"Es lo que más me importa"
"¡Increíble!" Esta vez sonriendo plenamente. "Es la primera vez que te veo involucrada con alguien. Ya estaba pensando que te habían extirpado todos los sentimientos… No te ofendas, eso es genial a la hora de hacer tu trabajo pero el resto del tiempo no se puede vivir así. Todos necesitamos a alguien. Yo no sería lo que soy sin mi familia"
"Yo había pensado lo mismo hasta que la conocí a ella"
"Es muy bueno de tu parte que te ocupes de su hermano, otros dejarían que lo maten"
"Para cobrarse la deuda no querían matarlo a él sino a ella"
Gino se quedó pensativo unos segundos.
"¿A quién le debe?"
"Al Mariscal"
La expresión de desagrado fue notoria.
"Solo alguien como él puede andar involucrando a inocentes. Su forma de actuar va a hacer que se terminen las pocas alianzas que nos quedan en la policía. No respeta a nadie. Y la muerte de uno de mis hombres que tuvo que ir a Los Ángeles específicamente cuando había hecho un acuerdo de no agresión fue lo peor de todo… Mira Dulce, podría prestarte la plata…pero sinceramente no la quiero en manos del Mariscal"
Me dijo seriamente y sentí como perdía todas las esperanzas. "Podemos llegar a otro tipo de acuerdo que nos beneficie a ambos… ¿Qué estarías dispuesta a hacer por proteger a esta chica?"
"Todo lo que sea necesario" Mi voz fue totalmente segura, no tenía dudas de eso.
"Ya veo" Sonriendo "¿Ella es parte de esto?" Sabía a lo que se refería, me estaba preguntando si Anahi era parte de nuestro mundo criminal.
"No, es lo más lejano que podría haber.......Es totalmente inocente"
Gino sonrió sarcásticamente pero dándome una mirada que pareció compasiva.
"Nadie es totalmente inocente, pensé que eso ya lo habías entendido Dulce…¿Si fuera así, como es que se relacionó con alguien como tu?"
"No lo sé, todavía no lo entiendo… Supongo que vio algo de bondad en mi"
"Ciertamente, eres la persona más honorable que conozco en todo esto, no disfrutas del sufrimiento del otro… Pero aun así, después de haber dejado a Paul no te pudiste llevar a dejar la vida que conocías… Una parte tuya corresponde a la asesina"
De pronto un fuego corría por mi cuerpo, sus palabras alimentaban una hoguera interna que me consumía. No quería esa parte de mí, ya no la necesitaba, después de todo esto debía enterrarla. Luego del fuego vinieron las preguntas, las cuales sabía que solo podía hacerle a Gino.
El también para mí era la persona más honorable que conocía en esto y cuando estaba con su familia, cuando las puertas de su casa se cerraban para dar lugar a la intimidad de su hogar, nadie podía sospechar que fuera algo diferente de un esposo y padre amoroso, una persona de bien. Era como si tuviera realidades paralelas y nunca había entendido como las sostenía. Me vi tan absorta en estos pensamientos que brevemente olvidé el tema apremiante que debería estar tratando.