"3 de Marzo de 1992"
Desde la última conversación entre Charles y Javier, las pesadillas de Bonnie habían regresado. Creía que había dejado de tener esos horribles sueños. En el colegio, las cosas con Aiden estaban tranquilas. Los brotes de bullying que había vuelto a surgir en el aula, se habían calmado, así que estaba más tranquila, por lo que no debería haber vuelto a tener esas pesadillas.
La intranquilidad del empresario se disparó. Estaban siendo unas noches horrorosas. De nuevo, cada vez que Bonnie cerraba los ojos, volvía a ver a aquella mujer, a Samantha. Al despertar, estaba segura de que era ella, aunque era algo que desafiaba toda lógica. Sentía que se estaba volviendo loca.
—Charles, quizás debería ir a ver a Javier de nuevo. – Le repetía una y otra vez a su marido. – Mary me está volviendo a coger miedo.
—Sabes que no te va a decir nada. Tendrás estrés de nuevo.
Bonnie le miró con cierto desprecio. Le había dicho una y mil veces que la situación en el colegio estaba estancada. No pasaba nada, absolutamente nada. Se lo había repetido mil veces desde que las pesadillas volvieron.
—Puede mandarme a un psicólogo.
En eso, Charles estaba de acuerdo. No estaba tan agobiado como ella. Creía, independientemente de Samantha, que aquellos sueños estaban provocados por los problemas que había tenido anteriormente en el colegio. Quizás un especialista ayudaría a poner su mente en orden. Aunque le parecía bien, le preocupaba cuándo iba a poder ir y dónde.
—Eso nos lo puede decir Javier. – Le resolvió su duda. – No muy lejos hay un centro médico donde hay este tipo de especialista.
—Vale, vale. Vamos a ver a Javier. Que nos pida cita. Pero, ¿podrás ir a las consultas? Con el colegio...
—Bueno, ya lo solucionaremos.
La conversación terminó ahí. Charles comprendía que su mujer no quisiera seguir en ese estado. No solo era el no poder dormir o el cansancio constante. Su hija volvía a tenerla miedo. Ya no quería que la cogiera o que la diera de comer como hacía habitualmente. Estaba siendo muy duro para ella. Era una mujer muy familiar y adoraba a Mary. Quizás sería eso lo que peor llevaba.
Nicky estaba al tanto de las preocupaciones de Bonnie. Se había desahogado con ella miles de veces. Como amiga, le preocupaba; como madre, la entendía. A nadie le gustaba sentir el rechazo de sus hijos. En cuanto tuvo un rato libre, fue a hablar con el marido de su amiga sin que ella estuviera presente.
—Buenas tardes, Nicky. – Saludó Charles abriéndole la puerta y haciendo que pasara –. ¿Qué haces aquí?
—Quería hablar contigo sobre Tu mujer. Me preocupa.
Se sentaron a la mesa. Sabía bien por qué quería hablar con él y no le gustaba.
—Nicky, no te lo tomes a mal, pero esto es un tema de pareja.
—Lo sé. – Respondió ella. – Permíteme que me preocupe por ella.
—Solo son pesadillas.
—Ella dice que quiere ir al psicólogo a ver qué le dice. Quiere deshacerse de esas pesadillas.
—Lo sé. No creas que es a ti a la única que le cuenta sus cosas. Te repito, esto es algo nuestro, un tema familiar. Agradezco que te preocupes por nosotros, de verdad, pero no puedes hacer nada por nosotros.
Nicky suspiró. Quizás no hubiese sido buena idea ir a hablar con él. Estaba tenso con ella y tenía toda la razón. Era consciente que eso era un asunto de familia, pero su preocupación era sincera.
A Charles le costó un poco relajarse. Era consciente de que su visita no iba acompañada de malos deseos.
_Quiero enseñarte algo. – Se levantó el propietario de la casa. Cogió las fotos de la familia Williams y de su casa. buscó la de Samantha y se la mostró a su visita. – ¿Sabes quién es ella?
Nicky cogió la fotocopia para verla mejor.
—Si, es la última señora de la Casa de los Williams. Dábamos su historia en el colegio.
—¿Sabes que es con ella con quien sueña mi mujer?
La profesora asintió con la cabeza. Lo sabía desde hacía algún tiempo. Como le había dicho, Bonnie le había contado bastantes cosas.
—La habrá visto por algún lado.
—¿Hay muchos sitios donde haya podido verla?
Ella negó. Un tiempo después de que la familia desapareciera, cuando se comprendió que nunca regresarían, se puso fotografías de la familia al completo por todos lados, pero en cuanto las historias extrañas sobre la casa empezaron a extenderse, se quitaron de todos lados.
—Esto mismo que me estas explicando, ya me lo habían dicho. – Aclaró Charles.
—¿No eres demasiado exceptivo para plantear lo que estás diciendo? Creía que la chalada era yo –. Bromeó.
Era una locura, lo sabía. Él era el primero que no creía en lo sobrenatural, pero desde que su mujer vio la foto de Samantha y asegurar que era la misma mujer de sus sueños, había empezado a plantearse que podría haber más cosas de las que se perciben con los sentidos.
—Quizás deba contarte algo. – Dijo dudando Nicky. – Aunque creo que no te va a gustar. Tampoco creo que tenga mucho que ver con lo que le sucede a Bonnie.
—Miedo me das.
—Esto sucedió hace años, cuando estaba embarazada de Sergio. Como te digo, dudo mucho que tenga algo que ver con lo que le sucede a tu mujer, pero quizás quieras saberlo.
Charles asintió. ¿Cómo no iba a querer saber sobre algo que pudiera hacer que pudiera ayudar a su esposa?
Nicky empezó a contarle su historia.
—Cuando estaba embarazada, incluso antes de saber que lo estaba comencé a tener una serie de pesadillas. Al principio fueron cosas tontas, pequeñas. Que el niño iba a tener algún problema, que él o yo íbamos a morir en el parto, cosas así.
_Pero son cosas normales.
—Si, al principio sí. No son esas las más problemáticas. Al principio, soñaba con Samantha. Los sueños eran similares a los de tu mujer.
Hasta que Bonnie regresó a casa, estuvieron hablando de las pesadillas de Nicky. Aunque ninguno de los dos querían que Bonnie se enterara de estas historias, esta se unió a la conversación.
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Casa Encantada
Mystery / ThrillerBonnie es una profesora que acaba de aprobar las oposiciones. Por eso, junto a Charles, su marido y Mary, su hija, se mudan de Madrid a un pueblecito pequeño del norte de España. La familia cree que que van a poder tener una vida tranquila, aunque...