Leandro, avergonzado o frustrado por la efusiva atención que recibo del resto de los Scott, me coge de la mano y me acerca a su lado.
—No me la espantéis ni me la miméis demasiado —protesta.
—Leandro, déjate de bromas —lo reprende Ginebra con indulgencia y una mirada llena de amor por él.
No sé por qué, pero me parece que no bromea.
Observo subrepticiamente su interacción.
Es obvio que Ginebra lo adora, que siente por él, el amor incondicional de una madre.
Él se inclina y la besa con cierta rigidez.
—Mamá —dice, y percibo un matiz extraño en su voz... ¿veneración, quizá?
—Señor Scott... adiós y gracias por todo.
Le tiendo la mano, pero ¡también me abraza!
—Por favor, llámame Enzo. Confío en que volvamos a verte muy pronto, Crin.
Terminada la despedida, Leandro me lleva hasta el coche, donde nos espera James.
No me había dado cuenta de que Leandro nos miró raro a su padre y a mi cuando nos terminamos de despedir.
¿Será que el no tenia ni idea de mi segundo nombre?
¿Habrá estado esperando ahí todo el tiempo?
James me abre la puerta y entro en la parte trasera del Audi.
Noto que los hombros se me relajan un poco.
Dios, qué día.
Estoy agotada, física y emocionalmente.
Tras una breve conversación con James, Leandro se sube al coche a mi lado.
Se vuelve para mirarme.
—Bueno, parece que también le has caído bien a mi familia —murmura.
¿También?
La deprimente idea de por qué me ha invitado me vuelve de forma espontánea e inoportuna a la cabeza.
James arranca el coche y se aleja del círculo de luz del camino de entrada para adentrarse en la oscuridad de la carretera.
Me giro hacia Leandro y lo encuentro mirándome fijamente.
—¿Qué? —pregunta en voz baja.
Titubeo un instante.
No... Se lo voy a decir.
Siempre se queja de que no le cuento las cosas.
—Me parece que te has visto obligado a traerme a conocer a tus padres —le susurro con voz trémula—. Si mis padres en especial mi padre no me lo hubiera dicho, tú jamás me lo habrías pedido a mí.
No le veo la cara en la oscuridad, pero ladea la cabeza, sobresaltado.
—Faya!!, me encanta que hayas conocido a mis padres. ¿Por qué eres tan insegura? No deja de asombrarme. Eres una mujer joven, fuerte, independiente, pero tienes muy mala opinión de ti misma. Si no hubiera querido que los conocieras, no estarías aquí. ¿Así es como te has sentido todo el rato que has estado allí?
¡Vaya!
Quería que fuera, y eso es toda una revelación.
No parece incomodarlo responderme, como sucedería si me ocultara la verdad.
Parece complacido de verdad de que haya ido.
Una sensación de bienestar se propaga lentamente por mis venas.
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By following your rules
Roman pour AdolescentsMe haces sentir cosas con las que no estoy familiarizado. No sé como manejar este tipo de sentimientos Faya. Amo lo entregada emocionalmente que se vuelve con las cosas. Ella se abre por completo a estas fuerzas ficticias, sea una película o una n...