Decepcionados todos se alejaron.
An - La próxima no hagamos eso en un lugar tan público -dijo un poco sonrojada-
Dul - Si...lo siento
Se quedaron hasta el atardecer y antes de que oscureciera completamente se fueron tomadas de la mano.
Dul - ¿Vienes a cenar a casa? -dijo abriendo el auto-
An - Bueno si, pero primero vamos a mi casa así me cambio.
Dul – Perfecto.
Cuando llegaron al edificio, la rubia vio el auto de su madre estacionado en la puerta.
An – Oh… tengo visita.
Dul - ¿Cómo sabes? -parando el auto-
An - Ese es el auto de mi mamá...Los domingos con mi hermano vamos a verlos y a comer a casa pero
de vez en cuando a mamá le gusta venir sin avisar para ver como anda todo por acá -dijo un poco molesta-Dul – Ah…
An - No sé, piensa que si no viene de vez en cuando Mayte y yo vamos a dejar de tener el departamento en orden o algo así…Hace menos de un año que me fui de casa de mis padres, todavía se está acostumbrando a no tenerme allá.
Dul - Si entiendo…
An - Bueno vamos a tener que suspender lo de ir a cenar a tu casa, me tengo que quedar acá… Después te llamo ¿si?
Dul - Cariño, no hay problema…Anda con tu mamá que debe extrañarte.
An - Dul no pienses que no quiero que la conozcas…pero todavía no les dije que estoy de novia y…
Dul – Hey. No pienso eso… además… francamente creo que todavía no estoy lista para lo de conocer a tus
padres, así que no te preocupes.
An - Vale. Nos vemos amor -le dio un beso-
Dul - Nos vemos hermosa -la miró hasta que entró al edificio y luego arrancó el auto-
*********
Dulce llegó a su departamento, se puso un jogging y se dedicó a hacer su rutina de ejercicios que incluía pesas, flexiones, abdominales y saltar la cuerda como lo hacen los boxeadores. Cuando terminó se dio una ducha y fue a cocinarse algo para cenar. Después de comer y limpiar todo se sentó en su habitación, tan solo escuchando el silencio de su solitario departamento. Antes no le molestaba esa situación pero ahora esa soledad le era incómoda porque conocía lo que era estar con alguien y deseaba estar con Anahi, cuando no estaban juntas la extrañaba.
Miró su habitación, tan fría, tan inexpresiva como un retrato de lo que era ella, No había fotos, no había recuerdos de seres queridos......tan diferente a la habitación de Anahi, donde con solo estar ahí se sentía una calidez que no hacía más que aumentar bajo la presencia de la hermosa rubia. Dulce solía sentirse segura en un lugar vacío como este, en su casa de Chicago, antes de conocerla a Anahi se sentía segura en ese mismo tipo de habitación pero ahora deseaba estar en la habitación de Anahi, ella era su lugar donde sentirse segura. Pensó que la próxima vez que la viera le sacaría una foto para ponerla en su habitación, para tenerla con ella y así recordó otras fotos...algunas de las que deberían estar dándole vida a su departamento pero que no se atrevía a ver desde hace años, las que había podido evitar que le quitara su padrastro pero que guardó y no volvió a mirar para no aferrarse a lo que había tenido y poder soportar lo que le esperaba.
Ahora sentía la necesidad de verlas, quería verla y confirmar que el rostro que tenía grabado en la memoria y en el corazón era exactamente igual al que había tenido. Lentamente se dirigió al mueble y sacó una caja cubierta en terciopelo negro, respiró hondo y la abrió. Comenzó a ver las fotos, recorriendo el rostro de su madre con sus dedos, conteniendo las lágrimas a medida que las pasaba y los recuerdos le llenaban la mente. Volvía a escuchar su voz, ver su sonrisa, su forma de caminar todas las cosas que en los últimos años no se permitió recordar para ser fuerte.
Dul - Nunca te olvidé mamá -dijo permitiéndose derramar las primeras lágrimas-........yo solo tenía que ser fuerte, Paul no me dejaba ver tus fotos y ya después me acostumbré a no hablar de ti, no pensar en ti, pero nunca te olvidé…Te extraño…-llorando más-.......te extraño mucho…
Mientras miraba las fotos de las dos juntas con una pequeña Dulce en los brazos de su madre, sonriendo como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo se preguntó que tan diferentes serían las cosas si su madre no hubiera muerto. Que tan distinta sería su vida, tal vez que persona distinta sería. Recordó cuando su madre le preguntaba que quería ser cuando fuera grande y ella siempre le contestaba que quería ayudarla en el restaurante que quería poner, ser la cocinera de su propio comedor era el sueño de su madre. Ella le decía que le encantaría que la ayudara pero que también estaría bien que fuera a la universidad. Su madre siempre había querido lo mejor para ella, que fuera feliz, tuviera una educación…¿Y quién era ahora? A los 23 años había desperdiciado su vida, tomado un camino deshonroso y defraudado todo lo que su madre siempre había querido para ella. Si la viera ahora, si supiera lo que hacía de no estar muerta se moriría del dolor.
Pasó sus dedos por el rostro en la foto una vez más mientras seguía llorando silenciosamente.
Dul - Sé que te daría vergüenza lo que soy, estarías más que decepcionada… Perdóname mamá, perdóname…yo no quise hacer lo que hago...simplemente no pude evitarlo....es todo lo que sé, lo único para lo que sirvo -cada vez lloraba más fuerte- Sé que está mal... yo quiero dejar de…Perdóname, perdóname…-decía entre sollozos-
Arrastrándose un poco por el piso llegó hasta su mesa de luz y del cajón sacó su cuchillo. Volvió a sentarse frente a las fotos pero un poco más alejada que antes y estiró su brazo para empezar a cortarse. Se hacía cortes profundos en el antebrazo mientras seguía llorando y murmurando palabras para su madre.
Lentamente corte a corte fue formando la palabra "perdón". Una vez que terminó de cortarse tiró el cuchillo y se recostó en el suelo, con el brazo estirado mientras sangraba. Todavía caían lágrimas de sus ojos y apretaba el brazo contra el piso para sentir aun más fuerte el dolor de sus cortes. Pasaron unos minutos y empezó a sonar su teléfono pero lo ignoró. El aparato no dejaba de sonar y ya el ruido comenzaba a molestarla así que finalmente estiró el brazo que no estaba lastimado y lo agarró. Se fijo quien era antes de atender.