CAPITULO 6 PARTE 1

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La noche anterior se había acostado y Anahi le pidió a Dulce que la abrazara. La morena accedió gustosa, rodeándola por la cintura con su brazo y pegándose a su cuerpo, así se habían quedado dormidas. Ahora Dulce recién había abierto los ojos pero todavía no había hecho ningún movimiento. Se encontró respirando el aroma a vainilla del pelo de la rubia, escuchando su respiración acompasada y con su brazo aun en su cintura.

Esto era lo más parecido a la normalidad que tenía desde la muerte de su madre, despertar al lado de alguien que realmente le importara, no solo el levante de la noche anterior. Muy despacio para no despertarla sacó su brazo de su cuerpo y se levantó un poco para poder mirarla bien mientras dormía.

Era como la visión de un ángel en la tierra, un hermoso y frágil ángel de ojos azules que ahora se encontraban cerrados. ¿Qué hacía este ángel en su cama? ¿Cómo es posible que estuviera allí? Era totalmente inconsciente del peligro que corría, de la persona peligrosa a la que la noche anterior le pidió dulcemente que la abrazara.

Sus manos manchadas de sangre no eran dignas de tocar la pureza del cuerpo de Anahi, sus labios demandantes no eran dignos de la suavidad de los de ella, aun así había tenido la osadía de tocarlos y ahora sus manos le quemaban, sus labios le quemaban más inclusive. ¿Cómo podía siquiera soñar con tener a esta chica cuando ella representaba lo más bajo del mundo y estaba frente a una de las cosas más divinamente elevadas? No podía corromperla, no debía corromperla, solo le haría daño con su violencia, su odio y resentimiento, no sabía amar y era demasiado iluso de su parte pensar que ahora podría hacerlo.

Tarde o temprano la ilusión de anoche se rompería y el mundo al que Dulce pertenecía vendría a pasarle factura. Si ella no la lastimaba alguien de su entorno podía hacerlo, y eso sería todavía peor. No podía permitir esto, debía romper la ilusión ya mismo aunque fuera jodidamente difícil, debía escuchar a su cabeza y no a el extraño sentimiento desde el fondo de su alma que le decía que lo intentara.

Definitivamente no podía intentarlo, Anahi era demasiado perfecta y ella era solo un animal. Era el momento de suprimir todo mínimo sentimiento como lo había hecho tantas veces para escapar de la realidad, para escapar cuando su padrastro la molía a golpes, solo que esta vez una parte de ella no quería suprimir los sentimientos, no quería escapar, eso lo hacía difícil.

Conociendo el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora