Capítulo 39

283 27 3
                                    

De: Leandro Scott
Fecha: 24 de febrero de 2018 00:12
Para: Faya Laur 
Asunto: Deja de quemarte las cejas

FAYA LAUR, VETE A LA CAMA.

Leandro Scott Obseso del control y presidente de Scott Enterprises Holdings, Inc.

Vaya... en mayúsculas, como si me gritara.

Apago el ordenador.

¿Cómo puede intimidarme estando a ocho kilómetros?

Todavía triste, me meto en la cama e inmediatamente caigo en un sueño profundo, aunque intranquilo.......

Al día siguiente, al volver a casa del trabajo, llamo a mi madre.

Como en Culver el día ha sido relativamente tranquilo, he tenido mucho tiempo para pensar.

Estoy inquieta, nerviosa, porque mañana tengo que enfrentarme con el obseso del control, y en el fondo estoy preocupada porque quizá he sido demasiado negativa en mi respuesta al contrato.

Quizá él decida cancelarlo.

Mi madre está muy triste, siente mucho no poder venir a la entrega de títulos.

Fer se ha torcido un ligamento y cojea.

La verdad es que es muy torpe, como yo.

Se recuperará sin problemas, pero tiene que hacer reposo, y mi madre tiene que atenderlo todo el tiempo.

—Faya, cariño, lo siento muchísimo —se lamenta mi abuela al teléfono.

—No pasa nada, abuela. Mi papá estará aquí al igual que mi mamá.

—Fay, pareces distraída... ¿Estás bien, mi niña?

—Sí, abu.

Ay, si tú supieras... He conocido a un tipo escandalosamente rico que quiere mantener conmigo una especie de extraña y perversa relación sexual en la que yo no tengo ni voz ni voto.

—¿Has conocido a algún chico?

—No, abuela.

Ahora mismo no me apetece hablar del tema.

—Bueno, cariño, el jueves pensaré en ti. Te quiero. Lo sabes, ¿verdad?

Cierro los ojos.

Sus cariñosas palabras me reconfortan.

—Yo también te quiero, abuela. Saluda al abuelo de mi parte. Espero que se recupere pronto.

—Seguro, cariño. Adiós.

—Adiós.

Mientras hablaba con ella, he entrado en mi habitación.

Enciendo el cacharro infernal y abro el programa de correo.

Tengo un e-mail de Leandro, de última hora de anoche o primera hora de esta mañana, según cómo se mire.

Al momento se me acelera el corazón y oigo la sangre bombeándome en los oídos.

Maldita sea... quizá me dice que no... seguro... quizá ha cancelado la cena.

La idea me resulta dolorosa.

La descarto rápidamente y abro el mensaje.

De: Leandro Scott
Fecha: 24 de febrero de 2018 01:27
Para: Faya Laur
Asunto: Sus objeciones

By following your rulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora