SUPERLUNA (NamSeok/VKook)

16. Nuevos amigos.

Un vistazo al pasado (Parte 2)

-Hoseok, ¿qué haces aquí? -

Hobi notó como todos se sorprendieron al escuchar su nombre y empezaron a murmurar cosas.

-Imposible, todos creímos que los cachorros habían muerto junto con sus padres. Incluso su abuelo nunca pudo encontrar ni un solo rastro de ellos- Dijo una mujer de aspecto mayor.

- ¿Tú me conoces? Preguntó Hoseok.

-Cariño, yo ayudé a tu madre a dar a luz. Ese día nos hiciste trabajar bastante- Dijo la beta con un tono de ternura que tranquilizo un poco al menor. –Es normal que no me recuerdes, la última vez que te vi tenías apenas 6 años. Pero ¿Por qué estás aquí? ¿Qué pasó? -

-Y-Yo s-sólo quería proteger a mi hermano- Los ojos de Hoseok se inundaron nuevamente de lágrimas. Por lo que la beta volvió a abrazarlo.

-Cómo así ¿Tu hermano también está vivo? - La celda se llenó de felicidad, los allí presentes sonreían y miraban con ternura al chico.

-Pero... ¿Quiénes son ustedes? - Preguntó Hobi

Una anciana se acercó al niño y empezó ahablar. –Todos los que estamos aquí pertenecemos al clan Choi, durante generaciones nos hemos encargado de garantizar la seguridad de los sanadores del clan Jung. Infortunadamente las cosas salieron muy mal y hace un tiempo fuimos capturados casi todos.

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Los meses fueron pasando y Hoseok se hizo más cercano a cada integrante del clan que se encontraba allí. Le tomó un cariño especial a la beta que vio por primera vez en la celda. Se llamaba Seun, ella lo trataba como si fuera su hijo. Además, le contaba muchas anécdotas sobre sus padres e incluso le habló de su propia familia, le contó que tenía un hijo que era tres años menor que él y que estaba casada con un hombre llamado Park Young, quien había muerto luchando el día que los capturaron. Su hijo Jimin, había podido salvarse puesto que en ese momento se encontraba con sus abuelos, lejos del lugar donde fueron atacados.

Durante el tiempo que Hobi estuvo allí, sus captores lo obligaron a reunirse varias veces con un hombre de 40 años aproximadamente, aquel alfa poseía un característico olor a tabaco y parecía ser quien mandaba en el lugar. Cada vez que lo veía, intentaban obligarlo a utilizar su don de sanación en él, pero Hobi siempre se negaba y sin importar el método de tortura que utilizaran, jamás cedió.

Para los Choi, era difícil ver cómo traían a Hoseok después de unas horas de sacarlo de la celda. El niño siempre volvía inconsciente y con nuevas marcas en su cuerpo, una vez incluso lo trajeron con los dos brazos rotos. Por suerte, él podía curarse así mismo. Cansados de esto, los Choi empezaron a planear su escape.

Hobi por su lado ayudó en lo que pudo y se centró en recuperar su fuerza, debía aprovechar que ahora si podía alimentarse. Sabía que el poder que tenía para quitarle la vida a otros con solo mirarlos sería de gran ayuda, pero para eso tenía que recuperar su energía.

Una noche cuando ya todos estaban durmiendo, Hoseok pudo detectar un leve, pero delicioso olor a pino que provenía de un alfa. No sabía por qué, pero ese olor lo relajaba, le gustaba a él y a su lobo. El olor era tan suave que muy seguramente solo él podría olfatearlo.

-Madre- Susurró un chico parado al otro lado de la reja. Una mujer se levantó muy rápido y se acercó a él sollozando.

-Min Ho ¿Cómo llegaste aquí?

-Prometí que te encontraría ¿No? Perdóname, me tomo mucho tiempo- Min Ho miró a su madre quien se encontraba llorando mientras tomaba su mano – Encontré una manera de entrar y salir de este sitió. Dame unos días más para sacarlos a todos de aquí.