Dul - Mira anoche estaba borracha y te dije toda la ******* sensible para meterme en tus pantalones, lo que iba bien porque logré que me pidieras que viniera a dormir contigo pero después la cagué quedándome dormida por el alcohol que había tomado -evitaba mirarla a los ojos, trataba de mantenerse fría pero al lado de la calidez de Anahi era una tarea realmente complicada-
An - ¿Y por qué no sigues con la actuación? -dolida por lo que decía la morena-
Dul - Porque después de todo no funcionó, no te pude hacer mía…Así que vamos a encargarnos de eso ahora -intentó besarla pero esta vez Anahi la paró-
An - Dije que no.
Dul - OK, entonces anda levantando…se me va a hacer tarde para ir al trabajo.
An - ¿Me hablas en serio?
Dul - Mira rubia, sácate la ropa o ándate.
An - No eres así Dulce ¿qué pasó?
Dul - No sabes como soy. Solo quiero sexo contigo ¿vale?
An - No lo creo, anoche tú…
Dulce no la dejó seguir porque rápidamente y de manera brusca se puso arriba de ella y la besó de forma salvaje, una mano fue a su entrepierna mientras que la otra le sostenía ambos brazos por sobre la cabeza. Todo su cuerpo estaba sobre el de la rubia quien al principio respondió el beso pero ahora solo gruñía e intentaba patalear para que se detuviera. Dulce dejó de besarla pero sostuvo su labio inferior y mientras lo mordía cuidando de no lastimarla le dijo.
Dul - ¿Ahora me crees?
Anahi solo asintió con la cabeza, por primera vez asustada de Dulce. La morena dejó de morderla y le soltó los brazos, separó su cuerpo del de ella, poniendo sus brazos a los costados sin tocarla y levantándose un poco para romper el contacto.
Dul - Bien, porque te mereces más que solo sexo y yo no puedo ofrecerte eso.-Salió definitivamente de arriba de ella-
Dul - Si alguna vez quieres una noche de pasión tienes mi número. Te quiero fuera de acá para cuando salga del baño sino voy a asumir que te gustaría que te lo haga por la fuerza y créeme que te lo voy a hacer.
Anahi sintió un escalofrío ante sus palabras agresivas.
An - Ya me voy -con un hilo de voz-
Dul - OK -sin mirar a atrás se metió en el baño-
Anahi se puso los zapatos y tomó sus cosas saliendo rápidamente del departamento. Estaba confundida, dolida y asustada. No podía creer que después de lo especial que había sido anoche ahora Dulce le dijera que solo quería usarla. Sin poder evitarlo mientras caminaba buscando un taxi unas lágrimas bajaron por su rostro.
Dulce salió del baño y tal como sabía que pasaría Anahi ya no estaba. Todavía el cuarto tenía su aroma y no podía soportarlo así que salió a fumar al balcón. Mientras su mirada se perdía observando al mar trataba de entender como es que en tan poco tiempo esta chica la había calado tan profundo, era irracional que le importara tanto.Ella que nunca había necesitado a nadie en todos estos años, que se había hecho de roca ante los golpes, que no tenía casi sentimientos y sin embargo ahora sentía necesidad de la rubia, tenía emociones por ella que ni siquiera entendía. Pero trataba de convencerse de que había hecho lo correcto, que a pesar del dolor que notó en sus hermosos ojos azules, había hecho lo correcto. Porque seguir viéndola sería egoísta, sería un intento de sentirse mejor, de sentirse viva, pero a la larga a Anahi la haría sentir mal, la dañaría.