Mardi Grass || TERMINADA || +18

Capítulo 39

[ Zane ]

En estos momentos estoy volviendo a nuestra oficina. Recibí un llamado de Ryan, siguió a Max hasta las carreras donde vio ciertos movimientos raros. Se había desprendido una persecución, al parecer demasiado importante porque todos los hombres de Max estaban detrás del vehículo.

Sus palabras exactas fueron: "Encontré a mi mujer todo terreno y sé cómo detenerla"

Procuré recordarle que no hiciera alguna locura, pero conociéndolo podría imaginarme todo tipo de escenarios raros para lograrlo. 

Al parecer, tiene retenida a la pobre desconocida en nuestras oficinas, cosa que no debería ocurrir. Según Ryan, ella podría ser crucial para nuestra investigación. De verdad no sé qué tan relevante sería, pero iré a chequearlo. Tengo la leve sospecha de que sólo lo hace por su pequeña obsesión con ella.

Una vez en la acera, apago el motor y bajo del auto mirando a mi alrededor. Tomo las llaves y abro la puerta de la oficina. 

Me encuentro con Ryan, sentado sobre su escritorio con una mano en su barbilla y la otra sosteniendo unos documentos.

–¡Ey! –saludo, y me preparo para lo que será un sermón de veinte horas. 

Lo conozco. Sé que estará molesto y tiene toda la razón del mundo para estarlo. No sé por qué reaccioné así en el bar, pero arruiné todo el plan queriendo actuar cómo el maldito protector de Red, y que para variar, ni siquiera algo similar sucedió y terminé siendo el caballero en apuros.

Se levanta de su escritorio y voltea a observarme. Sus ojos se clavan en mí.

Sé que está pensando, y también sé que muere de ganas por reventarme la cara a trompadas.

A pesar de todo, él no emite palabra alguna. Espero que diga algo, pero nada, silencio absoluto.

–Lo sé –agrego ante la incomodidad–. De verdad no sé qué fue lo...

–Tenemos trabajo que hacer –me interrumpe, tirando torpemente sobre su escritorio el documento que analizaba.

–Ryan –suplico, buscando seriamente su mirada.

Sé que las cosas están mal y no puedo trabajar si estamos así, cómo la mierda. Es lo más cercano a un hermano que tengo y no puedo dejar que esta situación pase, así como si nada. La cagué y lo admito, pero él debe descargarse.

–Escucha –me acerco a su escritorio– Déjame que...

–No Zane –me detiene con su grito–. No necesito una explicación.

Puedo ver cómo a pesar de todo intenta mantener la calma y no gritar, pero sus puños apretándose al costado de su cuerpo dicen otra cosa.

–Sabes lo que hiciste y eres más que consciente de las consecuencias que nos trajiste. No sé qué te hizo perder la cabeza de esa forma, pero contrólalo, porque si esta noche tenemos un avance o algo dónde trabajar fue por mí, no por ti ¿entendiste?

Mi rostro está serio, de verdad me arrepiento por haber actuado así de idiota. Nunca en mi carrera hice este tipo de locura, y esta noche no sé qué pasó conmigo.

–Mierda Zane –maldice alejándose de mí, dándome la espalda para intentar respirar–. Fuiste una porquería esta noche.

–Lo sé Ryan, lo sé. Lo lamento.

–Está bien –pasa sus manos por el rostro, despabilándose–. Ahora a lo nuestro.

–¿Qué tenemos? ¿La encontraste?

–Claro que la encontré –sonríe recordándola.

–¿Dónde está? –pregunto esperanzado de escuchar que la dejó en la comisaría cómo debería ser.