En la habitación Anahi daba vueltas en la cama, podía sentir el perfume de Dulce en la almohada y solo hacía que quisiera tenerla a su lado. Quería sentir sus brazos firmes como cuando la agarraba para besarla, querías sus manos fuertes rodeando su cintura.
No entendía como esta chica misteriosa había llegado tan rápido a su corazón, era casi como si la hubiera encantado, como si hubiera una fuerza magnética que la llevaba a ella. Se le hacía imposible dormir así que se levantó para ir a tomar algo a la cocina. Se sorprendió de ver a Dulce levantada también y tomando una copa de vino.
An – Hey, no podía dormir y vine a tomar algo -no se había cambiado, llevaba su ropa pero sin los zapatos.
Dul - Yo también
An - Pero no creo que tome precisamente lo que estás tomando
Dul – Ah. Supuse que un poco más de alcohol tal vez me diera sueño
An - Con el agua creo que está bien para mí
Apenas terminó de decir esas palabras Dulce le alcanzaba un vaso de agua
An - Gracias -bebió-…Eh sería muy loco…si te pidiera que vinieras a la cama conmigo
Dul - levantando las cejas- De hecho no sería nada loco
An - No de esa forma, solo para dormir a tu lado
Dul - Sería un honor dormir a tu lado niña
Anahi la besó y sin querer y más que nada porque Dulce lo permitió, la fue llevando contra la heladera. Después del beso la morena pasó con cuidado la lengua por el cuello de la rubia.
Dul - ¿Segura que quieres dormir? -mirándola a los ojos-
An - Segura -tragando con dificultad porque realmente Dulce había incrementado su deseo.
Dul - No se hable más, entonces a dormir hermosa -la tomó de la mano y la llevó a su habitación.