijeron los más de veinte mafiosos al unísono... Si que era como dirigir un maldito ejercito y yo me sentía como el general a punto de dar la orden de avanzada sobre el flanco enemigo. Mentiría si dijera que no sentía algo de adrenalina, nunca había hecho algo tan grande, nunca había tenido hombres a mi cargo. El poder era tentador, se sentía extraño y vigorizante. Sabía que si aceptaba unirme a Gino esto sería así siempre, estaría en un cargo superior dentro de su organización. Después de él y sus hijos sería la voz de mando y todos sus hombres me obedecerían. Tal vez ni siquiera tendría que matar tan seguido, podría enviar a los demás y solo ocuparme de los casos más difíciles. Pero esa no era la clase de persona que quería ser, había estado en esto por demasiado tiempo, quizás mi juicio ya estaba nublado pero esa no era la clase de persona que quería ser, esa no era una persona que podía estar con Anahi.

"Se van a dividir en equipos, cada uno de los equipos va a tomar uno de los puntos estratégicos y liquidar a todos los hombres. Cada equipo va a tener un líder que me va a reportar por el “Handy” lo que esté sucediendo.... ¿Funcionan todas estas cosas?" Le pregunté a Fausto señalando el “Handy”.

"Si perfectamente, ya las probamos"

"Muy bien… Yo voy a ir al club central donde es más probable que esté el Mariscal, si llega a estar en otro de los puntos el equipo que este debe matarlo o al menos no permitir que escape hasta que yo llegue allá para ocuparme. Si no está en ninguno de los lugares yo me voy a ocupar que uno de sus hombres diga donde encontrarlo." Todos asintieron y me puse a dividirlos en equipos, dejando a cargo al que sabía era mejor tirador. "Fausto tu vas conmigo"

"¿Yo no voy a estar a cargo de ningún equipo?"

"Tu eres el hijo del jefe, no quiero que te pase nada. Además vas a querer estar conmigo cuando me ocupe del Mariscal"

Asintió y los demás parecieron estar aun más de acuerdo. Supongo que todos coincidían en eso de que no le pasara nada. Una vez que estuvo todo listo nos subimos a los autos y manejamos más o menos juntos hasta la entrada de LA. Una vez en el corazón de la ciudad cada auto se separó rumbo a su destino. Mi equipo era el más numeroso, siete porque sabíamos que allí era donde la mayor cantidad de hombres del Mariscal iba a estar y con suerte el mismo en persona.

Anahi;

Jenny se había levantado y comido la comida que le dejé. Llevábamos un rato hablando, por algún motivo se me hacía más fácil hablar con ella.

"¿Así que estás trabajando desde casa?"

"Si, así es"

"¿Te dieron una especie de licencia psiquiátrica o algo?" La verdad que creo que estaba cerca de necesitarla aunque ella lo dijo como una broma.

Conociendo el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora