Sabía que mi voz podía jugarme una mala pasada así que me tomé un segundo para concentrarme en que saliera segura a pesar de la desesperación que tenía.
“No, por supuesto que no es un problema. Me da igual quien sea, yo solo hago mi trabajo" Dije convincentemente.
"Perfecto... Primero quiero que le des un susto a Puente, así que solo golpea y tortura un poco a su hermanita. Juega con tu navaja, pégale cuanto quieras, hasta podrías divertirte un poco con ella. No está mal para atarla y follarla un par de veces" Dijo tomando su foto y mirándola bien. Yo solo quería que esto no fuera real, que la foto en ese escritorio no fuera la de mi rubia. Justo cuando creía que la vida me había dado toda la mala suerte que me podía dar y ahora tal vez las cosas mejoraran... justo se empecinaba en reírse en mi cara y quererme quitar lo único que me importaba. Queriendo hacer que yo misma me quitara lo único que me importaba y me hacía humana. Cuando volví a la realidad de la habitación en la que me encontraba y repare en la forma en que el Mariscal miraba la foto de Anahi, lo único que quise es poder matarlo en ese instante, a él y a todos los malditos que lo acompañaban. Deseé tener mi arma conmigo. Sabía que si intentaba algo estando desarmada iba a estar muerta en menos de un segundo.
"Espero que te gusten las rubias. Esta es una hermosura, va a ser un desperdicio que tengas que pegarle a esa cara bonita pero diviértete todo lo que quieras antes de dejarla inconsciente" Devolviéndome la foto.
"Seguramente vamos a pasar un buen rato" Dije fingiendo una sonrisa y dándome repulsión a mí misma.
"Ese es el espíritu, sabía que este trabajo te iba a dar algo de placer. Después de dejarla así, Christopher va a tener unos días más para pagar su deuda y va a saber que tan serio es el asunto. Si no paga después de ese plazo ahí si te vas a encargar de que su hermanita pase a la otra vida. A él, no vale la pena matarlo, le sirve más como escarmiento que Anahi, esté muerta"
"Entendido"
"Bueno eso es todo, ahí tienes toda la información básica de tus víctimas. Encárgate de los tres en esta semana y cuando termines con Anahi, déjala en algún lugar donde la encuentran rápido, si no te ve nadie hasta podrías dejarla en la puerta del departamento de su hermano. Avísame cuando lo hagas así luego me pongo al día con Christopher…Como siempre cuando esté todo terminado vienes a buscar tu pago"
"Nos vemos"
"Nos vemos Espinoza, un placer"
"Igualmente"
Agarré las fotos y las hojas con datos y volví a estrecharle la mano. Levanté la maleta y me fui, sintiéndome peor que si me hubieran dictado una sentencia de muerte o tal vez me la habían dictado al dictársela a Anahi. En la otra habitación volvieron a darme las armas y una parte de mi quería mandar todo a la mier.da e intentar bajar a todos, incluido el Mariscal. Pero mi parte racional me decía que era imposible, al menos en ese momento.
Estaba rodeada y siendo acompañada por varios de sus hombres armados y al primer intento de sacar mi pistola me dispararían por la espalda. Necesitaba calmarme y pensar que iba a hacer. Necesitaba encontrar una salida a esta situación, este era el único trabajo que no podía cumplir. No podía dejar que me quitaran a Anahi, ni podía ser yo quien me quitara a ella. Tenía que encontrar la forma de protegerla aun si eso significara que supiera la verdad sobre mí, en esos momentos decirle la verdad era el menor de mis problemas.