CAPITULO 4 PARTE 2

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Dul - ¿Caliente cómo?

An - ¡Dulce! No voy a entrar en detalles

Dul – Mmm, entrar, si quieres yo puedo entrar…Nunca estuve con una virgen, esto va a ser interesante -acercándose Dulce le dio a la rubia una mirada como si estuviera acechando una presa pero en seguida notó su enojo y se arrepintió. Definitivamente estaba actuando como una *******, no sabía ser cuidadosa con los sentimientos y siempre estuvo acostumbrada a reducirlo todo al sexo solo que está vez aunque no supiera manejarlo era más que sexo y no estaba acostumbrada a eso-

An - ¿Esto? -incrédula- O sea que solo me quieres para acostarte conmigo y ahora más porque vas a ser la primera de la estúpida virgen que convenciste de traer a tu casa…No debí venir, soy una ilusa –levantándose

Dul - No, Anahi no es así…Si solo quisiera acostarme contigo… para que tomarme todo el trabajo de horas de charla y conocerte, invitarte acá y cocinarte

An - Para convencerme y usarme como tu entretenimiento -totalmente enojada-

Dul - No te quiero como mi entretenimiento niña…para entretenerme me busco una perra masoca de mi edad y le doy sexo duro toda la noche.

An - Estás loca -además del enojo ahora tenía un poco de miedo, se alejó rumbó a la puerta.

Dul - Te asusté, lo siento…Te aseguro que no es solo sexo lo que quiero, es más ni siquiera debería ser yo quien te de tu primera vez, deberías tenerla con alguien de tu edad que sea dulce, cariñosa y no se haya acostado con medio país -trató de mostrarse lo más sincera posible para que le creyera aunque sabía que lo mejor era que no le creyera y se fuera de allí, se olvidara de ella y fuera feliz con una persona que realmente pudiera amar. No podía, por más que sabía que estaba mal no podía dejarla ir, le gustaba demasiado su compañía-

An - Y que no le guste el sadomasoquismo -dijo en broma pero aun un poco desconfiada, se había detenido y ya no intentaba irse-

Dul - Si eso es muy importante porque tu eres muy tierna y te mereces que te traten con cuidado y que te protejan

An - ¿Tú lo harías?

Dul - ¿Qué?

An - Tratarme con cuidado y protegerme.


Dul - Anahi yo… no sirvo para eso…No soy buena para nadie y menos para ti, eres tan chica, tan inocente y pura -bajando la mirada.

An - Entiendo

Dul - No creo que entiendas…pero me gustaría mejorar para estar contigo -no supo a donde se fue su racionalidad cuando dijo eso, tal vez ya la había perdido en el azul marino de los preciosos ojos de Anahi.

An - Entonces déjame ayudarte, si nunca te das la oportunidad de estar en una relación no vas a saber si eres buena en eso.


Dulce se acercó y estiró una mano a su mejilla, tocándola suavemente.

Dul - Tienes unos segundos para decirme que me detenga, deberías decirme que me detenga porque no sé como puede terminar esto, de lo contrario te voy a besar

Anahi no contestó nada, no le importó su advertencia, ella tampoco sabía como podía terminar esto pero estaba dispuesta a averiguarlo, quería descifrar a Dulce María Espinoza, quería amar a Dulce María Espinoza. Cerró los ojos cuando la vio acercarse más y sus labios se juntaron.

Al principio fue solo un roce pero cuando Anahi abrió más la boca la lengua de Dulce no tardó en entrar y moverse deliciosamente contra la de ella, la rubia pudo sentir el contacto con un frío metal, el aro en la lengua de la morena tocando la suya. El beso era suave pero ardiente, demasiado bueno para ser el primero entre ambas, demasiado placentero para ser real. Dulce la acercó más a ella tomándola de la cintura con una mano y luego de intensificarlo la dejó, suspirando todavía con los ojos cerrados.

Cuando los abrió se miraron y Anahi no pudo evitar sonreír tontamente.

Conociendo el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora