Capítulo 56

21 0 0
                                    

[ Red ]

─Mierda ─gimo al estrellarme contra el suelo.

Siento su cuerpo en mis piernas bloqueando mis movimientos, pero no pienso darme por vencida. Empiezo a avanzar arrastrando mis brazos, mientras sacudo mis pies para librarme de él.

Por un momento pensé que lo había logrado al sentir cómo sus manos soltaban mis piernas, pero sólo fueron unos segundos de falsas esperanzas. Se levantó, tomó mis tobillos y me arrastró hacia él.

─¡Zorra barata! ─enfadado, intenta controlar mi cuerpo.

No dejo de moverme, no se lo haré fácil.

Desesperado cruza mis piernas y obliga a las demás partes de mí a voltearse. Gatea

acercándose y se coloca arriba de mi cuerpo, evitando más berrinches o formas de escapar. Todavía con mi cuchilla en mano, busco a sus malditos brazos quienes sostienen mi cintura. Sin dudarlo, incrusto la cuchilla en uno de ellos.

─¡Estúpida! ─grita del dolor. Sus ojos se oscurecen, su mirada del demonio está ardiendo.

Este es un Max distinto y mi cuerpo empieza a retorcerse del miedo.

De un fuerte movimiento toma mi pequeña muñeca y la aprieta con una fuerza bestial. Mis dedos se debilitan ante su agarre, y de un tirón se deshace de la cuchilla lanzándola lejos de nosotros.

─Maldita perra ─vuelve a mí, pero esta vez clava su mirada tenebrosa en mis ojos.

Como si estuviera poseído, su fuerza es extrema y sus movimientos son torpes y bruscos.

Agarra mis muñecas y cansado de dar tantas vueltas las coloca en el medio de mi pecho, sosteniéndolas debajo de una de sus pesadas manos.

─¿Quieres defenderte? Quiero ver cómo lo haces ahora ─habla entre dientes, mientras su otra mano baja desesperadamente hacia su pantalón.

No puedo ver hacia abajo claramente, solo el reojo me permite observar sus intenciones.

Siento sus enormes dedos subir por mi estómago hasta el elástico de mi calza. Lo agarra y bruscamente empieza a bajar mis pantalones.

No. No. No.

Empiezo a mover mi pelvis desesperadamente.

No me pondrá una mano encima. No, por favor.

Pero en vez de solucionar el problema, terminé empeorando la situación.

Su paciencia llega al límite, y con ella su enfado crece aún más.

─¡Quédate quieta! ─golpea de una bofetada mi rostro.

Levanto mi cuello del suelo unos segundos para ver qué demonios pretende, pero fuertemente toma mi cuello y me empuja al suelo, liberando mis manos.

El ruido de la hebilla de su cinturón, y de la cremallera de sus jeans me anticipan sus intenciones, y cuando termino de entender los hechos, mis ojos se abren cómo enormes platos enviando una señal de alerta a mi pecho que acaba de hundirse por completo.

─¡No! ─grito exaltada─ No, no, no.

Muevo mi cuerpo aún más, pero el pánico empieza a apoderarse de mí.

¡¿Dónde mierda estás Zane Mayer?!

─¡Quédate quieta imbécil! ─aprieta con más fuerza su agarre en mi cuello, mientras que con su otra mano saca su repugnante miembro y lo acerca a mí.

─Pedazo...de... mierda ─maldigo entre jadeos, mientras golpeo con todas mis fuerzas su cuerpo. Intento llegar a sus ojos, pero su rostro está muy lejos.

Mardi Grass || TERMINADA || +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora