Chris - ¿Estás loca? Yo no te voy a dejar sola con ella.
Dul - No le voy a hacer nada.
An - Déjanos solas.
Chris - Dame tu arma y las dejo solas.
Dul - No voy a darte mi arma…- se llevó una mano atrás y tomó su pistola, le sacó el cargador y volvió a guardarla- Toma esto.
Chris – De acuerdo -agarró el cargador- Espero afuera. Si oigo ruidos raros tiro esta puerta abajo -advirtió antes de salir-
Apenas se fue, Dulce cerró nuevamente la puerta con llave.
Dulce - ¿Estoy condenada? -dijo apoyándose contra la puerta-....Ya lo sabía pero es duro saber que esas palabras salieron de tu boca -dijo tristemente- Sobre todo cuando pensaba que tú podías salvarme.
An – Eres tú, la que tiene que cambiar…y aun así eso no borraría las cosas terribles que hiciste.
Dul - ¿Entonces para ti no hay redención?
An - Hay redención pero tienes que esforzarte por ella, tienes que luchar para alcanzarla. No quiero que pidas esa plata, no quiero que mates gente para pagar lo que te prestan. Sentiría que por ayudarnos a nosotros estás condenando a otros, me sentiría sucia y culpable.
Dul - Tú no tienes nada que ver.
An - Yo tengo todo que ver -dijo exasperada- Vas a pedir la plata para pagar lo que debe mi hermano.
Dul - No importa lo que quieras…Para que sigan vivos hay que pagar esa deuda y yo voy a volver deChicago con toda la plata, aun si tenga que vender la poca alma que me queda -dijo con determinación-
An - No mates a más personas Dulce -casi suplicando- Demuéstrame que lo que me dijiste sobre querer cambiar era verdad.
Dul - Es verdad. Pero voy a hacer lo que tenga que hacer...Cuando todo esto termine se acabó ese estilo de vida para mí. Voy a cambiar -se acercó a la rubia lentamente-.... ¿Hay algún chance de que podamos seguir juntas? -preguntó temiendo la respuesta-
An - Las chances son casi nulas.
Dul -ante la respuesta el rostro de la morena entristeció más-... Casi -dijo pensativa-...Eso significa que por más minúscula e improbable que sea hay una posibilidad.
An - Tal vez –suspiró-...Pero sé que no puedo....no puedo estar con alguien como tú.
Dul - No poder no es lo mismo que no querer -traspasándola con la mirada y acercándose más-
Cuando estaba por tomarla de la cintura la rubia se alejó y fue abrir la puerta. Del otro lado estaba Chris quien no se había movido. El rubio entró de nuevo y volvió a cerrar.