—También es una súplica —le susurro.
¿Por qué estoy tan nerviosa? Tengo la boca seca.
—¿Una súplica? ¿Para que no me pase contigo?
Asiento con la cabeza.
—Compré esto para ti —dice él en voz baja y con mirada impasible—. No me pasaré contigo si lo aceptas.......
Trago saliva compulsivamente.
—Leandro, no puedo aceptarlo, es demasiado.
—Ves, a esto me refería, me desafías. Quiero que te lo quedes, y se acabó la discusión. Es muy sencillo. No tienes que pensar en nada de esto. Como sumisa mía, tendrías que agradecérmelo. Limítate a aceptar lo que te compre, porque me complace que lo hagas.
—Aún no era tu sumisa cuando lo compraste —susurro.
—No... pero has accedido, Faya.
Su mirada se vuelve recelosa.
Suspiro.
No me voy a salir con la mía, así que pasamos al plan B.
—Entonces, ¿es mío y puedo hacer lo que quiera con ello?
Me mira con desconfianza, pero cede.
—Sí.
—En ese caso, me gustaría donarlo a una ONG, a una que trabaja en Culver y a la que parece que le tienes cariño. Que lo subasten.
—Si eso es lo que quieres hacer...
Aprieta los labios.
Parece decepcionado.
Me sonrojo.
—Me lo pensaré —murmuro.
No quiero decepcionarlo, y entonces recuerdo sus palabras.
«Quiero que quieras complacerme.»
—No pienses, Faya. En esto, no.
Lo dice sereno y serio.
¿Cómo no voy a pensar?
Te puedes hacer pasar por un coche, ser otra de sus posesiones, ataca de nuevo mi subconsciente con su desagradable mordacidad.
La ignoro.
Ay, ¿podríamos rebobinar?
El ambiente es ahora muy tenso.
No sé qué hacer.
Me miro fijamente los dedos.
¿Cómo salvo la situación?
Deja la botella de champán en la mesa y se sitúa delante de mí.
Me coge la cara por la barbilla y me levanta la cabeza.
Me mira con expresión grave.
—Te voy a comprar muchas cosas, Faya. Deberías estar acostumbrada con la vida que llevas, con los padres y familia que tienes. Además me lo puedo permitir. Soy un hombre muy rico. —Se inclina y me planta un beso rápido y casto en los labios—. Por favor.
Me suelta.
Vaya, me susurra mi subconsciente.
—Eso hace que me sienta incómoda y rara—musito.
—No debería. Le estás dando demasiadas vueltas, Faya. No te juzgues por lo que puedan pensar los demás. No malgastes energía. Esto es porque nuestro contrato te produce cierto reparo; es algo de lo más normal. No sabes en qué te estás metiendo.
ESTÁS LEYENDO
By following your rules
Ficção AdolescenteMe haces sentir cosas con las que no estoy familiarizado. No sé como manejar este tipo de sentimientos Faya. Amo lo entregada emocionalmente que se vuelve con las cosas. Ella se abre por completo a estas fuerzas ficticias, sea una película o una n...