SUPERLUNA (NamSeok/VKook)

38. ¡No eres culpable de nada!

🤧😢🤧

Un suspiro salió de esa pequeña boca, su mirada lúgubre se mantenía fija en lo que fuera que hubiera detrás de esa ventana, aquellos delgados brazos se mantenían inertes a cada lado de su cuerpo. Alguien había robado su alma, alguien le había quitado las esperanzas que alguna vez tuvo de vivir.

"Un espejo de mí mismo, mostrando la decadencia de mi ser años atrás" Pensó Hoseok al ver  aquel niño sentado al borde de la camilla, completamente perdido en un mundo que nadie más que él conocía.

-Me dijeron que habías despertado, todos están preocupados porque no has querido comer nada- Dijo Hobi, llamando la atención del pequeño, aunque no recibió más que una breve mirada.

Hobi se acercó cautelosamente hasta quedar sentado junto al niño

-¿Tienes un nombre?

-...

-Ya veo ¿Tienes un lugar a dónde volver? ¿Una familia? ¿Una madre?- El pequeño pareció reaccionar ante la mención de esta última, su mandíbula se tensó, mientras que sus manos apretaban fuertemente la sabana que reposaba debajo de él. Esta acción no pasó desapercibida por Hobi.

-Los mataron a todos y estás solo en este mundo ¿Verdad?- Hobi sabía que estaba siendo duro, pero era consciente que no llegaría a nada si se iba por las ramas. Él niño pareció tensarse más, aun así, se mantuvo en silencio. -Quieres morir, el dolor es tan insoportable que es difícil si quiera respirar. Los recuerdos de una vida pasada en donde todo estaba bien parecen ser aplastados por tu presente. Han denigrado tanto a tu persona que crees estar roto, las piezas de tu ser ya no cuadran, y honestamente, tampoco quieres que lo hagan porque todo sería más fácil si dejaras de existir.

-¿Y TÚ QUÉ SABES DE MÍ, ESTÚPIDO HUMANO?- Gritó el niño, quien miraba con odio a Hoseok

-Tienes linda voz- Dijo Hobi en tono de burla. -No soy un humano y tienes razón, no sé absolutamente nada de ti. Hablaba de mí, solo repetía lo que alguna vez llegué a pensar.

El chico lo miró confundido, Hobi sonrió y revolvió tiernamente su cabello.

-Yo también soy un sanador, cuando tenía tu edad fui secuestrado y sometido a cosas que en realidad prefiero no contar. Vi morir a personas que fueron realmente especiales para mí, sentía que no merecía estar vivo y me culpaba por todo. En más de una ocasión pensé en quitarme la vida, pero el recuerdo de mi familia y la conexión que desarrollé con mi lobo me dieron fuerzas para seguir adelante.

-Mi madre no le hacía mal a nadie- Comentó el niño entre sollozos. -Era una sanadora al igual que yo, Vivíamos como rehenes en una pequeña manada y un día cuando tuvimos la oportunidad, escapamos. Empezamos a vivir con los humanos escondiendo nuestra verdadera naturaleza para no levantar sospechas. Fue duro empezar, pero éramos felices.

Hobi dio unas cariñosas palmadas en la espalda del niño incitándolo a seguir hablando

-Hicimos muchos amigos, empecé a ir a la escuela, para ese tiempo yo solo tenía siete años, pero lo recuerdo todo. Vivimos así durante cuatro años. Era sábado, mi madre salió hacer algunas compras y yo me quede solo en casa. Llamaron a la puerta, se me hizo extraño ya que mi madre tenía llaves y por lo general nadie venía a visitarnos. Cometí el estúpido error de abrir y... y...

El niño nuevamente rompió en llanto, Hobi lo abrazo y transmitió un poco de su energía para intentar calmarlo.

-Eran dos alfas, nunca en mi vida los había visto. Mi instinto me dijo que corriera y aunque intente escapar, fue inútil. Los hombres me llevaron a rastras hasta tirarme dentro de un carro. Vi cómo manejaban hasta la tienda donde mi madre hacía las compras, uno de esos hombres se le acercó señalando el auto donde yo estaba, ella se puso a llorar y se dejó capturar sin poner resistencia. Mi madre pudo haber huido, pero por mi culpa la atraparon a ella también.