Capítulo 43

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Cierra un instante los ojos y al abrirlos recupera su expresión indiferente.

Lanza una rápida mirada al rector y luego fija la vista al frente, en el emblema de la universidad colgado en la entrada.

No vuelve a dirigir sus ojos hacia mí.

El rector continúa con su monótono discurso, y Leandro sigue sin mirarme.

Mira fijamente hacia delante......

¿Por qué no me mira?

¿Habrá cambiado de idea?

Me inunda una oleada de inquietud.

Quizá el hecho de que me marchara anoche fue el final también para él.

Se ha aburrido de esperar a que me decida.

Oh, no, quizá lo he fastidiado todo.

Recuerdo su e-mail de anoche.

Quizá esté enfadado porque no le he contestado.

De pronto el señor Luca Laur avanza por el estrado y la sala irrumpe en aplausos.

El rector se sienta y mi padre, coloca sus papeles en el atril.

Se toma su tiempo y no se siente intimidado por el millar de personas que están mirándolo.

Cuando está listo, sonríe, levanta la mirada hacia la multitud y empieza su discurso con elocuencia.

Esta tranquilo y se muestra educado, claro con un poco de diversión en sus palabras típico de Luca.

Las chicas sentadas a mi lado se ríen a carcajadas con su primera broma.

Oh, Luca Laur, tú si que sabes pronunciar un discurso.

En esos momentos estoy tan orgullosa de el que mis dispersos pensamientos sobre Leandro quedan a un lado.

Aunque ya he oído su discurso, lo escucho atentamente.

Domina la sala y se mete al público en el bolsillo.

Su tema es «¿Qué esperar después de la facultad?». Sí, ¿qué esperar? Leandro mira a Mi padre alzando las cejas, creo que sorprendido.

Podría haber ido a visitarlo directamente el, y ahora podría estar ahorrándome tantas preocupaciones y propuestas indecorosas.

Los muy guapos y elegantes Luca Laur y Leandro Scott reunidos en un mismo lado, dando discursos juntos.

Y yo podría estar como las dos chicas sentadas a mi lado, admirándolo desde la distancia.

Pero sé que a mi padre le habría dado más de la hora.

¿Cómo lo llamó el otro día?

Repulsivo.

La idea de que mi padre y Leandro se enfrenten me incomoda.

Tengo que decir que no sé por quién de los dos apostaría.

Papá termina su discurso con una elegancia, y espontáneamente todo el mundo se levanta, la aplaude y lo vitorea.

Su primera ovación con el público en pie.

Le sonrío y lo aclamo, y el me devuelve una sonrisa.

Buen trabajo, papá.

Se sienta, el público también, y el rector se levanta y presenta a Leandro... Oh, Dios, Leandro va a dar un discurso.

El rector hace un breve resumen de los logros de Leandro: presidente de su extraordinariamente próspera empresa, un hombre que ha llegado donde está por sus propios méritos...
—... y también un importante benefactor de nuestra universidad.

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