"29 de Noviembre de 1991"
Las cosas en la familia de Nicky se iban volviendo a su cauce. La vida en el pueblo volvía a ser tan aburrida y rutinaria como siempre.
Charles llevaba viendo a la niña un poco extraña. Jugaba sola, hablaba con alguien, no hacía caso a lo que le decía él o su madre. De nuevo, estaba durmiendo mal. Volvía a despertarse a horas intempestivas.
El matrimonio comenzó a preocuparse de nuevo. Seguían sin saber por qué la niña se despertaba a esas horas y, esta vez, venía acompañado por algo más.
El día anterior habían pedido cita para el médico. Querían volver a escuchar la opinión de Javier.
Esta vez, la hora de la cita era a media mañana. Bonnie habló con la dirección del colegio para poder asistir al centro médico.
No tuvieron que pasar mucho tiempo en la sala de espera. Lo suficiente para que Michelle se quedara dormido. Enseguida fueron llamados por Javier.
—Buenos días – saludó el doctor. – ¿Cómo está esta niña tan bonita?
Mary comenzó a reírse a carcajadas, como si hubiera entendido el alago del médico y le hubiera gustado.
—Buenos días, doctor Martín – saludó Bonnie. – La niña ha comenzado a dormir mal de nuevo.
—¿Estáis siguiendo todas mis recomendaciones?
—Si, todo. – Contestó Charles. – Comenzó a dormir mejor. El problema ha vuelto hace unos días.
_Dejadme revisarla de nuevo.
Bonnie desnudó a la niña y la colocó a la niña en la camilla.
Durante diez minutos, Javier estuvo revisándola. De nuevo, no encontró en la niña nada por lo que preocuparse.
Javier vistió a la niña y la puso en brazos de su madre.
—La niña está bien – señaló. – ¿De verdad estáis llevando a rajatabla las pautas que os di?
Charles asintió.
—Soy yo el que normalmente se ocupa de la niña. De los dos, soy el que más tiempo pasa en casa.
—Es él el que controla las cosas de la niña –. Continuó Bonnie.
Javier no entendía qué le sucedía a la niña. Si habían eliminado los malos hábitos en la vida diaria de la pequeña, no había razón para que volviera a tener insomnio.
—No sé si volver a pedirle una analítica. La vez pasada no tenía nada. Esta vez no tiene por qué ser diferente – señaló el doctor –. Tampoco es plan de hacer que la niña pase un mal trago innecesario.
Bonnie miró a Charles. Él no le parecía bien que le contara el extraño comportamiento que estaba teniendo la niña.
—¿Pasa algo más que debiera saber? – Preguntó Javier al ver el comportamiento del matrimonio.
Charles dudó. El doctor ya les había dicho que a la niña no le sucedía nada. ¿Qué sentido tenía contarle nada más?
—Tiene ciertos comportamientos.... – Arrancó a decir Bonnie –. No sé cómo definirlo.
—Son tonterías –. Continuó su marido –. Cosas de niños, supongo.
Javier se quedó callado. Quería sabe cuáles eran esas cosas de niños que le estaba preocupando tanto a la madre de la criatura.
—Juega ella sola – contestó Bonnie –. Se está empezando a aislar. Apenas juega con nosotros o con Michelle. A veces habla sola. En ocasiones es como si quisiera que alguien que no está ahí la cogiera.
Realmente Javier no podía hacer nada al respecto. No eran síntomas que él pudiera tratar. Ni si quiera estaba seguro si eran síntomas de alguna cosa.
No sabía qué decirles. Hasta ese momento, nadie había llegar a su consulta contándoles algo así.
—Pues no sé por qué deciros. En un primer momento, no hay nada que muestre que le suceda algo a la niña. Ni en lo que me estáis contando ni en sus síntomas físicos. No tenía intención de hacérselo, pero les haré unos análisis.
—Pero decía que no era necesario – señaló Charles –. ¿Por qué hacérselos si no lo necesita?
_Simple precaución. – contestó Javier. – No cuesta nada hacer la prueba.
Charles suspiró. Estaba seguro de que no sería nada. Después de la última vez que estuvieron en la consulta, su nivel de paranoia respecto a su hija había ido a menos. Empezó a pensar lo que en un principio había dicho su mujer, que era algo normal en niños de la edad de Mary.
Esa vez la que más preocupada estaba era Bonnie. La niña seguía sin dormir y eso no le gustaba. Además, empezaba a tener amigos imaginarios. Si fuera de nuevo la falta de sueño, hubiera ido tan solo a pedirle consejo a Javier, pero esta vez, que hablara con gente que no veía, que ignorara a sus padres, no le hacía gracia ninguna.
Regresaron a casa.
En unos días tenían que regresar a ver qué decía la analítica, pero ambos sabían que no les iba a revelar nada de importancia.
Nada más llegar al colegio, Bonnie le contó a Nicky lo que había hablado con el doctor.
—Ten paciencia. No será nada. Sabes que estas cosas pueden ser habituales en niños de la edad de Mary o Michelle.
_Lo sé – contestó Bonnie. – Aun así, me preocupa. Especialmente porque se está aislando.
Días después, Bonnie y Charles regresaron a la consulta de Javier.
Los resultados, tal cual se esperaban, no revelaron nada.
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Casa Encantada
Misteri / ThrillerBonnie es una profesora que acaba de aprobar las oposiciones. Por eso, junto a Charles, su marido y Mary, su hija, se mudan de Madrid a un pueblecito pequeño del norte de España. La familia cree que que van a poder tener una vida tranquila, aunque...