Leandro abre la puerta del copiloto del Audi 4 x 4 negro y subo.
Menudo cochazo.
No ha mencionado el arrebato pasional del ascensor.
¿Debería decir algo yo?
¿Deberíamos comentarlo o fingir que no ha pasado nada?
Apenas parece real, mi primer beso con forcejeo.
A medida que avanzan los minutos, le asigno un carácter mítico, como una leyenda del rey Arturo o de la Atlántida.
No ha sucedido, nunca ha existido.
Quizá me lo he imaginado.
No.
Me toco los labios, hinchados por el beso.
Sin la menor duda ha sucedido.
Soy otra mujer.
Deseo a este hombre desesperadamente, y él me ha deseado a mí.
Lo miro.
Leandro está como siempre, correcto y ligeramente distante.
No entiendo nada.
Arranca el motor y abandona su plaza de parking.
Enciende el equipo de música.
El dulce y mágico sonido de dos mujeres cantando invade el coche.
Uau... Mis sentidos están alborotados, así que me afecta el doble.
Los escalofríos me recorren la columna vertebral.
Ondreaz conduce de forma tranquila y confiada hacia mi casa.
—¿Qué es lo que suena?
—Es el «Phascination Phase» de The City of Prague Philharmonic Orchestra, ¿Te gusta?
— Leandro, es precioso.
—Sí, ¿verdad?
Sonríe y me lanza una rápida mirada.
Y por un momento parece de su edad, joven, despreocupado y guapo hasta perder el sentido.
¿Es esta la clave para acceder a él?
¿La música?
Escucho las notas, sugerentes y seductoras.
—¿Puedes volver a ponerlo?
—Claro.
Ondreaz pulsa un botón, y la música vuelve a acariciarme.
Invade mis sentidos de forma lenta, suave y dulce.
—¿Te gusta la música clásica? —le pregunto intentando hacer una incursión en sus gustos personales.
—Mis gustos son eclécticos, Charli. De Sleeping At Last. Depende de mi estado de ánimo. ¿Y los tuyos?
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By following your rules
Teen FictionMe haces sentir cosas con las que no estoy familiarizado. No sé como manejar este tipo de sentimientos Faya. Amo lo entregada emocionalmente que se vuelve con las cosas. Ella se abre por completo a estas fuerzas ficticias, sea una película o una n...